Capítulo 3

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El sonido de sus zapatos sobre el piso del centro de convenciones trajo a su memoria aquella tarde en el Metro. Sacudiendo la cabeza, RyeoWook regresó al presente. No se había vestido para la cena de beneficencia y sabía que se vería fuera de lugar entre la elegante muchedumbre, pero no se preocupó.

Llevar camiseta y sus muy ajustados vaqueros, mientras todos los demás llevaban trajes y smokings, eran parte de su estrategia. Silbando, caminó por el gran vestíbulo decorado con exquisito gusto en rojo, verde y oro, hacia el lugar donde se realizaba la cena de beneficencia del Hospital Infantil.

—Lo siento, señor, no esta permitido entrar sin invitación—. El fornido guardia que custodiaba la puerta del magnífico salón de baile, le recordó a RyeoWook a los guardespaldas que cuidaban de él.

—Aquí está mi invitación—. Mostró su rostro, bajo la nariz del tipo, feliz, como siempre, de ver el cambio inmediato que hacer esto provocaba.

–Uh, lo siento, joven Kim, cierto?—. Ahora el guardia lo miró adusto, su autoridad fallaba ante la presencia de ser un idol como lo era RyeoWook.—Continúe. De todos modos, ellos están tomando los cócteles.

—En realidad, un cóctel es lo último que necesito—. RyeoWook le dirigió una amplia sonrisa y empujó las puertas para encontrarse en medio de lo que parecía una competencia de quien vestía mejor.

Las mujeres vestidas con sedas y satén se mezclaban con hombres en smokings y corbatas de moño. Todos, bebiendo sorbos de champán de altas copas que distribuían los uniformados camareros. Ignorado las confusas y desdeñosas miradas, que estaba recibiendo de los asistentes a la cena de beneficencia, comenzó a caminar entre la muchedumbre buscando Kyuhyun.

No le tomó mucho tiempo encontrar a su compañero, al otro extremo del salón de baile. Su cabeza y anchos hombros sobresalían por encima de los otros hombres en la habitación.

Estaba de pie, al lado del árbol de Navidad decorado con refinado gusto, conversando con un hombre mayor de cabello encanecido y ojos serios. RyeoWook no perdió el tiempo mirando al otro hombre; no tenía ojos para nadie, solo para Kyuhyun.

Ahí, elegante y distinguido, vestido con un esmoquin negro, su alto compañero tenía la apariencia de ser rico y un refinado caballero. RyeoWook recordó de nuevo el momento en el que se conocieron, cuando su pareja había desempeñado un papel importante en ChinChin Festival, tanto como él. Tan solo pensar en la primera vez que hicieron el amor, la primera vez que follaron, por decirlo crudamente, hizo endurecer su pene dentro de los pantalones de RyeoWook. La manera en que Kyuhyun había estado sobre el, las cosas que susurró a su compañero para excitarlo más.

—Hazlo, Kyuhyun, Ya no puedo esperar mas, te necesito dentro de mi, necesito que me folles.

Esas palabras habían empezado a atormentarlo mientras miraba a su compañero, a su mejor amigo, a su amante, conversando tranquilamente en el atestado salón de baile. ¡Dios!, quería a ese hombre tanto que dolía. Y, sin embargo, últimamente se sentía como si Kyuhyun se alejara más y más de él.

Bueno, no más, decidió RyeoWook. Cuadrando sus hombros, caminó a través de la multitud y se colocó detrás de su compañero.

—...Una contribución muy importante—, decía el hombre de cabello gris, mientras KyuHyun asentía.

—Absolutamente, y el Departamento de Radio Star está más que encantado de ayudar, Presidente Tanner. Yo...

—Disculpen—RyeoWook tocó el hombro de su compañero, haciendo que Kyuhyun volteara con una mirada de sorpresa en su rostro.

—RyeoWook...—, dijo sorprendido. —¿Qué estás haciendo aquí vestido de esa forma?.

—Lo siento, no tuve tiempo para ponerme un traje de mono— Respondió RyeoWook con sarcasmo. —Pero vine aquí con un poco de prisa. Siento sacarte de tu fiesta de fantasía pero tenemos un asunto que tratar.

—¿Qué? ¿De qué estas hablando?—. Kyuhyun lo miró confundido mientras RyeoWook lo tomaba del codo y comenzaba a jalarlo.

—Ese era el presidente Tanner, el jefe de la junta de directores del hospital—, protestó mientras caminaban a través de la muchedumbre, lujosamente vestida.

—No me importa si era Papá Noel y el Papa envueltos para regalo—, gruñó RyeoWook, y siguió tirando de su pareja hacia la salida. —Tú vienes conmigo.

—¿Pero por qué?— Kyuhyun siguió protestando, pero al menos sus pies todavía se movían, algo que RyeoWook no esperaba que durara mucho tiempo.

RyeoWook jaló con más fuerza.

—Es urgente—, dijo vagamente. —Y somos los dos únicos en el apartamento que podemos manejarlo. Tienes que venir conmigo, Kyuhyun ¡Y rápido!.

RyeoWook siguió esquivando las agudas preguntas de su compañero, hasta que salieron al estacionamiento del centro de convenciones. Pero cuando iban a entrar en el auto de RyeoWoo, Kyuhyun se rehusó.

—¿Mira, de qué se trata todo esto?—, exigió, por lo que parecía la quincuagésima vez.—Y no sólo me digas que es urgente, quiero saber a donde demonios vamos y que está pasando.

—Te diré que esta pasando—.RyeoWook empujó a su sorprendido compañero contra un costado del coche y lo sujetó por ambos brazos. Antes que Kyuhyun supiera lo que estaba pasando, RyeoWook sacó sus esposas y lo había sujetado con ellas.

—¿Qué diablos crees que estas haciendo?—. Protestó Kyuhyun, a la par que miraba asombrado sus esposadas muñecas.—¿Te has vuelto loco?.

—Puedes decir eso— dijo RyeoWook con gravedad. —Loco o cachondo, uno de los dos. De cualquier forma, vas a venir conmigo.

—No lo haré—. Kyuhyun agitó sus manos esposadas de modo amenazador.—Sácame esto y dejarme volver adentro

—Nop—RyeoWook sacó un pañuelo negro de su bolsillo trasero. Antes de que Kyuhyun pudiera protestar, le vendó los ojos y lo metió en el asiento delantero del Córdoba, con las manos en su regazo. RyeoWook rió cuando cerró la puerta del lado de su compañero, dejándolo sin habla. Nadie era mejor que él, para secuestrar y esposar, Kyuhyun debería saberlo. Pero, en este momento, su compañero tenía otras cosas en que pensar a parte de la habilidad de RyeoWook, como la forma de escapar.

—Déjame salir ahora mismo—, gruñó, cuando RyeoWook encendió el motor.—O juro por Dios...

—KyuKyu—, RyeoWook lo interrumpió con suavemente. —¿No quieres que te amordace no?

—Yo...—Kyuhyun comenzó, pero RyeoWook alcanzó y ahueco la barbilla fuerte de su compañero en una mano, acariciando con el pulgar, los carnosos labios de Kyuhyun.

—No me hagas hacerlo, KyuKyu—, murmuró. —No cuando puedo pensar en tantos modos mejores de usar esta hermosa boca.

Kyuhyun calló abruptamente y RyeoWook pudo sentir su aliento caliente en sus dedos mientras conducía. Sólo tocar a Kyuhyun otra vez, no importa cuan poco, lo puso duro como un ladrillo. De repente, la distancia entre el centro de convenciones y su apartamento parecía muy grande. Pero sabía que cuando llegaran, le iba a dar su pareja una noche para recordar, sólo esperaba que Kyuhyun lo pudiera perdonar.




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