Capitulo 4

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Tan pronto llegaron a su casa, RyeoWook consiguió meter a su silencioso compañero sin dificultad. Una vez dentro, arrastró a Kyuhyun directamente al dormitorio. Había planificado otras cosas, algo romántico, pero en ese momento no se sentía para nada romántico. Su pene estuvo adolorido por el mes de deseo reprimido, y no tenía tiempo para corazones y flores.

—¿RyeoWook...qué diablos...?—. Kyuhyun comenzó otra vez mientras, de un golpe, RyeoWook cerraba la puerta del dormitorio detrás de ellos.

—Cállate—, gruño RyeoWook. Empujo a su pareja sobre la cama y soltó la muñeca derecha de Kyuhyun sólo el tiempo suficiente para quitarle el smoking y la camisa blanca. Pasó las dos manos sobre la suave piel de su pareja, sintiendo sus duros músculos, deleitándose con la sensación del cuerpo masculino a su alcance. Suavemente pellizcó los pequeños y oscuros pezones de Kyuhyun, luego, se inclinó para lamer uno con impaciencia hasta que su compañero gimió por la erótica sensación.

—¡Ryeonggu...!— jadeó. Lejos de hacerlo detenerse, el torturado gemido encendió todo los botones de RyeoWook. Chupó el otro pezón, mientras pellizcaba bruscamente el que había dejado. Para aliviar el agudo dolor, volvió a lamerlo con suaves lengüeteadas. El largo y musculoso cuerpo se estremeció con la pequeña tortura.

¡Dios! la piel de su compañero sabía tan bien, caliente y salada, con un ligero toque de amargura. Kyuhyun tenía un cálido y terrenal aroma y que RyeoWook asociaba con follar. Era el perfume que había llenado sus sentidos la primera vez que Kyuhyun lo montó y lo llenó con su largo pene, follando tan profundamente dentro de su cuerpo. Esta era la esencia de su compañero, su amigo, su amante, su novio, era el deseo y necesidad de llegar y terminar, todo al mismo tiempo. Maldita sea, había pasado mucho tiempo desde que RyeoWook había llenado sus pulmones con ese olor.

¡Dios! Kyuhyun, todavía con los ojos vendados, estaba temblando por la erótica sensación de ser lamido y acariciado, pero RyeoWook aun no había terminado, ni mucho menos. Agarrando las muñecas de Kyuhyun, las llevó hasta la parte superior de la gran cama de latón. Entonces las cerró de un golpe, capturando a su compañero en una posición indefensa con sus brazos sobre su cabeza.

—¿Qué vas a hacerme? — la voz de Kyuhyun sonaba áspera, por el miedo y el deseo mezclados.

—¿Alguna vez has escuchado sobre la Inquisición española?—, preguntó RyeoWook, sin molestarse en contestar la pregunta.

—¿Huh?—, Kyuhyun movió su cabeza a ciegas, el pañuelo negro todavía obscurecía su visión. —¿La Inquisición española?

—Deberías saber esas cosas, Evilcito—, RyeoWook se burló de él, usando el apodo que Kyuhyun odiaba. —Está en tu sangre. De todos modos, lo que importa es que durante la Inquisición española, los sacerdotes torturaban a la gente para que dijeran la verdad.

—Y ¿qué tiene que ver eso conmigo?— Exigió Kyuhyun, sacudiendo las esposas contra la cabecera de latón.

—En realidad, eso ayuda mucho, bebe—, le dijo RyeoWook, maniobrando para sacar los pantalones negros de su compañero.—Mira, puede que no sea sacerdote, pero aquí soy el tipo malo. Te voy a torturar hasta que me digas qué demonios ha estado molestándote últimamente. ¿Por qué has estado evitándome?, ¿por qué estás siempre tan ocupado como para venir o salir después del trabajo?, pero sobre todo, ¿por qué no hemos follado en todo un mes?. ¿Entendiste?—, despojó a su compañero de los pantalones y de la ropa interior, arrojándolos junto con los zapatos y los calcetines, dejándolo desnudo sobre la colcha azul oscuro.

—¡RyeoWook, esto es una locura!—protestó Kyuhyun.

—No, la forma en que has estado actuando es una locura— RyeoWook se quitó los zapatos pero mantuvo el resto de su ropa puesta. Le gustó la idea de tener a su merced a su compañero desnudo y desvalido bajo él y quería la ventaja psicológica de estar completamente vestido, mientras Kyuhyun estaba totalmente expuesto.

—RyeoWook, yo...

—¿Qué te ha estado molestando, KyuKyu?—Preguntó, RyeoWook al tiempo que se sentaba a horcajadas sobre las delgadas caderas de su compañero. Acomodó el grueso bulto en la entrepierna de sus vaqueros para frotar directamente contra la semi erecto pene de Kyuhyun

Kyuhyun gimió por el contacto, mientras RyeoWook se restregaba contra él, sus miembros se frotaban juntos a través de la capa de mezclilla.

—No se... No se de lo que estas hablando...— jadeó.

—Oh, yo creo que si—. Murmuró RyeoWook, mientras cambiaba de posición para alcanzar y envolver sus dedos alrededor del pulsante miembro de su amante.

Lo acarició, lenta y pausadamente, desde la raíz hasta la caliente cabeza. Brillantes gotas de presemen, fluían del pene de Kyuhyun y RyeoWook capturó un poco con su pulgar, para utilizarla como lubricante y continuar con sus largas caricias. No dejaba de sorprenderle el hecho de que la simple vista del cuerpo grande y musculoso de ese hombre, lo calentara más que cualquier mujer desnuda que hay visto antes. Sin embargo, sabía que eso se debía a que la conexión que existía entre ellos, trascendía lo físico. El fuerte vínculo que los ataba no podía ser roto, ni siquiera por el secreto que Kyuhyun guardaba obstinadamente.

Admiró la forma en que los músculos de Kyuhyun se movían, bajo su suave piel bronceada, mientras se retorcía sobre la cama. Amaba el cabello lacio que caía despeinado a través de su frente, los labios rojos abiertos, dejando escapar roncos gemidos. Pero más que nada RyeoWook amaba tocar el grueso pene de su socio, los suaves y vulnerables testículos que atormentó, haciendo gemir aun más a Kyuhyun. Nunca imaginó que pudiera sentir tanto placer al tener el pene de otro hombre en su mano, en su boca, el sabor del semen de otro hombre en la lengua.

—¿Recuerdas la primera vez que me corrí, Kyuhyun?—, preguntó aun acariciando el pene de su compañero. —¿El día que me hiciste tuyo?".

—¡Dios, sí!—Kyuhyun gimió mientras RyeoWook seguía atormentando su pene.

—Recuerdo el modo que me cargaste—dijo RyeoWook, perdido en sus recuerdos. —El modo en que me sostuviste mientras me tocabas... me acariciaste justo así...—lo demostró con otra larga y lenta caricia sobre el pene duro de su compañero, continuando hasta que Kyuhyun jadeo desesperado. —Me hiciste correr tan duro que vi estrellas—dijo RyeoWook—¿Lo recuerdas?

—Cómo... ¿cómo olvidarlo?—pregunto a su vez Kyuhyun, con voz temblorosa.

—No lo sé. ¿Cómo pudiste? Esta noche es prácticamente nuestro aniversario. Hace un año fue nuestra primera vez—le recordó RyeoWook. —Y sin embargo, prefieres ir a alguna maldita y estúpida cena de caridad a pasar la noche celebrando conmigo.

—¿De eso se trata todo esto?—. Exigió Kyuhyun.

—Es más que eso y lo sabes—RyeoWook le dio otra larga y lenta caricia.

Kyuhyun jadeo y trató de sentarse, pero las esposas en sus muñecas se lo impidieron. Gruñó de frustración.

—Mira, quítame las esposas o al menos quítame esta maldita venda y hablemos.

—Lo siento bebe. Las esposas no, aun no. Pero esto...—se inclinó y tiró el pañuelo negro de la cabeza de su compañero, liberando por fin los ojos de Kyuhyun. Vio la ira en las profundidades de esos ojos marrones, pero también vio el hambre. Esa era la emoción que quería alimentar.

—Mira, RyeoWook—Kyuhyun soltó molesto tan pronto como sus ojos se acostumbraron a la tenue luz.

—No, tú mira—dijo RyeoWook. Recostándose un poco más, comenzó a lamer la palpitante erección de su compañero, dejando un ardiente rastro desde la raíz hasta la generosa cabeza en forma de hongo.

—¡Dios!— De repente, RyeoWook pudo sentir el cambio de Kyuhyun, cuando pasó de la excitación a la ira.

—¿Recuerdas, KyuKyu?—susurró RyeoWook, manteniendo contacto visual con los ojos de su pareja, mientras soplaba aire fresco a lo largo de la piel húmeda por sus lamidas. —¿Recuerdas la primera vez que chupe tu pene?—Se inclinó para besar con la boca abierta la caliente cabeza del miembro de Kyuhyun. —No sabía qué diablos estaba haciendo—continuó mientras su compañero lo observaba ya sin ganas de interrumpir. —Yo sólo sabía que quería probarte, quería sentir tu grueso pene follando mi boca—RyeoWook lamía la punta del pene de Kyuhyun, saboreando el salado y ligeramente amargo sabor del presemen de su compañero. —Quería chupar hasta que llenaras mi boca con tu semen—murmuró, cerrando los ojos.—Recuerdo el modo en que movías tus caderas, la manera en que te uniste a mí. En la oscuridad, podía sentir tus manos sobre mí, acariciando mi cabello, acercándome más para tocar mi cara mientras te chupaba, como si no pudieras creer que lo estuviera haciendo y quisieras asegurarte que no era tu imaginación. Luego finalmente lo aceptaste y empezaste a follar mi boca con tu pene, hasta que te corriste en mi garganta. ¡Demonios¡. Había chupado el pene de otro hombre y había sido el mejor sexo de mi vida. ¿Sabes cuan profunda es nuestra conexión para qué esto sea posible?— exigió RyeoWook. —Yo, que en la secundaria había dado una paliza a cada idiota que se atrevía a llamarme "mariquita" solo por ser más pequeño y demasiado bonito.

—RyeoWook...— Kyuhyun sacudió la cabeza. —Yo simplemente pensé...

—Tú solo pensaste que podrías olvidar todo sobre nosotros. Creíste que podrías ignorar nuestro primer aniversario del tiempo que pasamos. Pensaste que podías ocultarme cosas y salirte con la tuya. ¿No?—. Preguntó RyeoWook. —Bueno, para que lo sepas, no puedes, bebe—Inclinándose nuevamente, lamió el perlado presemen que surgía del palpitante miembro de su novio, antes de tomar completamente el largo y grueso pene dentro de su garganta.

DistintoWhere stories live. Discover now