Capítulo 21

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Una verdadera ola de felicidad invadió mi cuerpo en el momento en que sentí el papel en mis manos. Cinco años de esfuerzos llegaron finalmente a su fin. Cinco años viviendo de subempleos, terminaron. Y eso era la libertad.

Con los ojos llorosos, vi a Chris cruzar en medio de los graduados y, en segundos, sus brazos me levantaron del suelo, haciéndome girar en el aire. Nos reímos como dos niños hasta que caímos al suelo, envueltos en nuestras togas.

- La única cosa mejor que graduarse, es hacerlo contigo, Cami. – dijo casi sin aliento, mientras también me miraba con los ojos húmedos. – Y deja de llorar como un bebé. – me regañó.

Me sequé las lágrimas de felicidad, pero fue en vano. Ellos volvieron a humedecerme los ojos.

- Aunque tenga que graduarme con mi hermanito, valió la pena.

- Eres demasiado sentimental, viejita. – dijo Chris, en medio de una hermosa sonrisa.

Hice una mueca y le alboroté el pelo rizado que, increíblemente, seguía bien peinado hacia atrás.

- Debo haber heredado la sensibilidad de los Sant'Germani.

Riendo, mi hermano se levantó y me ayudó a hacer lo mismo. Cientos de padres y familiares se amontonaron en el salón del auditorio, buscando a sus graduados... Esto me recordó que no tardaría en que Clara apareciera para ver a Chris. Y, convirtiendo el pensamiento en un comentario, traté de escaparme de allí, pero él me sujetó fuertemente del brazo.

- No te irás de mi lado...

- ¡Los encontré! – escuchamos a Sally gritar desde el fondo, señalándonos. – ¡Están allí!

Simultáneamente, Chris y yo nos giramos para ver a Sally y Laur, abriéndose paso entre la multitud y acercándose a donde estábamos.

¡Felicidades, hermano! – Lauren lo abrazó y lo besó. – Bienvenido al mundo real.

- Gracias, Laur. – respondió, emocionado.

Entonces se volvió hacia mí. Sus ojos estaba aún más verdes y estaba tan hermosa. Hipnotizada por tal encanto, extendí tímidamente la mano.

Lauren miró mi mano extendida. Pero antes de aceptarlo, volvió a mirarme. Al instante siguiente, su brazo me rodeó la cintura y me atrajo hacia su cuerpo. Y al instante siguiente, me besó, sin un previo aviso.

Sorprendida, pensé en alejarla. Pero sólo pensé, porque el beso de Laur fue tan mágico que me olvidé de todo a mi alrededor e hice lo que todo mi ser pedía a gritos en ese momento... le correspondí.

Entonces nos interrumpió la voz afectada de Clara Sant'Germani:

- Christopher, ¿me acompañas un momento?

Apenada, intenté no mirar a la madre de Lauren y Chris.

- Hola, mamá. – lo escuché saludar con voz grave y seria. Una señal de que estaba molesto.

Tensa, intenté alejarme, pero Lauren no lo permitió. Sin saber hacia dónde mirar, me enfrenté a Clara. Ella me miraba con rabia y, cuando se dio cuenta de que no iba a tener su conversación en privado, dirigió la mirada a su hijo y empezó a hablar:

- Hemos planeado una pequeña fiesta para ti esta noche. ¿A qué horas estarás listo para irnos?

Chris, con la mandíbula retraída, miró a Sally.

Un secreto entre nosotras | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora