3.- Verdades Inesperadas.

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Albus Dumbledore daba vueltas en su despacho tratando de calmarse y reacomodar sus pensamientos. Sabía que Harry no tenía pareja actualmente, tanto los Weasley como el mismo chico le habían contado que después de Ginny no hubo nadie más en su vida, ni durante o después de la batalla.

Unos suaves golpes en la puerta le hicieron detenerse e ir a abrir.

-¿Qué sucede Albus? ¿Cuál es el apuro? - Preguntó Severus Snape entrando al despacho molesto por haber sido obligado a regresar.

- Está embarazado. - Murmuró el director cerrando la puerta y señalando una silla que el otro ocupó.

- ¿Y a quién le envío las felicitaciones? - Preguntó irritado con un dejo de sarcasmo en su voz.

- Harry. - Respondió secamente tomando asiento en su lugar detrás del escritorio y observando atentamente al pelinegro.

- Y se puede saber exactamente, - La furia del hombre aumentaba al saber de quién hablarían, apretando la mandíbula, habló entre dientes. - ¿Qué tiene que ver mi persona con la calentura y descuido de Potter y su novio?

- Él no tiene pareja.

- Será padre soltero, ¡Qué gran logro! ¡Papá luchón! - La seriedad que reflejaba el director no auguraba nada bueno, pero no podía parar su viperina lengua al hablar del Salvador del mundo mágico. - Entonces le abrió las piernas a alguien, ¿Cuál es el punto Albus? ¿Quieres que busque al otro padre y lo obligue a tomar responsabilidad?

- Severus... - Comenzó con calma el anciano mientras acariciaba su larga barba. - Tú sabes que los embarazos masculinos son posibles pero muy raros. - El pelinegro asintió en silencio, con lo que el mayor continuó. - En épocas actuales, un embarazo masculino no sólo es inusual, si no que los hombres que tienen la capacidad de engendrar son descendientes directos de las primeras familias mágicas, lo cual explica la razón por la que Harry, que proviene de una larga línea de sangre pura, este embarazado.

- Albus, sé todo sobre los embarazos masculinos, no tienes que darme una cátedra sobre ello. - El pocionista estaba fastidiado y cada que hablaba se notaba como perdía más y más la paciencia. - Lo que no entiendo es ¡¿Qué mierda hago aquí?! ¿Qué tiene que ver el embarazo de Potter conmigo?. - Las palabras del director resonaron en su mente "No tiene pareja". Ahora sabía que quería el vejete con la conversación. Molesto, se puso de pie de golpe y proclamó: - ¡Albus Dumbledore, ni se te ocurra pedirme fungir como padre de ese bastardo!

El tono ofendido que utilizaba el profesor de pociones hubiera sido hilarante para el director en otra situación, pero la delicadeza del asunto le impedía incluso sonreír. Frunciendo suavemente el sueño, señaló de nuevo la silla que ocupara el hombre, a la cual regresó sin chistar al ver la cara de su mentor quién entrelazó los dedos de sus manos y las acomodó sobre la mesa.

- Harry Potter tiene dos meses de embarazo.

El silencio se volvió pesado en la habitación y aunque trató de poner su mejor máscara de desigualdad, sabía que había fallado, la noticia lo había tomado con la guardia baja. Trató de recuperar la calma pero sabía que ya no podría ocultar la verdad por más tiempo, el vejete se había dado cuenta de la sorpresa cuando le soltó esa información así que decidió actuar como sin nada, trataría de mantener eso a raya lo más posible.

- Eso significa que Potter tuvo tiempo de divertirse durante las últimas semanas de la batalla. - Dijo aclarándose la garganta y tratando de no delatarse más.

- Severus, siempre he confiado en ti, pero el día de hoy necesito respuestas y presiento que sólo las podré obtener de Harry o de ti y tengo el presentimiento de que algo muy grave sucedió.
>> Tú me dejaste hurgar entre tus recuerdos sobre todo lo que sucedió en la batalla, pero me pediste mantenerme al margen de una parte en específico. Mencionaste que era vergonzoso para ti, para tu persona y me pediste no hablar de eso, lo cuál yo respeté, pero hoy necesito saber y ver todo ese recuerdo, tengo que saber que sucedió en el Bosque Prohibido.

No te acerques.Where stories live. Discover now