8.- La boda

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-¡¿ES QUE ACASO ESTÁS LOCO?!- Molly Weasley se encontraba de pie con los brazos en jarra observándolo furiosa.

- Estaba muy molesto... - Dijo dejándose caer en el sofá.

- Y ebrio. - Recalcó Severus deteniéndose en el umbral de la sala de la madriguera, haciendo que ambos voltearan a verle. La sangre del joven hirvió al verlo ahí parado.

-¡¿Cómo te atreves...?!

- ¡SILENCIO!

La voz de Molly detuvo los reclamos de Harry quién no se esperaba que esa mujer que siempre le consentía le parara un alto cuando por primera vez se sentía capaz de enfrentar a uno de sus atacantes.

- Esto no puede seguir así Harry, sé que no elegiste a tu pareja pero no podemos arriesgarnos con alguien más, aún hay mortifagos y seguidores de Tú-Sabes-Quién sueltos y Albus sólo piensa en tu bienestar. Si él confía completamente en Severus a pesar de todo lo sucedido, entonces tendremos que confiar en él. - El chico iba a responder, pero en cuanto abrió la boca, Molly levantó una mano para hacer silencio y continuó hablando. - Mientras se encuentren en público deben mantener esa imagen, a puerta cerrada lo que pase entre ustedes es asunto de ustedes, ese fue el trato.

El chico estaba sumamente furioso pero no dijo más, simplemente dio media vuelta y subió a su habitación seguido por la mirada de Molly y Severus.

Una vez escucharon la puerta cerrarse, Molly se volvió hacia Severus y con expresión dura le dijo:

- El hecho de que Albus aún confíe en ti, no quiere decir que los demás lo hagamos. Especialmente después de "eso". - Dijo repudiándolo. El hombre mantuvo su vista fija en la de la mujer con gesto sereno. - Harry no está sólo y estaremos al pendiente continuamente.

- No espero menos. - Respondió el hombre sin mostrar emoción y dio media vuelta, saliendo de la casa, pasando al lado de los amigos de Potter quienes no se habían atrevido a entrar al ver la reacción de la señora Weasley.

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DIA DE LA BODA

Se encontraba de pie frente al espejo que le regresaba la mirada con desagrado y frustración; observaba el conjunto de pantalón, saco y camisa negro que Albus había elegido a la vez que gruñía dándose por vencido al tratar de atar la corbata plateada que, aparte del pañuelo plateado en su solapa, era lo único que le daba color al traje. Albus había insistido en amarrar su cabello en una coleta baja y le hacía sentir un tanto incómodo. No podía negar que se veía un poco mejor, pero no era la imagen que estaba acostumbrado a ver reflejarse.

Intentó anudar una vez más la corbata, pero cada vez que jalaba, el nudo se deshacía, así que con un gruñido aventó la corbata contra alguna pared y se dejó caer en la silla más cercana escondiendo su cara entre sus manos.

- ¿Nervioso? - Preguntó Dumbledore asomando la cabeza por la puerta, sonriendo paternalmente ante la imagen derrotada de su profesor de pociones.

- Ya quisieras. - El hombre resopló y se levantó de su asiento para ir a recoger la corbata, haciéndole una seña al director para que se acercara mientras colocaba nuevamente la corbata en su cuello y se paraba frente al espejo.

- Nunca en mi vida he necesitado utilizar una corbata, no sé por qué tengo que hacerlo ahora.

- Déjame ver muchacho. - El mayor se acercó para comenzar a anudar la corbata, sonriendo paternalmente.

- No sé qué tanto sonríes Albus, no es cómo que este día sea realmente uno feliz.

- Ya veremos más adelante. - Dijo el anciano palmeando el hombro del otro una vez que había terminado. - Severus, cuando protegiste a Harry de Voldemort te redimiste con Lily; está vez es tu oportunidad de redimirte con Harry. - El hombre agachó su negra mirada y el director le obligó a mirarlo poniendo una mano en su mejilla. - Haz las cosas correctamente esta vez.

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⏰ Last updated: Mar 16, 2023 ⏰

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