Fuego

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-¡Bloquea! ¡Rápido, te habrían matado ya! ¡Agáchate si levantó el brazo, que voy a golpear! ¡Espera el momento, justo después de que dé el golpe atacas!-

Yuko se movía de lado a lado mientras Kron le lanzaba indicaciones y palabras de motivación en un perfecto dialecto Neanderthal sólo días antes de que el verano acabase y el frío otoño cubriese parcialmente de nieve el valle, trabajo que el invierno terminaría y continuaría más tarde obligando al grupo a migrar al sur.

Las armas estaban listas, cada uno estaba ahora simulando un combate con la ayuda de Kron, quien por su propia cuenta había aprendido los métodos de combate de los Cro-Magnon, conocía sus armas y lo más importante, pensaba como uno.

-¿Que tal estoy?- preguntó el líder exhausto.

-Bastante bien, te hubiera matado un par de veces, pero confieso que fue difícil- observó Kron con una sonrisa en el rostro.

-¿Acaso crees que yo quería atacarte? Estarías muerto en un segundo- bromeó el Neanderthal.

El entrenamiento daba cada vez más frutos, un ataque sorpresa de un clan de guerreros con esa fuerza sería mortífero para los Spiens.

-¿Cuándo atacaremos?- preguntó el Cro-Magnon.

-Cuando no me puedas tocar y te pueda derrotar en unos segundos- respondió el bélico muchacho.

-Ahora ven, ¡pégame!- agregó Yuko. Como su líder dictaba, el Sapiens cargó contra su adversario con una lanza sin punta pero antes de llegar a él frenó abruptamente y blandió el arma en su brazo izquierdo buscando darle una estocada en la cabeza con éxito, la nariz de Yuko comenzó a sangrar.

-¡Lo lamento!- chilló Kron.

-No te preocupes, no es problema para mi- explicó Yuko con la mirada un poco centrada.

-¿Pasa algo?- preguntó el hombre alto. Conocía esa mirada, aquella que detenidamente fijaba su visión en un objeto determinado, era la misma mirada con la que observó al buitre aterrizar sobre la carne de caballo antes de diezmar al poblado de Kahúba. Pero esta vez, era él lo observado.

-¡Nakan!- bramó el Neanderthal y enseguida llegó su primo a la escena. -Corre hacia Kron e intenta atacarlo, Kron, haz lo mismo que hiciste conmigo- instruyó.

Con reflejos algo más rápidos y la gran sospecha de que un golpe de esa naturaleza podría ser lanzado hacia él, el viajero se agachó velozmente arrojándose al suelo y esquivando la vara.

-¿Es así como te golpeó Kahúba?- preguntó Yuko, Nakan asintió confiadamente.

-Exactamente así, pero con el brazo derecho, y bastante más rápido, naturalmente, su brazo derecho es más ágil- observó Nakan.

-Su brazo derecho está roto- informó Kron.

-¿Qué dices?- preguntaron Nakan y Yuko al unísono.

-Le diste bien fuerte ese día que fuimos a pedir que consumieran al mamut cuando lo necesiten- observó.

-He golpeado a Nakan así de fuerte y no le pasó nada- replicó el líder.

Kron tomó el brazo del viajero y lo apegó al suyo. -Yuko, mira mi brazo y mira el de Nakan- indicó el de piel oscura.

El Neanderthal observó y se percató de lo diferentes que eran, el brazo de Kron era mucho más delgado y el de Nakan lucía una musculatura amortiguadora y una robustez bastante superior.

-Si me golpearas a mi, romperías mi brazo, de la misma forma como lo hiciste con el de Kahúba, él no podría golpearte con un brazo roto, no vale la pena.

-Pero puede golpearte con el brazo izquierdo- señaló el viajero, -de todas formas, te puedes tirar al suelo para esquivarlo- agregó bromeando entre carcajadas.

Esa noche, miraba el clan el ardiente fuego como si pudieran leer el futuro faltando más de 20 000 años para que alguien escriba la primera letra.

-Quiero enseñarles algo- irrumpió la voz de Kron el silencio. Enseguida dejó a los narices anchas al rededor de la hoguera que de las fieras los protegía para traer a su presencia una de ellas.

-¿Qué diablos te sucede?- preguntó Nemek alarmado al ver cómo Kron venía acompañado de un lobo. Todas las gentes se sobresaltaron y Yuko quedó helado.

-Él es mi amigo- indicó el Cro-Magnon señalando a la bestia.

Fligar se precipitó en seguida hacia el can con una lanza en las manos buscando quitarle la vida pero el Homo-Sapiens se interpuso tomando de un extremo el arma.

-Lo encontré en el bosque sólo mientras recogíamos madera, estaba muy flaco y débil, le di un poco de carne de ciervo y me siguió tranquilamente hasta aquí-.

-¡Estás loco!- gritó Nemek, -¡hay un niño aquí!- agregó señalando al pequeño hermano del líder, una pequeña criatura que comenzaba recién a dar pequeños pasos.

-Es tranquilo, sabe que está vivo gracias a mí, no va a atacar a menos que yo se lo diga, este animal es inteligente, Yuko-.

-¡Los animales no piensan!- bramó el Neanderthal.

Kron masculló unas cortas palabras de risa en su idioma, -no tienes idea de lo que estás hablando, gordito. Escúchame bien, los lobos cazan en grupo, ¿te has dado cuenta? Acorralan a la víctima, la sorprenden, ¿no hace falta pensar para esto?- indicó el sabio Cro-Magnon.

Yuko montó en cólera y miró a Nemek esperando que se ponga de su lado.

-Tiene sentido- dijo algo nervioso el médico pero siguiendo sus principios de la razón para comprender la situación.

-Yuko, realmente tiene sentido- agregaron Nakan y su hermosa hermana mirando al dócil cánido recibir las caricias de Kron.

Impactado, se acercó tembloroso al animal mientras recordaba la herida de su padre y aquella fiera que le gruñó mientras cargaba a su recién nacido hermano.

El animal miró la mano del Neanderthal y la lamió cariñosamente como lamería a sus cachorros.

Yuko se iluminó nuevamente, un lobo en tregua con él era algo que nunca había imaginado y realmente lo veía como algo bastante conveniente, sobre todo en la situación en la que estaban.

-Aguarden- dijo el Neanderthal, a continuación caminó hacia Kron y le dijo que simule una caída al ser golpeado y lo empujó bruscamente, luego volteó a ver al lobo y este comenzó a gruñir enfurecido al ver a su amo atacado.

-Realmente es inteligente- rió el líder -y se estimula velozmente, es como encender cortezas secas- bromeó nuevamente.

Kron lo miró sonriente.

-Me has dado una idea para su nombre- dijo el Cro-Magnon, -¡se llamará Fuego!- exclamó.

¡Esta es mi tierra!Where stories live. Discover now