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La nochebuena no fue buena pero tampoco mala, mi abuela Josefina dándome la vara sobre si debía buscarme un novio que, si no iba a quedarme para vestir santos, precisamente eso... santos y bueno mis tíos, José hermano de mi madre y su mujer Raquel hablando de política los cuales son muy de derechas y hacen mosquear a mi madre que es de izquierdas y al final mi padre y yo que no nos gustan los líos de ningún tipo acabamos como siempre yéndonos para la cocina a hablar de nuestras cosillas mientras mi abuela por lo bajini murmulla, los Seoane que raritos que somos

Y es que realmente con mis abuelos maternos no he tenido nunca una relación demasiado estrecha y hasta diría que la relación con la familia Carballo es forzada por mi madre por no romper vínculos con los suyos

Recuerdo cuando hace 3 años murió mi abuelo Alfonso y es que con el creo que en toda mi vida podría contar las veces que cruce algunas palabras, ni siquiera llore y ni siquiera fui al entierro, para mi abuela soy una pecadora que no cree en su dios y mi padre un error de mi madre

Cuando se conocieron con 16 años los dos en Monforte de Lemos de donde es originaria la familia Carballo y donde tiene sus posesiones, porque son de dinero, no diré familia bien porque odio esa expresión, la bondad no la da el dinero la da el corazón y eso que me enrollo cuando se conocieron para ellos mi padre era un paleto que venía de la montaña que solo hablaba gallego y muy poco para su hija, ni siquiera cuando comenzó a trabajar en la fábrica en Vigo lo valoraron y lo que más les duele a los Carballo es que mis padres se aman a pesar de ellos y de todo

-Papa ¿no les odias? - le pregunto yo a mi padre

-No Astrid ¿Por qué iba a hacerlo? Mira mi madre no me enseño las cositas mágicas que te enseño a ti porque para ella eso siempre fue una tradición de mujeres, pero lo que me enseño es que odiar es inútil, que la energía negativa solo atrae más energía negativa y quien te desee mal si tu energía la mantienes positiva a él se le devolverá ese mal

-Papa ¿seguro que no te enseño magia? - le contesto mirando de reojo

-Bueno algunas cosillas si, supongo que por nacer hijo único como tu pensó en ir dejándome pensamientos, que alegría le dio cuando tu naciste ¡unha nena! chillaba en el hospital, al fin una niña, los Carballo especialmente esa señora fumaban en pipa y yo no podía parar de reír, naciste un uno de mayo, curiosa fecha, la venida de la Madre con sus flores

-Mama siempre me dice que esa primavera fue especialmente bonita y que el día antes de que yo naciera soñó con flores, a veces no sé cómo Mama pudo nacer en la familia Carballo

-Bueno Astrid, supongo que en todas las familias tiene que haber una oveja negra y tu mama es una oveja negra preciosa, como tu mi niña, anda ¿Por qué no vas a dormir? Se te ve agotada

Le di un beso a mi padre, fui hasta el salón le di otro a mi madre y me despedí sin demasiada efusividad de los demás, al llegar a mi cuarto tenía varios whatsapp, uno de ellos de mi primo Oscar, hijo de mis tíos, felicitándome el Yule, bueno al menos es un Carballo que intenta ser bueno con una Seoane, pero eso si no sé cómo hace que siempre se escaquea de todas, entro en mi cuarto y enciendo unas velas, hago un pequeño ritual de agradecimiento y al sobre

Después de un rato durmiendo comienzo a soñar con el mismo prado de flores blancas de las visiones en mi trabajo con la paciente fallecida Clarisa, la paz y la energía que se siente es impresionante, miro hacia mi derecha y veo las montañas se parecen a las de mi infancia las de mi abuela así que comienzo a caminar para allí, no estoy sola, a ratos se me cruza gente que parecen elfos sacados del Señor de los Anillos, mujeres, hombres, niñas y niños... algunos me saludan como si me conocieran y yo siento en parte que los conozco, es tan extraño, pero a la vez muy reconfortante

No sé cómo hago, pero enseguida llego a las faldas de aquellas montañas y comienzo a subir un camino de piedras, hasta que me interno en un pequeño bosque, en el bosque hay arbustos con flores preciosas y enormes mariposas de colores, ya había visto en el prado algunas mariposas, pero más pequeñas

Me llega a mi nariz un perfume de todo lo que me rodea que me hace sentir realmente bien y en esa paz estoy que me pasan desapercibidas las pisadas de una loba blanca que avanza hasta mi hasta que se sitúa justo delante, la veo me sobresalto, pero no tengo miedo, siento que la he visto antes, me habla

-Astrid, curioso, mismo nombre arriba y abajo – nos miramos a los ojos, y de repente de forma mágica comienzo a ver mi reflejo, soy yo, pero algo diferente, mi pelo blanco, pero más brillante con mis ojos gris azulados, pero con la pupila casi similar a un gato y mis orejas como elfo ¡ay! ¡Tengo pinta de elfa! pero siento que me reconozco, no me siento extraña en ese aspecto, el sueño acaba abruptamente con un gran ruido como una explosión y un rugido que me hace despertar temblando, miro el reloj las 3 de la madrugada

No llevo ni una hora durmiendo y en aquel sueño parece que han pasado horas, oigo roncar a mis padres, pero yo estoy temblando así que voy a la cocina y me preparo una infusión de lavanda, me sonrió yo sola recordando a mi abuela Josefina diciendo "no podéis tener infusiones normales" y pienso para mí misma, en la casa de la bruja no hay nada a tu gusto ¡mala pécora!

Después de un rato parece que el sueño regresa, aunque mi cabeza no para con todo el significado de ese sueño, el cansancio acumulado es más fuerte así que a los 15 minutos estoy otra vez durmiendo a la pata suelta, de nuevo vuelvo a ese campo de flores blancas y todo parece estar bien, veo de nuevo las mismas montañas, me doy cuenta que siempre aparezco en el mismo punto, pero esta vez no hago nada, me siento sobre la hierba y dejo el tiempo pasar mientras las mariposas revolotean a mí alrededor 

Meiga MouraWhere stories live. Discover now