5

11 0 0
                                    

¡Feliz año nuevo!

Atragantamiento con las uvas, whatsapp petado, felicitaciones de gente que no se acuerda de ti el resto del año y casi una obligada fiesta que no me apetece, porque no estoy de humor, tengo demasiado que pensar y no llame al enano mágico ni una sola vez, siento ganas de aislarme

Pero mi buena amiga Alba no me deja y me come la cabeza que salga  pero como soy terca llama a las demás de la pandilla de amigas, para que me coman aún más la cabeza, al final por no oírlas me arreglo con un vestido negro que me encanta con bordados florales y me maquillo con mis inseparables pintalabios rojo y la sombra de ojos, a la una y media estoy en el coche recogiendo a cada una en su casa para luego camino de quien dónde porque a mí no me van a meter en un pub o discoteca de música ratonera

Mis otras dos amigas son Ana, de pelo castaño, chica curvy y siempre sonriendo por eso la adoro y Carmen, Carmiña para los amigos de cabello negro y de familia venezolana, siempre está diciendo chévere a pesar que se ha criado aquí toda la vida y bueno antes estaba Sandra, pero ya os conté su traición con mi ex

Al final más por mí que por ellas acabamos en un pub con música pop de los 90 y 80, pop rock más o menos, con decoración de fotos en blanco negro, de los Rolling Stones, Jimmy Hendrix y otros, el lugar no está mal, estoy con mis ellas y debo aprovechar el momento

Nos ponemos a bailar y a beber, yo sin alcohol, nunca me ha gustado, y eso a reír como cuatro buenas amigas, no precisamente sacando temas trascendentales pero esta noche lo agradezco y en esa zona de confort estaba cuando Alba se queda mirando en dirección a la puerta del pub

- ¿Ese no es el chico que fue a visitarte al hospital?

- ¿Qué chico? Cuenta, cuenta – dijo Ana con la sonrisa más grande que nunca

-Si si, es mono, pero está un poco rellenito – dice Carmiña que como siempre tarda dos segundos en sacar defectos

- ¡Carmiña! ¿es que me ves a mi gorda? - ¡Ala ya la tenemos liada! y además el grito de Ana llamo la atención de Fernando y sus amigos, él se me quedo mirando y yo no tuve más remedio que saludar, esperaba interiormente que no se acercase, pero no solo eso, sino que vino con sus tres amigos, ellos 4 nosotras 4, ni a propósito...

Uno de sus amigos llamado Adrián moreno, pero con el pelo arriba más largo teñido de rubio soltó

-¡Fer de que conoces a estas chicas! - decía eso con los ojos clavados en Alba, pensé que Alba no le seguiría el rollo, pero sorprendentemente si acabaron yendo a bailar y las otras dos al ver que Alba le reía la gracia a ese chico se animaron y comenzaron a hablar con los otros dos algo más tímidos, en apenas unos minutos Fernando y yo estábamos los dos solos... entonces me dijo

-La verdad no sé si sacarte a bailar yo también porque se te nota que, no quieres

-En que me lo notas – me lee este el pensamiento o que ...

-No sé, tus ojos, me hablan ¿te puedo decir una locura? Pero no te lo tomes a mal por favor- vi que no estaba borracho así que arriesgué

-Di lo que quieras - quizá sonó un poco borde

-Pues desde el tropezón cuando me equivoque de vestuario, no te saco de la cabeza, siento que te conozco de algo o que ya nos hemos visto antes, pero por mucho que rebusco en la memoria no me acuerdo, hasta he pensado en la reencarnación jeje - ¡Madre mía! tiene que salir el tema de la reencarnación ahora, ¿Qué le contesto?

-Bueno quizá nos hemos cruzado en algún momento, bueno bailemos un poquito, pero te aviso que no es lo mío – no es que quisiera bailar, lo que no quiero es mantener esa conversación, claramente

Meiga MouraOnde as histórias ganham vida. Descobre agora