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Me han dado de comer, me han dejado hacer mis necesidades, pero siempre con los brazos bien aprisionados a mi cuerpo por fuertes cuerdas, no sé cuánto tiempo llevo así, sé que al menos un día ha tenido que pasar y se bien quien me tiene porque noto el aura de cada uno de ellos

No lloro, no me salen las lágrimas, estoy furiosa, al principio grito, en castellano, en gallego hasta que de mi boca empiezan a salir palabras en una extraña lengua por impulso, noto mi alma que quiere salir de mi cuerpo y destruirlos a todos

- ¡Cállate! Me gritan, es mi abuela Josefina

-Quítame esto de los ojos, os conozco a todos y os voy a destruir, os voy a aplastar salga viva o muerta de aquí, la furia de una Drakani no tiene límite – hasta hace nada no me podía creer que estuviera hablando así

-Veo que ya hablas draconico – esa era la voz de mi madre, y notaba a mis tíos y a mi primo susurrar, y le conteste vaya si le conteste

-Tu eres una traidora, te consideraba mi madre en la tierra y te amaba, pero ahora te mataría

Suelta una risotada maligna que no me puedo creer que venga de ella y dice – Tu padre y tu sois igual de imbéciles, bueno tu padre carnal me refiero, tu padre astral morirá porque no podrás cumplir tu misión y luego morirás tú, os la hemos colado, todos los dragones sois igual de idiotas, pero vuestros traidores nos darán lo que merecemos

Concentro mi mente y empiezo a ver las almas, de todos los presentes, parecen dragones, pero no son como yo, su piel es muy reptiliana y poseen alas de murciélago, noto almas de humanos empequeñecidas como en sus estómagos, posesiones, malditos parásitos

- ¿Cómo una lagarta como tú me ha traído a este mundo? - pregunto cada vez más y más alterada

-No me llames lagarta, dragona egocéntrica - estoy pasando del amor al odio en muy poco tiempo, me continúa diciendo

Pues muy fácil, por un traidor entre los vuestros que sabía que vendrías a través de la mujer que estoy poseyendo, solo tuve que encontrarla y poseerla, pero no 100% primero deje que tu padre, el Seoane se enamorase de una mujer que luego le iba a quitar ya que, si no tu abuela Aura me habría detectado muy fácilmente, digamos que no poseí este cuerpo del todo hasta que tu abuelita dragona murió

Suena un coche, y oigo dos voces masculinas que se acercan, un portón se abre y se cierra de golpe, están dentro con los demás, los oigo de nuevo, no me queda duda son Fernando y Adrián, ahora no me quedaba duda Nekro y Atryo

-Vaya lo habéis conseguido – dijo Adrián, con su muerte se abra acabado todo el problema

-Atryo, no la vamos a matar – era la voz de Fernando, pero sonaba autoritaria, no tenía su personalidad disfraz, lo oigo avanzar me coge de la cara y me da un beso forzado en los labios, yo intento morderlo, pero se me retira

-Eres salvaje – dice- vosotros lagartos ir a por la otra y ya sabéis, no dejéis rastro

-Como me has engañado cabrón – le dije yo hasta el que ahora consideraba Fernando pero ya era simplemente, Nekro

-Yo fui luminoso una vez – me dice- el que tuvo retuvo, y sabes que yo fui quien hirió de muerte a tu padre y si no fuera por tu madre Hana, le habría matado, pero por lo visto las Drakanis podéis ser más peligrosas que muchos de nosotros los Drakaneal - no me contuve y le grite

- ¡Tú y ese no sois Drakaneals! ¡Sois escoria! - mi ira iba en aumento y me di cuenta que fuera empezaba a tronar, oí que de nuevo el portón, algunos se están marchando, tengo que hacer algo, noto la electricidad en mí, oigo alguien corriendo, es ahora o nunca

-Rayos venid a vuestra Señora, expansión - murmuro, noto como de mi cuerpo salen miles de descargas eléctricas, gritos, más bien alaridos, chispazos eléctricos por todos lados, algunos rayos incluso rebotan contra mí, pero a mí no me daña porque yo soy quien crea esa energía

Se me rompen las ataduras y se me cae la venda, todo está luminoso a mi alrededor y mi propio cuerpo está brillando, veo muertos, mis tíos y mi abuela Josefina, muertos y ardiendo, me separo de la columna que estaba atada y me llevo una sorpresa, Adrián, Atryo, se está arrastrando por el suelo, expando mis palmas hacia él y digo

-Alma corrupta sal encadenada de ese cuerpo – subo un poco las palmas hacia arriba y lo veo con aspeto similar a los lagartos, pero con algo de plumas, veo en su alma la mirada aterrorizada que dice

-Piedad, princesa Astrid, piedad...

-No hay piedad para los malvados – de mis palmas salen rayos azules y morados, que acaban con ese Drakaneal de forma inmediata, transformando su sombra en luz sin conciencia que mi alma absorbe

Faltan mi falsa madre, mi falso primo Oscar y Nekro, cierro los ojos y trato de visualizar con mi tercer ojo, van el coche de mi madre en dirección hacia Alba, vaya, Nekro tiene quemaduras no estaba del todo fuera de este lugar, ahora que lo observo parece una nave industrial abandonada

Salgo fuera, no tengo ni idea de donde estoy, entonces oigo un coche, es el coche de un amigo de mi padre y es mi padre el que viene en él, me pongo delante de él y le dejo ver mi aura eléctrica, amenazante, ya no me fio de nadie

Pero él se baja y no parece tenerme miedo, al contrario, está sonriendo y llorando, mi falsa madre dijo que a él lo engaño entonces quizá el sí sea bueno, no sé qué pensar ya

-Astrid ¿Qué ha ocurrido? - la nave por la carga eléctrica empieza a arder, veo que el se acerca a la puerta que he dejado abierta

-Ahí dentro están muertos mis tíos, mi abuela y un rastrero yo... los he matado –noto que las energías por la adrenalina, empiezan a decaer, estoy a punto de caer al suelo, pero él me toma en brazos y me dice

-He localizado por el GPS a tu madre, esta fue la última ubicación que dio, desapareció y no sabía que pensar, te llevo a casa

- ¡No! - déjame tu teléfono para llamar a Alba y llévame donde yo te diga, no pienso fracasar en mi misión

-Tu misión Astrid- entonces es lo que me temía, las historias de mi madre son ciertas ¿no tengo opción verdad?

-No y déjame llamar de una vez a Alba no pienso dejar que la maten otra vez, como en la edad media, tendré cuerpo humano pero mi alma esta despierta soy Astrid Seoane y soy la princesa Astrid Drakani de la Atlantida 

Meiga MouraWhere stories live. Discover now