¿Si pudieras ver tu destinado estarías muy feliz?
Pues este no es el caso de Naruto, un chico normal que puede ver el hilo rojo del destino, pero nadie le hubiera preparado para lo que iba a pasar...
Su destinado era un chico... ¡¡un chico!!
Cuando...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Naruto agarró el refresco para servirlo, aun con los mocos sueltos, trataba de sonreír aun que estuviera avergonzado por la recién escena que le hizo a Gaara.
Había pasado un largo tiempo... y de verdad la sensación de poder tenerlo de nueva cuenta era maravillosa, se sentía como un niño cuando abría un regalo en Navidad. Terminó de llenar los vasos, al mismo tiempo que moqueaba.
–Nunca nadie había llorado por mí de la manera en que lo hiciste.
–Fue la emoción. – Gaara sonrió acercándose para alborotarle los cabellos.
–Realmente me alegro poder verte, comprobar que estuvieras bien y que no fuera una mentira.
–Nunca te mentiría
–Te fuiste sin decirme nada... realmente no sé qué paso con tu vida, después de aquella etapa turbia que tuviste
–Tenemos todo el tiempo que dispongas.
–Realmente cariño, me quedaré hasta que Sasuke se largue de aquí.
–...–Naruto se puso a pensar.
–Si estás pensando en cómo alojarnos no te preocupes– sonrió grande– Podría dormir con Sai en un sillón, te aseguro que no seremos un inconveniente.
Naruto sonrió viendo el semblante pícaro de Gaara, se alegraba al saber que esos dos todavía estaban juntos a pesar del tiempo, al parecer su lazo era fuerte.
–¿Lo llevas bien?
–¿El qué? –señaló a Sai. – Tan bien como podemos, es abrumador a veces.
–¿Por qué?
–Nunca fui de parejas estables, y mucho menos él, créeme a veces queremos caer en ser infieles... pero creo que logramos entrar en razón a tiempo.
–¿Pero le quieres?
–Quererlo– bufó viéndolo de reojo y Naruto trató de no hacer ninguna mueca– Lo adoro...–Su semblante cambió a uno tierno y el rubio tuvo que morderse el labio para no hacer nada, realmente se alegraba que funcionara bien. – ¿Y tú?
–¿Yo?
–No te hagas– señaló a Sasuke descaradamente de pies a cabeza haciendo que el azabache a lo lejos frunciera el ceño.
–A-ah eso– dijo nervioso– ¿Somos amigos?
–¿Follamigos? Aunque por dios hay un niño presente, ¿cuándo quedaste embarazado y no me dijiste? –sonó burlón.
–Que gracioso– le sacó la lengua– Si pudiera quedar embarazado hubiera tenido a los hijos de medio Japón.
–Qué asco– murmuró Gaara y Naruto sonrió grande.
–Así como tú, no eres inocente Gaa-chan.
–Ya, ya– dijo sonriendo– Lo admito, pero... volvamos, ¿estás con Sasuke?
