Capítulo 11

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Rydel llegó hasta mi habitación en tan solo 5 minutos.

Practicamente había venido corriendo, y aún estaba con ropa de dormir, al igual que yo.

-No sabes lo dificil que fue encontrar tus llaves en la habitación de Ross.

Se llevó las manos a las rodillas y trató de tranquilizar su respiración.

Había venido a las 4 de la mañana tan solo porque se lo pedí, y nisiquiera había protestado.

Solo un: "¡Oh dios mio! Estaré allí en 5!

-¿Porqué crees que estás embarazada?- preguntó.

Caminó hasta estár frente a mí y me observó el abdomen.

-Yo no noto nada.

-No tendría porque notarce aún.- dije.

Me puso las manos en la barriga, y buscó algo con sus manos, arrugó el ceño.

-No sabría que decirte.- dijo.-¿Cuando fue la última vez que...tu y Ross...ya sabes?

Imagenes de ayer en la noche pasaron por mi mente.

-Ayer por la noche...hace unas horas...

Rydel trató de fingir que no le sorprendía, pero falló.

-Bueno...- sopló aire.- Solo hay una manera de saberlo.

...

-Solo deberíamos esparar unos cuantos minutos.- dijo Rydel.- No puede ser tan complicado.

Sostenía un test de embarazo con los dedos, aún estaba en su empaque y por alguna extraña razón no quería sacarlo.

-Solo vé al baño y luego lo sabremos.- dijo y con una sonrisa de apoyo me hizo entrar.

Todo el tiempo que estuve allí me puse a pensar que pasaría, si salía negativo pues no pasaría nada. Pero si salía positivo no había vuelta atrás.

Nunca entendí porque muchas mujeres decidían abortar, y aún no lo entendía. Porque si yo estuviera embarazada, tendría al bebé, sin importar que me dijeran.
Aunqur sea dificil...

Y luego recordaba quien era.

Un cuerpo delgado era algo que me exigían tener, y tener un bebé cambiaría todo. Aún peor cuando estaba a medio grabar una película importante.
Una película en la que debo mostrar mi maldito cuerpo.

Ojalá tuviera el cuerpo de mi madre, cuando ella estuvo embarazada nadie lo notó, era delgada y yo era pequeña, solo aumentó de peso, pero nadie lo notó.

¿Si lo estuviera se notaría?

Me imaginé a mi misma ocultandole a todos que tenía a un pequeño humano en mí.
Sería como un pequeño secretito, que solo yo sabría.

Tan pronto como terminé, salí del baño. Rydel me abrazó y solo dijo:

-Ahora ha esperar.

...
¿No les ha pasado que aveces sienten que el tiempo pasa demasiado rápido? ¿Y otras veces demasiado lento?

Pues este era uno de esos momentos en los que cada segundo se hacía eterno.

Me quedé con la mirada fija en el suelo de mi habitación, y sin darme cuenta, mi mente empezó a darme nombres que me gustaban.

¿Sería niño o niña?

¿Sería castaño como yo o rubio como Ross?

"Aun no sabes si estás embarazada" me decía la mente.

Pero cada segundo que pasaba la idea de ser madre parecía más interesante y menos aterradora...hasta me gustaba.

Llevé mis manos a mi vientre.

-______.- llamó Rydel.- Solo quiero que.- se aclaró la voz.- Solo quiero que sepas que pase lo que pase, te apoyaré en todo. Si esto sale positivo pues estaré allí junto a tí. Sin importar lo que mi hermano pueda hacer, me tendrás a mí.

Tomó mi rostro en sus manos.

-¿De acuerdo?- preguntó.

-De acuerdo.- respondí.

Y sin saber porqué salieron làgrimas de mis ojos. Estaba realmente asustada. "Realmente" era muy poco.

No estaba lista.

No lo estaba.

Pero aprendería.

Quería aprender.

Y los brazos de Rydel sosteniendome me calmaban.

¿Qué creería Ross si estaba embarazada?

¿Terminaría conmigo y fingiría que nada pasó entre nosotros? O ¿Estaría igual de asustado que yo, pero dispuesto a ayudarme con todo?

No lo sé.

Mi teléfono sonó y me indicó que ya era hora.

Miré a Rydel y ella me apretó la mano.

-Lo leeré yo primero ¿sí?- me dijo.- Tranquila, preciosa. Todo saldrá bien.

Caminó hasta el test y me lanzó una mirada rápida antes de ver el resultado.

Talvez mi vida iba a cambiar ahora, o talvez no. Sea lo que sea, trataría de tenerlo bajo control.

Me miró a los ojos, pero no expresó nada.

Y el sonido de algún reloj me informaban cada segundo que pasaba.

No lo estaba.
No estaba lista.
Oh...
Me dolía todo.
Los nervios no me dejaban en paz.
Me sacudía.

Si es que estaba embarazada, pues...ya no importaba quien era.
Tendría que decirle a mi mamá y...

-Positivo.
...

La bolsa de preocupación que me aplastaba los pulmones desapareció, dejandome ligera.

¿No se suponía que debería asustarme?

Ya estaba.

-¿________?- llamó Rydel.

La miré y no pude evitar sonreír.

-Seré mamá.- dije.

Rydel esperó unos segundos, se la notaba confundida. Y no la culpaba.

-¿Y estás bien con eso?

Me sequé las lágrimas que tenía en el rostro. Pero unas nuevas volvieron a salir.

-¿No me oiste?- dije, tenía una sonrisa en el rostro.- Voy a ser mamá.

Me lanzé a abrazarla y ella rió.

-¡______! ¡Serás mamá!- repitió.

Me despegué para mirarla al rostro. Tambien lloraba, pero eran lágrimas de felicidad, al igual que las mías.-¡Oh Dios Mio! ¡Voy a ser tía!

Entre lágrimas y risas caimos a la cama e instantes después nos dormimos.

Me sentía más fuerte que antes, tenía esa sensación de fortaleza dentro de mí. Y esa noche, apesar de tener los ojos cerrados, no dormí.

Mi mente trataba de procesarlo todo.

Tenía a un pequeño humano dentro de mí.

WHITE (Ross Lynch) (Hot)Where stories live. Discover now