Capítulo 10

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Hermione miró su reloj de muñeca antes de soltar un pequeño suspiro. Iba, casi, quince minutos retrasada a su cita con Sebastián. Estaba más que cansada, iba prácticamente corriendo para llegar a su destino. Se maldecía una y otra vez en su mente por haberse tomado una "pequeña" siesta que después de todo no fue tan pequeña como esperaba. Era de esperarse después de que se quedará despierta hasta tan tarde con sus amigos y más aún cuando en la mañana su madre la despertó temprano para que la ayudará a hacer una limpieza general en la casa. Definitivamente, mal día para una cita.

Ignorando el que su cabello estaba todo desordenado a causa del viento y que llevaba la misma vestimenta de ayer pues no tuvo tiempo de cambiarse, se dispusó a entrar al Starbucks cuando el reloj ya marcaba las ocho con veinte minutos.

Veinte minutos no era demasiado tarde, ¿verdad?

Como era de esperarse, en una de las mesas en una esquina se encontraba Sebastián mirando al vacío con dos cafés sobre la mesa esperándola.

Hermione hizó una mueca preguntándose cuánto tiempo debía de haber estado Sebastián esperándola.

Se acercó a su mesa casi corriendo para al llegar sentarse de una vez sin esperar a que él siquiera la saludará.

— Perdón por la demora —dijo ella a modo de disculpa— Pero me quede dormida.

Sebastián levantó la vista hacia ella para luego soltar una pequeña risa. Se veía muy tierna con esa mirada de culpabilidad.

— ¿Dormida? ¿A las ocho de la tarde? —preguntó divertido. Hermione hizó una mueca.

— Si, bueno. Eso sucede cuando llegas tarde a casa y tu madre te obliga a despertarte temprano. —él volvió a reír.

— No te preocupes —le sonrió— Pedí un café simple, espero que no te moleste.

— Oh, para nada. Creo que esta claro que lo que más necesito ahora es un café.—tomó el vaso entre sus manos y le dió un pequeño trago para probar la temperatura de éste.— Espero que no hayas esperando mucho —tomó otro gran sorbo de su café.

— No importa, todo por verte.—ella alzó una ceja.

— ¿Por verme? o ¿Por escuchar mi historia?

— Ambas, en realidad. Además de besarte.—ella sonrió coqueta.

— Pues, no lo haz hecho hasta ahora.

Sebastián no dijo nada en vez de eso se levantó un poco de su silla y depositó un pequeño beso en sus labios para luego volver a sentarse como corresponde.

— Que rico tu café —pasó su lengua por todos sus labios causando que ella soltará una pequeña risa.

— Bien, ¿que quieres saber?

— ¿Por qué creaste esa mentira de que eres lesbiana? —preguntó sin rodeos.

— Porque quería evitar que chicos como tú se metieran en mis pantalones —tomó un pequeño sorbo de su café sin dejar de mirarlo a los ojos.

Hermione se había preguntado todo el camino hacia el Starbucks si le diría la verdad a Sebastián y decidió que lo haría, no porque confiará en él sino que creía que después de que la escuchara él iba a salir de su vida o por lo contrario se quedaría con la condición de no decir nada.

— ¿Por qué?

— ¿No crees que es obvio? Porque no quería que nadie se metiera en mis pantalones, y existen chicos que son muy insistentes asi que si decía que era lesbiana nadie intentaría acercarse a mí, por lo menos ningún hombre.

— Entiendo, pero ¿y Draco y tus otros amigos? Al final no te libraste de todos como creíste.—ella rio.

— No creí que después de que le dijera eso a Draco él se acercara más a mi porque me encontro "interesante" y menos que sus amigos me aceptaran en su grupo.

— Eso no estaba en tu plan ¿eh? —ella negó con la cabeza.

Así estuvieron toda la tarde hasta que ya eran las diez que fue cuando su madre la llamó diciendola que volviera a casa. Claro, como no estaba con Draco ella tenía un toque de queda que le impedía volver tarde a casa más si era con un chico que su madre no conocía.

La cita estuvo bastante bien a los ojos de Hermione, Sebastián había sido todo un caballero totalmente distinto a como se comportó en la fiesta de la semana pasada. Más tranquilo y paciente por así decirlo. No demostró el querer llevarsela a la cama inmediatamente, aunque Hermione sabía que ese era el propósito de él. Hermione todavía no confiaba en él, era un chico que apenas conocía no podía ir y acostarse con él.

Aprendió la lección con los chicos, así que ahora tendría más cuidado con ellos.

Aquel que valiera la pena estaría con ella esperándola hasta que estuviera "lista" y si se cansaba era porque solo la quería para un polvo. Eso era lo que haría con Sebastián que era el primer chico que conocía desde su mentira, ir lento.

Hermione estaba preparandose para irse junto a Sebastián cuando su celular comenzó a vibrar. Ella vió el nombre en la pantalla e hizó que él se callara.

— ¿Si?

— Hey.

— ¿Qué sucede, Draco?

— Nada, solo me aburría. ¿Qué haces? —miró a su alrededor colocándose nerviosa. Otra vez tendría que mentir.

— Este... yo... estoy viendo la televisión.

— ¿Por qué se escucha como si hubiera tanta gente?

— Porque tengo el volumen muy fuerte, idiota.

— No me pegues —ella rio— ¿Te importa si voy a tu casa ahora mismo?

— ¡NO! —exclamó para luego aclararse la garganta— Digo, no.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Porque... mamá no deja que venga nadie.

— Pero si siempre me deja ir cuando quiero.

— No vengas y punto.—dijo de forma brusca arrepintiendose segundos después de sus palabras. Suspiró.—Perdón, Draco. No tengo ganas de hacer nada. Si quieres podemos salir mañana, ¿te parece?

— Claro.—escuchó que susurraba. Hermione se mordió el labio, odiaba mentirle.

— Bien, hablamos mañana. Ádios, Draco.

— Ádios —dijo él antes de que se cortará la llamada.

En su camino a casa no dijo nada, solamente se despidió de Sebastián para luego entrar a su casa e irse inmediatamente a su habitación.

Estaba agotada y no precisamente por la cita. Estaba agotada de estar siempre mintiéndole a Draco, una persona tan importante para ella. Él no se merecía que le mintierá, siempre fue tan bueno ya tento con ella que es imposible que no se sintiera un poco culpable. De vez en cuando pensaba en como sería si le dijera la verdad a sus amigos pero luego retiraba eso de su mente. No podía decirles, si les decía jamás la perdonarían. No podía seguir mintiendo pero tampoco podría decir la verdad. Aunque tal vez la mejor solución era sí decir la verdad. Prefiría perderlos por decir la verdad que por seguir mintiéndoles. Aunque no podía soportar la idea de perder a Draco debía decirle la verdad.

Definitivamente tarde o temprano le debería decir.

Soltó un gran suspiro.

Esto te pasa por ser lesbiana , se dijo a sí misma.

mi mejor amiga "lesbiana"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora