¿Seguro Que Eres El Jefe?

19. ¿Fallé?

NICO

Me levanté del suelo con miedo de que alguna parte de la casa fuera a caer o con que otra bomba fuera a explotar.

— Ellos de nuevo. — Comentó Johnny acercándose. — Son hijos de perra. ¿Qué demonios espera a que hagamos?

— ¿A qué nos movamos? - Dije.

— ¿Y si no qué? — Dijo. — Quiere implatar su autoridad y no lo logrará.

— Piense en el más allá. ¿Y si lo está probando? — Dije al mismo tiempo que le hizó señas a Paul para que se le acercará.

— Está atacando, no probando. — Tomó a Paul del hombro. — ¿Conoces a la chica?

— No del todo. Pero sé que es una bailarina de tubo. La he visto hacer su show. — Dijo con seguridad.

— Encargate de ella. Buscala. Llévate a 3 contigo. — Dijo.

— Ahora mismo tal vez ella este huyendo... ¿Crees que estaría allí? — Le cuestioné — No tendría sentido a arriesgar más hombres. Tal vez ello buscan debilitar la defensa para atacar con más profundidad.

— Pero con esta chica podemos obtenerlo mediante la justicia. — Dijo.

— ¿Está pensando meter la policía en esto? — Comenté con algo de impresión.

— Para ellos sí. — Dijo.

— ¿Y qué pasará cuando investiguen todo este lío? Probablemente hasta usted quedará mal parado y todo lo que trabajamos con usted. — Dije.

— Tranquilo. Sabré como hacer mis cosas. — Comentó con seguridad.

— Aunque creo que Nico tiene razón. — Dijo Paul. — No nos sirve de nada ir tras la chica, ella sabe que mostró su rostro. De seguro va a ocultarse en cualquier lugar.

Él se quedó detenido pensando por un momento.

— Limpien todo el desastre... Llamaré a los contructores... — Comentó.

— ¿Porqué no mejor cambiarnos de propiedad? — Comentó Paul.

— Porque es lo que quieren y no le daré lo que ellos quieran. Están jugando mí juego, ellos no son dueño de nada... — Dijo antes de volver dentro de la casa.

MICHELLE

— ¿Porqué no te pusiste la máscara? — Preguntó Abel paseándose delante de mí.

— Porque la olvidé. La bomba llevaba un tiempo programado por sí no lo sabías, así que tenía que dejarla lo más pronto posible. — Dije.

— Tú vida corre peligro. — Dijo Abel, pero Jimmy seguía en silencio detrás de él, cruzado de brazos, acariciando su barbilla.

— Siempre he estado bajo peligro. ¿O se te olvida? — Dije dándole una mirada asesina.

— Michelle — Interrumpió Albert. — Ha sido una de nuestras trabajadoras por años, no queremos perderte.

— ¿Quién ha dicho que eso va a pasar? — Interrumpió Jimmy. — Además ella sabía lo que estaba haciendo cuando aceptó este trabajo sucio. ¿O no?

Enmanuel lo miró fijo con una mirada cortante.

— Claro que lo sabía. — Afirmé con seguridad.

— Irás a un refugio. — Dijo Jimmy. — Nos encargaremos de tú transporte... Estarás bien, por lo menos hasta que la marea baje.

— ¿Quieres que me encierre? — Pregunté.