CARTA UNO

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Querido Dan.

Ni siquiera sé si eres tan querido por mí en estos momentos, pero sí lo fuiste por algún tiempo, para ser justos, tanto conmigo, como contigo, lo dejaré así. 

Debí decirte que la primera noche que te vi, fuiste mi plan de escape, debí decirte que captaste mi mirada después de aquel vestido plata que resaltaba ese trasero monumental, tal vez fuiste mi segunda opción de disfrute visual, pero alguien ya estaba en mi mente esa noche. 

Haya sido como haya sido, terminé contigo en todos los sentidos; todo me condujo a ti, desde ese pequeño choque, hasta la sonrisas que intercambiamos cuando la música hacía que mi cuerpo se moviera como si formara parte del mejor burdel de la ciudad. El alcohol fue el mayor factor de esa noche, pero, para ser sincera, el hecho de haber llamado tu atención me condujo a la lujuria de romper con mis propias reglas.

Siempre que cuestiono mi moral después de lo ocurrido, me recrimino a mí misma por haber ido a esa fiesta, no solo eso, me recrimino el hecho de dejarme llevar, de haber perdido un pedazo de mi identidad y peor aún, permitir que ello se repitiera, no porque fuera algo malo, ya que es lo más normal del mundo. 

En mi vida hay drama, me gusta que lo haya, por eso, escribiré cartas de lo que debí decirte, porque mi orgullo puede más que mis ganas de hablarte y gritarte lo idiota que eres por ignorarme de esta manera.

Con amor y repulsión, Ro. 

Lo que debí decirteWhere stories live. Discover now