4. Aleesha

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Han pasado dos días y me siento fatal. Y no sé porqué. Hoy es el último día de escuela y eso significa que habrá baile de despedida. No iré. No tengo ánimos. ¿No han sentido, que de la nada, su mundo cae de picado al suelo, sin ninguna razón? Pues sí no lo han sentido, no se los recomiendo. El día ha pasado rápido y la hora de clase ha terminado. Camino a mí Audi y me subo en él. Cuando estoy a punto de salir disparada del lugar, me encuentro con Alex y Diamond, que me miran desde la ventanilla.

-¿Vendrás al baile, verdad? - No contesto.- No me jodas, Aleesha, tienes que venir.

-No tengo ánimos.

-Ven con nosotros.-Dice Diamond.

-Gracias, pero no tengo ánimos, de veras.

-Sí vendrás con nosotros.- Sonríe, ganadora.

Pongo los ojos en blanco y me voy a casa. Ya qué. Entro al garaje y luego, me voy a mí habitaión e inmediatamente, me duermo.

Soñé con unos hermosos ojos negros, penetrantes, que me observaban con delicía. Pero desperté. Mejor dicho, me despertarón. 

-¡¿Que haces dormida?! - Dice Alex.

-Deja que duerma.- Murmuro.

La miro de reojo y veo que lleva un vestido rojo, que parece segunda piel.

-Pareces una puta.-Comento. Diamond suelta una risita.

-Sí, lo sé, quiero follar.- Dice, con sarcasmo. 

Al final, me levantan de la cama y me visto con un vestido color salmón y unos tacones negros. Alex me maquilla un poco y estoy lista. Me miro al espejo y suspiro. Me voy con ellos y nos subimos al auto de Diamond. 

Una parte de mí extraña a Johann, pero otra... bueno, las dos partes lo extrañan. Odio estar así, ya qué, bueno, él es un patán, un cabrón. ¿Por qué está tan lejos ese estupido Diamante?  Yo solo lo quiero aquí... Llegamos a la escuela y entramos al baile, que es en la cancha de baloncesto. La música ya resuena por todo el lugar.

-¡Ven a bailar! - Grita Diamond, ya que la música está muy fuerte. Niego y me alejo.

Suena Break Free de Ariana Grande.  Me gusta esa canción pero no estoy de ánimos para bailarla. Sí tan solo estuviera aquí Johann conmigo para disfrutar de está noche... ¿Por qué pienso en él? ¡Es tan pero tan confuso! A decir verdad, yo jamás me había enamorado y en mis planes no está enamorarme de un Hechicero Híbrido. Me siento en una silla, sola. Todos disfrutan menos yo. Y pasan varias canciones, pero ahora, suena una, que es... no lo sé. Suena Red de Taylor Swift. Sin poder pensar claramente, me levanto y salgo corriendo de ahí. Llego al campus y me siento en el cespéd. Y empiezo a llorar dezconsoladamente. 

Quizás podría sentirme bien sí él estuviera aquí. ¡Es que no entiendo! A veces pienso en él, pero hay momentos en los que me siento bien cuando él no está. Porque sí se encuentra cerca, eso significa peleas, y las peleas significan estrés para mí. Estoy echa un lío. Lo extraño pero a la vez no. Siento un vacío en mi pecho qué, joder, me mata. Es como estar muriendo en vida. ¿Y todo por una persona? Es ridículo, pero así es. Me encanta cuando hablabamos por la madrugada; Johann consolandome de mís pesadillas. Hay una parte de él que nadie conoce y él me está dando la oportunidad de conocer es aparte. ¿Pero, en realidad, quiero hacerlo? Sé qué él me llevará a un abismo y que podrá hundirme... pero... Las lágrimas bailan en mí mejía y no dejan de fluir de mís ojos. 

-¡Y todo por mí culpa! - Cruzo mis piernas y empiezo a arrancar el cespéd. 

Se fue. Y sé perfectamente que no para siempre, pero, joder, siento que lo perdí y ni siquiera lo he tenído. ¿Se puede eso? No, no se puede. Me estoy volviendo loca o... o será otra cosa. La Luna ilumina el campus y noto que no hay nadie. Me estoy perdiendo de la gran fiesta y no me importa. Sé qué mi maquillaje se ha ido de paseo y que parezco un monstruo en estos momentos. ¿Qué estarás haciendo, Johann? ¿Luchando? ¿Durmiendo? ¿Comiendo? ¡Es terrible estar así! Siento que me hundó y que no hay nada que pueda salvarme, excepto...

Estoy loca. Yo no puedo permitirme sentir algún sentimiento por él. No puedo. Debo concentrarme en otras cosas; él no es para mí. Somos totalmente diferentes. ¿Que haría yo siendo novia de un Híbrido? ¡¿Qué?!  Es como si Johann creara un remolino y soy extraída por el. Ni siquiera sé porque lloro. Ni siquiera sé porque me siento así. Ni siquiera sé qué siento. No sé ni qué pensar. Y eso está mal. Estoy mal. A veces quisiera abrazarlo pero aunque quisiera ya no puedo. Se fue y quién sabe hasta cuando regresará. Él me declaron su amor y yo ni siquiera le respondí. Deje que se fuera sin decirle que lo quiero, aunque sea como amigo, pero ni eso le dije. No sé ni que pensar sobre mí. 

Me levantó y salgo de la escuela y llamo a papá.

-Hey.- Digo, con tono tristón.

-¿Ocurre algo?

-No... sólo ven por mí. 

-Ahora mismo llego.- Y cuelga.

Dentro de unos diez minutos, papá llega y se baja y corre hacia mí.

-¿Que paso?

Mis ojos se llenan de lágrimas y lo abrazo. Trato de calmarme, pero entre más lo intento, más sollozo. Al final, logro controlarme y digo:

-Crisis de adolescentes.- Sorbo por la nariz.

Subimos al auto y llegamos a casa, sin hablar. Me bajo y voy directamente a mí habitación, me pongo un pijama de algodón y me acuesto.

Anabel aparece detrás de las puertas de cristal, pero la ignoro y le doy la espalda. Soy un completo lío. Tomo mi Ipod y mis audifonos y me pongo a escuchar música. Al parecer, todo está contra mí. Mi Ipod solo reproduce música triste. La letra de las canciones son como balas, que me atraviesan y dejan orificios que me consumen. Sin poder aguantar más, lloro. Y antes de que sienta, mis parpados se cierran por lo irritado que se encuentran y me duermo.

Blood DiamondsWhere stories live. Discover now