29. Johann

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¡Holaa! Aquí está nuestro capítulo 29, y viene un poco fuerte así qué... no me hago responsable de los daños psicólogicos xD. Por favor, no olviden votar NI TAMPOCO comentar, me ayudan mucho si lo hacen. De paso, agradecerles por su apoyo y  espero que les guste,  y dicho eso, no los entretengo más  y pasamos a la lectura, a lo que tanto esperan ¡y sean feliz leyendo!

¡Saludos!

Lentamente abro mis ojos y lo primero que veo son unos barrotes de hierro frente a mí. Estoy en una jaula. Y mis manos se encuentran amarradas a un tronco de hierro que se encuentra detrás de mí. Mis manos arden por la cadena celestial que rodea mis muñecas. Me encuentro incado y mis rodillas están adoloridas. Soy un prisionero. No lo puedo creer. Trato de sacudirme, pero me doy cuenta que también hay una cadena en mí cuello y evita que me mueva. Amarrado. En una jaula. Mierda.Parezco un perro con correa. A lo lejos, escucho pasos, que se intecifican más y pronto, una puerta rechina y se abre; y me encuentro con Alena, con una sonrisa.

-Es tan excitante verte así... Johann.- Ronronea.

Yo solo callo. Hoy lleva un vestido rojo sangre, mismo estilo y lleva un bastón en forma de culebra. Esto no es nada bueno.

-Me encanta cuando te ves sucio... al igual que tú mente.- Se acerca a la jaula y quedamos a la misma altura.- ¿La pequeña Aleesha sabe como eres de pervertido? Apuesto que no, porque si lo supiera, ya se hubiera ido.

¿Qué? ¡Yo no tengo la culpa de que sea un pervertido y mi lenguaje sea sucio!

-Mira, Alena, cállate y suéltame antes que te rompa el culo con mi polla.- La amenazo.

-Johann, esa no es una amenaza. Es un placer que me hicieras eso...

-Me das asco. Aunque fueras el único trasero del mundo no te follaría.

Su expresión se hace dura y sus ojos se vuelven fríos. Le dolieron mis palabras. Se levanta y mira hacia arriba y asiente. Miro hacia arriba y la jaula empieza a elevarse. Arriba, me vigilan, un guardia-esqueleto se encuentra levantando una palanca. Quedo libre. Sí, excepto por las cadenas de oro celestial que me queman.Alena se ríe a carcajadas. El bastón en forma de serpiente se convierte a un látigo negro y en la punta -donde se encontraba la cabeza- una bola con espinas largas y gruesas.

-No sabes cuanta falta me hiciste, amor.- Alena se posiciona detrás de mí y antes de que lo note venir, su látigo golpea mí esplada desnuda tan fuerte que hasta pude escuchar las espinas adentrarse en mí piel y saliendo de ella con pequeños trozos de piel en medio de las espinas. Hago una mueca de dolor. Puedo sentir la sangre deslizándose por mi piel. Otro latigazo en el mismo lugar. Creo que en este punto, ya se me pueden ver los huesos de mí columna vértebral. Otro latigazo,pero esta vez en mi hombro y un gemido de dolor se me escapa, cuando siento que ya no son espinas, son puas que se aferran a mí piel y me desprenden carne. Sangre se desliza por mí hombro. Siento el dedo de Alena limpiando mí sangre y escucho como succiona y chupa su dedo.

-Mmm... nada mejor que sangre negra... - ronronea.

Y sigue torturándome. ¿Esto que es? ¿La Pasión de Cristo? Hago otra mueca de dolor, cuando siento unos afilados hierros juntos se deslizan desde mí cuello hasta la parte baja de mi espalda, llevando consigo pellejo y carne. Arde.

-¿No vas a gritar? Sabes como me encanta que grites...

Otro latigazo en mí espalda. Me estremezco. Mi frente se encuentra bañada de sudor, todo mi cuerpo esta bañado de sudor y sangre. Y luego, como con una cuchara, empieza a escarbar en donde los latigazos han pegado y desprendido carne. Y luego, Alena se pone frente a mí, y se encuentra desnuda. Miro cada parte de su cuerpo y luego la miro a ella alos ojos.

-Al fin te decidiste ser prostituta, ¿he? - Ladeo con la cabeza.

Una risa ronca sale de lo más profundo de mí garganta. Alena se agacha y quedamos a la misma altura. Y de la nada, me besa. Sus labios frios me besan y su lengua se hace camino dentro de mí boca. Y yo también la beso. Mis manos son soltadas, Alena toma mi mano derecha y ahueca mí mano en su pecho derecho; Alena mueve su mano y por lo tanto, la mía también se mueve y los dos masajeamos su pecho duro. 

En estos momentos, no pienso en nada, mi mente se encuentra vacía y lo único que se imagina es estar encima de esta perra, haciéndola gritar de dolor.  Y noto que suena The Great Gig In The Sky en la cueva. ¿Acaso ya sabían que algo pasaría? Me importa una mierda.

Mi mano libre la toma de la mejilla y la atraígo más hacía mí, tanto que no hay espacio entre nosotros. Alena gime y atrapo el sonido con mi boca. Empiezo a besarle el cuello, a lamerlo y dejando besos por mi paso. Me abalanzo sobre ella, mi cuerpo la cubre y ella se encuentra acostada en el suelo. Ella se arquea y gime más. Envuelvo su pezón con mis labios, succiono y pellizco con los dientes. Besó su vientre y meto mi lengua en su ombligo. Alena se arquea y gime tan duro. Mi polla ha revidido y hace bulto en mis pantalones. Con las rodillas, abro las piernas de Alena y sigo besando su vientre, sigo más abajo, a sus labios y los beso, lamo su sexo y le hago el mejor sexo oral que le han echo a ella. Está apunto de correrse, pero me detengo. Me quito mis pantalones, -no uso boxers, para su información- y entro en ella con brusquedad, haciendo que ella grite. Pongo mis codos a cada lado de su cabeza y entro en ella más y más y nos movemos al mismo ritmo. ¿Les soy sincero? No estoy excitado. Quiero que esta puta pruebe lo que se perdió y dejarla con las ganas. Con cada embestida, Alena grita y se arquea. Coloco las piernas de Alena en mí cintura y muevo mis caderas en círculos lentos, haciendo que Alena gime y grite como loca. La hermosa voz de la mujer que canta nos invade y nos llena. Alena se arquea, y en eso aprovecho y muerdo su pezón duro y sencible. Luego, muerdo su oreja y jugeteo con ella con la lengua, sin dejar de entrar y salir de ella con brusquedad. Alena gime y gime, suspira y se arquea. Hasta estos momentos me doy cuenta que no hay nada que me obligue a estar aquí... tengo que escapar en el momento adecuado...

-Eso es... eso... - Susurro en su oído con voz ronca. Ella grita.- Grita... grita para mí.

Y grita y se excita más. Tan rápido se calienta está puta. Su cuerpo empieza a sacudirse y tiembla. El mío también, y aunque no quiera, la sencación de querer correrme me invade, pero hago tripas corazón para no hacerlo. Me levanto y me siento en mis rodillas, llevando conmigo a Alena. La siento en mí regaso y sigo entrando y saliendo de ella. Su cuerpo se mueve, su cabello también y ella gime y gime en mí boca. Y Alena empieza a correrse en mí polla. Y es cuando aprovecho y me levanto, la pongo donde yo estaba, coloco la cadena alrededor de su cuello. Ella se encuentra jadeando, con sus ojos perdidos y confundida.

-¡¿Qué hiciste?! - Grita. Y bam, la jaula cae sobre ella.

-Eres tan mala en el sexo.

Alena empieza a gritar a sus guardias. Yo tomo mis pantalones, y con elegancia me los pongo. Le mando un beso a Alena y ella gruñe y grita. Y salgo del lugar lo más veloz que puedo.

No sé como, pero llego al salón principal, sin ser visto. Empiezo a destrozar las paredes gigantes, con un movimiento de mano. Y derrumbo todo. Polvo se eleva y un suave temblos recorre la tierra al sentir el peso de estas paredes cuando caen. Camino lo más relajado posible a la salida, mientras que las otras criaturas gritan y se asustan, corren lejos del caos. Hijos de puta, no saben conquién se meten. Llego a la puerta principal, coloco mi mano en el centro y la puerta se abre. Salgo y miro el bosque. Las puertas se cierran detrás de mí y me apoyo en ellas. Mi polla duele, ya que no me permití correrme. Así que meto mi mano en mis pantalones y me hago una paja. Estallo en un orgasmo ahí, parado, en medio de la nada. Suspiro y me recompongo y camino hacía mí casa, donde mi hermana que estaba muerta, se encuentra viva y donde se encuentra Liam, sano y salvo.

Y luego está Aleesha.

Maldición, es horrible besar otros labios que no sean los de ella. No me siento culpable, no somos nada, pero a pesar de eso, la amo. Y estoy tan enamorado de ella que duele. Pero tenía que follarme a Alena, sino, no hubiera podido escapar.

Blood DiamondsWhere stories live. Discover now