SORDA

38. Incognitos.

20K en Casualidad...

***

— Si podes Nara.-

— No puedo! No me da el resultado.- me frustro y me dejo caer sobre la mesa.

— Dale, vos podes.-

Resulta que Leonel siguió ayudándome con el estudio, pero aparentemente no estoy con todas mis luces.

— Podemos descansar?.- le pregunto a mi "tutor" y el asiente.

Baje a buscar algo para tomar y es cuando mi teléfono recibe mensajes, lo se por el reloj, pero no lo tengo conmigo.

Lucas Barrionuevo D'Lucca

- Hola Nara.-
- Ya se que estudias, pero quería hablarte hoy.-
- Llamame o escribime cuando puedas, si?

Para cuando llegué, ubiqué mi teléfono y logré alcanzarlo. Leonel no estaba mirando,o al menos eso creí.

— Todo bien Nara?.-

— Si... es que quedé con Lucas en hablar sobre visitar a Lalo y en tratar de que vuelva a la pileta...- esto de mentir ya se me hacia cansador.

Leo me mira y su cara cambia.

— Nara... de verdad me lo decís?.-

— Si Leo...- sentándome nuevamente esforzándome en estas cosas de química.— podemos mejor pasar a lo de las cajas esas?.-

— Cuánticas, Nara...-

Podría decirse que estudie hasta que salió materia gris de mi hinchado y palpitante cerebro. Siempre que algo no salía, pasamos al siguiente tema y así hasta volver.

Leo tiene mucha paciencia, creo que tomamos tres tazas de café cada uno, mamá se turnaba con papá para ver cómo iban las clases particulares. Le quisieron pagar a Leo pero el se negó.

Después me explicó que sabe lo importante que es para mí retomar una vida normal y que no iba a cobrar por eso, es más quería ayudarme.

Mamá prometió que le prepararía una cena.

Mi cerebro, como ya habré dicho, estaba apagado y sólo pensaba en una sola cosa: Lucas me escribió hace como cinco horas y no tuvimos ni un descanso.

En realidad si, pero eran cortos, no quiero hablar con él entrecortadamente; además es casi seguro que me diría algo como "anda a estudiar con el amiguito de tu hermano...".

Tenemos que trabajar en eso.

De repente siento que esto va muy rápido. Aunque ya pasó un año del accidente y mas de seis meses que nos conocemos con Lucas, muchos más de hecho, no dejo de pensar en que hay cosas que no encajan...

Decido restarle importancia, porque de verdad ya me estaba carcomiendo la cabeza.

Mi pie repicaba de la ansiedad. Quería hablarle, necesitaba hablarle.

Dios mío, por qué tan puberta Inara?!

— Okay, creo que ya fundimos tu cabecita.- seña Leonel para mí.

— Cómo?.- le pregunto porque no entendí.

—Que ya te perdiste, qué te trae tan nerviosa?.-

— Eh... nada en realidad, no te ofendas, pero creo que ya no funciono.-

— Supongo que si fue mucho por hoy.-