(Editando) La otra híbrida original (Damon Salvatore, Klaus Mikealson)

Capítulo 4

- Bueno, creo que ya estamos listos para empezar a comer - Escuché a Kol - Y estoy hambriento.

- Toma asiento - Klaus me susurró.

Me senté al lado de Tatia y Niklaus se hizo a mi lado. Todos comimos y charlamos un poco, todos resultaron ser muy agradables y sociales.

- Tu me debes algo - Klaus se dirigió a mi mientras su madre recogía los platos - Un paseo, al lago.

- Eres insistente, lo sabes ¿No? - Nos reímos.

- Cuando quiero algo, lo soy - Me miró fijamente, de un forma u otra me sonroje.

- Esta bien, pero no puedo llegar tarde a mi casa, hoy es luna llena.

- No te preocupes por eso.

Minutos después estábamos dirigiéndonos al río.

-Y dime, Isabella, ¿Has tenido pareja?- Me pregunto.

-No, nadie que me haya llamado la atención hasta ahora. - Excepto él, claramente, pero fui demasiado tímida para decirlo.

-¿Nadie?

-Nadie- Le confirmé - ¿Y tu Niklaus? ¿Has tenido pareja?

-Dime Klaus o Nick, odio que me digan Niklaus- me reí por su tono serio y él lo hizo después también- Bueno pues no he tenido ninguna chica que me llame la atención o por lo menos hasta ahora.

-¿Hasta ahora?

-Si, hay una chica que ahora en este instante me esta llamando la atención- dijo acercándose a mi.

-¿Y quién es? - Sentí como mi corazón empezó a latir más rápido de lo normal por la forma en la que me miraba.

-Eres tu Isabella-Me sonrió mirando hacía mis labios y luego desviando su mirada hacía mis ojos- Eres realmente hermosa, tienes una personalidad increíble y por eso estoy tan atraído hacia ti.

Sentía que mi corazón se me iba a salir del pecho y un extraño hormigueo en el estómago. Y sin más, él se empezó a acercar lentamente, cuando estuvo lo suficiente cerca tomó mi rostro y por fin nos besamos, era nueva en esto pero logre tomar el ritmo rápido, cuando nos separamos me reí nerviosamente.

- Eres hermosa, sobretodo cuando te ríes de esa manera - Me sonrió.

- Me vas a hacer sonrojar - De hecho, ya lo había hecho.

- Esa es la idea - Reímos y nos volvimos a dar otro beso.

La próxima hora estuvimos hablando de varios temas, conociendonos un poco más, y sacando cualquier excusa para besarnos.

Se hizo tarde y decidimos volver a la aldea tomados de la mano y riéndonos de las cosas sin sentido que decíamos, Klaus me dejó en mi hogar y nos despedimos con un cálido beso.

En cuanto entré vi a mi madre, estaba furiosa.

- Pensé que no ibas a volver, te dije que no te quería cerca de esa familia, mucho menos de ese muchacho.

- Sólo fui a comer madre - Odiaba pelear con ella.

- Pero hasta ahora llegas, ya va a anochecer, sabes que hoy es luna llena.

- Lo sé madre, por eso acabo de llegar.

- Ve a tu escondite, ya está empezando a salir la luna, tengo que irme - Dijo mientras miraba por la ventana.

No dije nada más y le hice caso, cogí varios alimentos y me fui al escondite. Empecé a pensar en Klaus, en lo mucho que me encantaba estar cerca a él, pensé en lo mucho que me estaba empezando a gustar ese hombre.