Capítulo 3

128 9 0
                                    

¿Cuándo y cómo había ocurrido? mi cabeza estaba al lado de la de Yeon, la cual aún seguía en mi hombro. Un montón de gente que había por ahí se nos quedaba mirando como si fuéramos aliens.

- Yeon, Yeon, despierta, la gente nos mira raro. - Dije, mientras le daba suaves golpes en el hombro para que despertara.

- Minho, déjame dormir estúpido. - Parecía un bebé, era tan mono mientras refunfuñaba.

- Primero: no soy Minho, soy Yoora. Segundo: te dije que a las ocho en pie y son las diez. ¡Despierta!

- Buenos días para ti también. Aah... me duele la espalda. - Hace un puchero.

- Es lo que tiene dormir en un banco cinco horas en la misma posición.

- Perdón por dormir en tu hombro. - Dice con un tono tímido.

- Ah, no te preocupes.

- Creo que tenemos que empezar a refugiarnos en algún lugar. - Dice mientras se rasca la nuca.

- Sí, estaría bien.

- He traído una tienda de campaña, no quería dormir a la intemperie y que me viera todo el mundo mientras duermo. - Ríe.

- Oh, es muy buena idea, lo único importante que tengo en mi mochila es una navaja Suiza y dinero. - Reí.

- ¿Llevas dinero?

- Eh... sí, llevo algo de dinero, no me he fijado en cuanto, pero creo que tengo de sobra.

- Menos mal, yo también llevo dinero.

- Bueno, creo que tenemos que empezar a buscar un lugar para que no venga la policía y nos saque a porrazos.

- Sí, sería buena idea.

Nos pusimos como locos a buscar un lugar decente en el que dormir. Después de estar buscando un lugar unos treinta minutos encontremos uno, no era nada especial, o sí. Tenía: un pequeño lago precioso, demasiada vegetación y unas cuantas mesas que había ahí para comer en familia. Seguro no pisaba eso nadie en más de ochocientos años luz.

- Bueno, creo que este es el lugar perfecto. - Dijo Yeon mientras soltaba las dos mochilas y miraba el paisaje.

- Creo que sí, es bonito, ¿no? a mí me gusta.

- A mí también me gusta mucho.

Montemos la tienda en el lugar más escondidito por así decirlo y soltemos las mochilas.

- Tengo hambre. - Soltó con hastío.

- No tengo mucho hambre, pero si quieres podemos comprar algo.

- Vale. ¿Segura no tienes hambre?

- No. - Dije, seria, pero no lo quería aparentar.

Fuimos a comprar comida rápida para llevar. Yeon me llevó a Mc Donald, sí, ese lugar ideal para que te salga aceite hasta por los oídos.

- Yeon.

- ¿Sí? - Dijo con la boca llena.

- Tengo una pregunta que quería hacerte desde hace tiempo.

- Dímela entonces.

- Si te sientes mal, ¿por qué sonríes tanto conmigo?

Yeon dejó la mirada pegada a la hamburguesa por su sonrojo de niño adolescente  y dijo un simple <<No sé>> Solo asentí y seguí con mi mini hamburguesa que me había obligado a comer Yeon, porque según él, me pondría pálida, con las manos huesudas, me pondría fea y moriría, cosa que no me fuera molestado.

Al terminar de comer, paguemos y nos fuimos a nuestro rincón. Yeon le había llamado casa.

Yeon:

3000,00₩ menos.

Yoora:

3000,00₩ menos.

𝔽𝕌𝔾𝔸𝔻𝕆𝕊{Kwak Dong YeonKde žijí příběhy. Začni objevovat