Capítulo 5

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- ¡espera estúpido, la arena quema!

- El último es un huevo podrido. - Canturreó como un niño pequeño.

- Que sea la última vez, tonto.

- ¿No te vas a meter?

- No sé...

- Vamos - Yeon tiró de mi antebrazo hasta llevarme a la orilla para que me quite al menos una prenda- ¡Debes meterte! o se te freirán los pies, la frente y acabarás con la cara llena de quemaduras de tercer grado. ¿Quieres quemaduras de tercer grado en tu cara? - dijo con unos estúpidos gestos que hacía con las manos- ¡Espérame mocosa!

Estaba en la playa, con un chico mayor de edad que conozco de hace unas horas, semidesnudos ambos, mojados. Esto se pone muy turbio. Las gotas caían por el puente de mi nariz hasta la punta de ella, tenía el maquillaje corrido, al cambio él, estaba jodidamente bien, realmente si que era un Adonis. Me quedaba embobada, casi se me caía la baba y todo.

- ¿Quieres que valla a cerrarte la boca? ¿o esperas a un pájaro? ¿eres un cocodrilo? ¡dios mío, tengo una hija cocodrilo!

- ¡solo estaba cansada!

- Ya, ya... lo que tú digas.

- Ni que fueras un idol.

- Lo soy, escucha como canto -sí, se puso a cantar en medio de todo el mundo, todos miraban a Yeon como un tonto cantando y a mí como la tonta que se ríe del tonto- ¿ves? canto genial.

- Creo que voy a salirme a esperar secarme.

- Yo creo que también.

Salimos del agua y nos tumbemos en la arena a esperar secarnos con el penetrante sol. Esperemos a secarnos sin decir ni una sola palabra, ni un simple <> nada.

- ¿Crees que deberíamos irnos?

- Seh... el pelo me está empezando a oler a chamusquina.- Dije mientras olía un mechón de mi pelo.

Nos levantemos con el culo lleno de arena; pero nos lo sacudimos, estábamos secos. De nuevo no hubo ni una sola palabra, me parecía todo tan incómodo que parecía de teatro. Al llegar al sitio en el que nos refugiemos-Alias: Casa-no hice nada más que meterme en el lago que había en frente, ese tan bonito y algo pequeño. Yeon me prestó su champú, cogía algo de ropa interior y ropa cómoda que tenía guardada en esa gigante mochila en la que habitaba una navaja Suiza. Nada más adentrarme en el lago-Alias: Ducha-estaba ni fría ni caliente, no sabía si era por el sol que pegaba tan fuerte o es que tenía mucha calor, pero lo estaba. Antes de meterme le dije a Yeon que no podía mirar a una menor de edad mientras se bañaba en un lago, pero me dijo que tampoco iba a hacerlo. Genial, no tenía una puta toalla con la que secarme, ¿ahora que hago? No tuve más remedio que secarme con la áspera falda que llevaba puesta antes, era tan grande que sí que podía secarme con ella. Cuando terminé de secarme -o más bien exfoliarme-me vestí y estrujé mi pelo para que no quedara mucho agua en él. En realidad, el lago no era muy sucio, estaba bien, bien para que una chica se bañara dentro sin salir llena de mierda-más de lo que estaba-

- Voy a meterme en la ducha yo también.

- Yeon, deja de ponerle nombre a las cosas, no es una casa.

- ¡Yo diré cuando será suficiente ponerle nombre a las cosas de esta casa!

Suspiré-Bien, ve a ducharte.

- Por supuesto. No puedes mirar a un mayor de edad desnudo eh.

- Tampoco iba a mirar.

Se fue riendo, aunque ya sabía que lo hacía de broma. Me sentía muy cercana a él, como si le conociera de hace más tiempo y no sabía especialmente el por qué me sentía así con él.

𝔽𝕌𝔾𝔸𝔻𝕆𝕊{Kwak Dong YeonWhere stories live. Discover now