17: Tú lo has dicho.

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17| Tú lo has dicho.

Noah Thompson.

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza. Un cuerpo desnudo descansa a lado de mi en la cama.

¿Logré tener sexo con Karen? La movi un poco para verle la cara y vi que no era ella.

Demonios.

Vi la hora y si no me levantaba ahora no llegaría a la escuela, me bañé y vestí rápidamente y salí de  mi habitación sin hacer ruido alguno.

-¿Otra vez?- pregunto Anny, desde el comedor tomando un poco de café.

Anny era nuestra "ama de llaves", está en esta casa desde que mis papás se casaron y eso que mucho antes ella fue niñera de mi mamá. Anny es una gran mujer que es parte de la familia tanto ella como sus dos hijos que están casados y su pequeña nieta, Déborah.

-Necesito que me ayudes a sacarla.- Rogué.

-¿Hasta cuándo, Noah?- preguntó  viéndome seriamente.- Ahora tienes una responsabilidad, vas a tener un bebé con una chica, y con lo que me has contado de ella es una gran chica. Te  voy a ayudar pero será la última vez que lo haga, te lo advierto.

Asentí y le di un sonoro beso en la mejilla a Anny. Tomé las llaves de mi automóvil y salí a toda velocidad porque se me hacía sumamente tarde. Mi cabeza dolía un poco, ya no como al principio pero todavía me dolía, necesito comer algo.

Llegué a la escuela en eso de quince minutos y ya no había casi gente en los pasillos. Vi mi celular y solo faltaban dos minutos para que tocaran el timbre así que corrí hacia mi clase de geografía.

-Señor Thompson, porque no me sorprende que llegue tarde.- dijo la profesora mirándome seriamente, me hizo un ademán de que pasara y siguió con su clase.- Como decía...

Me senté en mi lugar de siempre, a lado de la ventana, está daba hacia un pequeño patio que tenía la cafetería, donde habían más mesas. Mi mirada viajo por todos lados y logré ver a Karen con su amiga la acosadora, Katlyn.

Forcé mi mirada y logré verla con un semblante triste, decepcionado, Katlyn la escuchaba y ella se veían bastante enojada. ¿Qué le pasará a Karen?

-¡Thompson!- gritó la profesora, bastante enojada.- ¡Por favor presté atención a mi clase o tendré que sacarlo y con un pase a detención!

Me disculpé con la mirada y anoté lo que estaba en el pizarrón.
Mi mente viajo a otro mundo, cuando la profesora empezó a hablar una anécdota que había vivido hace unos años.

Cuando el timbre sonó fui de los primeros en salir, le tocaba entrenamiento y no podía llegar tarde.

En el camino a la cancha varios chicos me saludaban y me felicitaban por haber ganado ayer el partido contra un fuerte contrincante, Los perros del norte. Le pateamos el trasero a los engreídos de los Pattison.

Llegué a los vestidores y me cambié rápidamente por el uniforme del equipo.

-¡Felicidades, señoritas!- nos felicitó el entrenador.- Ayer hicieron un buen trabajo pateandoles el trasero a los perros del norte, pero eso no quiere decir que van a andar flojeando. Ahorita van a dar diez vueltas y después unos ejercicios de piernas.- sonó el silbato y nos pusimos a correr.

Puntería Perfecta. [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora