52: Ignorada.

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52| Ignorada.


Me despedí de Noah y entré a la casa en silencio, era demasiado de mañana y no quería despertar a nadie. Me había quedado más de una semana en su casa, obviamente mi padre ni Alix tenían problema con eso. Había estado ayudando a Noah en muchas cosas, cada vez sentía que tomaba más el papel de madre de casa, aunque en mis planes seguía retomar mis estudios, claro, sin dejar descuidado mi papel de madre.

–Que madrugadora. –brinco del susto y volteo a ver a Caleb enojada.

–Me vas a matar del susto –Caleb se encoje de hombros y camina hasta las escaleras–. ¿Me vas a seguir ignorando?

Caleb no voltea y sigue caminando escaleras arriba. Miro como desaparece por el pasillo y camino hasta mi cuarto para poder dormir un poco más, aunque sinceramente lo que tenía era demasiada hambre.

Me acuesto en la cama y el bebé se empieza a mover.

–Vamos a dormir, cariño. –acaricio mi vientre pero el bebé se sigue moviendo.

Recuerdo que mi madre me dijo que hablarle al bebé era demasiado efectivo.

–Vamos a dormir, mi cielo. Mamá tiene que dormir y usted pequeño o pequeña no la deja –el bebé se mueve un poco más hasta que para después de varios segundos–. Muchas gracias, retoñito.

Cierro mis ojos decidida a dormir un poco más. El sonido de mi celular hace que abra los ojos.

–¿Bueno?

Mejor amiga... –la voz melosa de Kat se oye del otro lado de la línea.

–¿Qué necesitas, Kat?

Pero que seca, una te habla lindo y tú no cooperas –me quiero reír pero me resisto–. Ábreme la puerta, estoy afuera.

Con eso cuelga y me levanto con cuidado para ir a abrirle la puerta de mi mejor amiga.

Katlyn me da una sonrisa y me nuestra dos botes de helados y una pequeña mochila donde quiero pensar traía ropa.

–¿No te molestará si me quedo unos días aquí? –niego y me hago a un lado para pasar.

Katlyn jamás era así de espontánea, a menos que le pasara algo. Pero sabía que era demasiado dura consigo misma como para decírmelo, siempre intentaba parecer que se encuentra bien con una gran sonrisa y un buen maquillaje.

Entramos a mi habitación y Katlyn se acuesta en mi cama, como de costumbre.

–Esta es más cómoda que la otra.

–Es porque esta está nueva.

Me acuesto a un lado de ella y suspiramos viendo el techo de mi habitación.

–¿Ya me dirás qué te sucede?

–¿Por qué debe de sucederme algo para venir a verte? –contraataca.

–Kat...

–¡Bien! –se levanta de la cama y empieza a caminar por toda la habitación como León enjaulado–. Andrew y Hugo pasó.

Puntería Perfecta. [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora