Heathens | ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳ [1]

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[capítulo 3]

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Solo había sido otro largo martes para Kiera.  Su quinto año en Hogwarts resultó ser más difícil y lento de lo que había esperado.  Con las grandes pilas de tareas para cada una de sus asignaturas, no tenía tiempo para nada más que: despertarse, comer, lecciones, lecciones, comer, biblioteca, lecciones, comer, biblioteca y volver a dormir, lo cual ahora era comúnmente  lleno de sueños de pasillos largos, oscuros, vacíos y puertas negras cerradas. No es que ella tuviera ningún plan, incluso si tuviera tiempo para ellos, no tenía amigos después de todo.

Resopló mientras luchaba por encajar su libro de Aritmancia en su mochila ya demasiado llena.  Lo había tenido desde que tenía ocho años e incluso entonces había sido de segunda mano, y ahora Kiera temía que pudiera romperse en las costuras si probaba sus límites por mucho más tiempo.  Con un último resoplido, logró empujar el grueso libro cuando salió del castillo y comenzó a bajar la colina hacia la cabaña de Rubeus Hagrid para su lección de Cuidado de las criaturas mágicas.

Ella fue una de las primeras en mostrar, otorgándole a Hagrid muy magullada, quien estaba de pie junto al Bosque con media vaca muerta sobre su hombro, una tranquila "buenas tardes" antes de estar cerca para esperar el resto de la  clase.  Ella era bastante escéptica sobre lo que el profesor Hagrid les mostraría exactamente;  fue su primera lección, y el cadáver de la vaca no creó exactamente una buena primera impresión.  No tomó más de unos pocos minutos para que el resto de la clase se presentara, también lanzando miradas cautelosas a Hagrid y al Bosque.

"¡Estamos trabajando aquí hoy!"  Hagrid dijo alegremente, sacudiendo su cabeza hacia los oscuros árboles detrás de él.  "¡Un poco más resguardados! De todos modos, prefieren la oscuridad".

"¿Qué prefiere la oscuridad? ¿Qué dijo él prefiere la oscuridad? ¿Escuchaste?"  Kiera escuchó a Malfoy decir con fuerza a Crabbe y Goyle.  Ella no pudo evitar la pequeña sonrisa que se arrastró hasta su cara ante el sincero miedo en su voz.

"¿Listos?"  preguntó Hagrid alegremente, mirando alrededor de la clase.  "Bien, bueno, he guardado un viaje entre el Bosque durante el quinto año. Pensamos que íbamos a ver a estas criaturas en su hábitat natural. Ahora, lo que estamos estudiando hoy es bastante raro, calculo que probablemente soy la única persona en Gran Bretaña que ha logrado entrenarlos ".

"Y está seguro de que están entrenados, ¿verdad?"  dijo Malfoy, el pánico en su voz aún más pronunciado.  "Solo que no sería la primera vez que traerías cosas salvajes a clase, ¿verdad?"  Los Slytherins murmuraron de acuerdo, e incluso algunos Gryffindors parecían pensar que Malfoy tenía razón.

"Por supuesto que están entrenados"-dijo Hagrid, frunciendo el ceño.

"Entonces, ¿qué le pasó a tu cara entonces?"- exigió Malfoy.

En este punto, Hagrid pareció enfadarse un poco, "¡Yo que tu no haría preguntas! Ahora, si has terminado de hacer cuestionar con preguntas tontas, ¡sígueme!"

Se dio la vuelta y se dirigió directamente hacia el Bosque, los estudiantes, liderados por el Trio de Oro, siguiéndolos.  Caminaron durante unos diez minutos hasta que llegaron a una parte del bosque tan densa que estaba oscuro como el crepúsculo y no había nieve en el suelo.  Hagrid dejó caer la mitad de una vaca al suelo con un gruñido y se dio la vuelta para enfrentar a la clase.

"Recogan uno ', recogan uno'", alentó.  "Ahora, se sentirán atraídos por el olor de la carne, pero de todos modos les daré una llamada, porque les gustará saber que soy yo".  Se dio la vuelta y lanzó un extraño grito que resonó a través de los árboles oscuros como la llamada de un pájaro monstruoso.  Hagrid dio el grito dos veces más hasta que Kiera lo vio.