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El Cuarto de Intendencia:
Parte 2.┗━━━━━️°❀•°🎀°•❀°━━━━━┛
—Me parece justo—concordó dejando mi mano caer al retirar la suya—Yo también lo haré.
—No creo que lo logres—aseguré sonriente.
—Yo pienso lo mismo de ti, y aunque me gustaría ver mi nombre tatuado en ése lindo trasero tuyo prefiero que no lo hagas, mi hermana ya ha sufrido suficiente.—reveló para mi sorpresa. Ignoré lo que fuera que quisiera decir sobre su patética hermana y decidí provocarlo.
—Vaya, y yo qué creí que no era tú tipo.
—No lo eres, pero tengo ojos y no dejo de ser hombre. Tienes un buen trasero—resolvió sin problemas alzando por un instante los hombros.
Entrecerré los parpados juzgandolo en silencio. No sé por qué pero algo en sus palabras me hizo creer que él recordaba más de lo que decía de aquella noche.
—Dime, ¿recuerdas algo de esa noche?
Un gesto maligno y pícaro se manifestó en su rostro, levantó la barbilla y emitió un sonido pensativo.
—Mmm...tal vez, pero nunca lo sabrás—dijo con determinación y la intriga me invadió al instante. Claro que yo recordaba cosas, pero eran imágenes esporádicas en el transcurso de la noche. No sabía que había pasado en que momento.
Recuerdo haberlo encontrado al salir del baño de una de las habitaciones, aunque no sabía como diablos había llegado ahí. También en mi mente se repetía una escena de él y yo hablando pero no podía acordarme de qué, después de eso ya estaba sostenida del respaldo de la cama con él atrás de mí dandome con todo. Varias imágenes similares a ésto último transcurrían por mi escasa memoria, pero eran vagas y cortas. Realmente había perdido el control.
Tenía que pensar en algo para sacarle la sopa. No sé por qué estaba tan empeñada en recordar esa noche, tal vez porque lo poco que sabía de ello me hacía pensar que sí que lo había disfrutado, y en realidad nunca me he sentido muy satisfecha con el sexo en compañía, es decir; hago mejor trabajo masturbandome que lo que hacía mi ex novio y mi ex ex novio. Éste último no era malo en el sexo— o eso suponía—, pues sólo se limitaba a satisfacerse así mismo y rara vez yo llegaba al clímax, después me enteré por le importaba tan poco mi satisfacción y fue de lo más humillante que me pudo haber pasado en la vida, ni siquiera Jesse ha logrado hacerme sentir como la peor basura del mundo, peor que el abono, yo era aquello que ni las plantas podían usar, y eso que era estiércol lo que fertiliza su tierra. Era peor que estiércol. Había caído tan bajo que en el algún momento creí que no resistiría y terminaría de una vez por todas con mi sufrimiento, pero cuando estuve apunto, no me atreví.
—¿Qué haces?—escuché a Jesse decir.
Había visto una petaca plateada detrás de una caja llena de cables sobre una de las barras del estante metálico.
Sonreí ufana y me puse de pie para tomarla. Esperaba que el "chico intendente" nos hubiera dejado algo de alcohol. Sabía que era de él pues alguna vez lo caché infragante, pero por su apoyo a mi causa, con respecto a Astrid, decidí manetener la boca cerrada.
—Creo que sé como podremos distraernos—hice saber algo distante; ya que casi toda mi atención se ubicaba en el frasco curvo y metálico en el estante. Lo sujeté y lo agité,—aún tenía la mitad—me giré hacia Jesse, que ya se encontraba de pie, y alcé en contenedor.
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Indócil ✔️
Teen FictionDicen que si obras bien y eres una buena persona tú vida estará llena de recompensas. Dicen que el si obras mal el karma se hará cargo de ti; aunque, yo lo he evadido bastante pues soy muchas cosas menos buena. Así es; mi nombre es Morgan Hestings y...