Capítulo 20

1.1K 142 15
                                    


🌸Hola, hermosas🌸 Ya no las saludé en el capítulo pasado. Bien mal yo. :(

Ya me siento mucho mejor, por lo que voy a actualizar más seguido.

Muchas por votar significa mucho para mí su apoyo. Besos a todas 😘 y un abrazo fuerte 💪. Espero les guste el capitulo.

✦ ˚ : ·
.· *
•. ✶
.· *
✵ ˚ : ·
.· *
•. ✶
.· *

┏━━━━━️°❀•°🎀°•❀°️━━━━━┓

Amistades Verdaderas

┗━━━━━️°❀•°🎀°•❀°━━━━━┛


-Bien, voy a buscar a Jesse para pedirle las llaves-informó Astrid, después miró a Jennifer-¿La puedes acompañar al estacionamiento?

-Seguro-aceptó la rubia, y antes de que Astrid partiera, la llamé.

-Por favor, que nadie se entere, ni siquiera él.

Las delgadas cejas de la chica se fruncieron en un gesto lastimero el cual odié, pero entendí el por qué de su reacción. Abrió la boca para decir algo pero se detuvo a observarme unos segundos, luego acordó con un movimiento no hablar de lo sucedido, después se marchó.

Me dirigí junto con Jennifer hacia el estacionamiento donde me preguntó sobre mi estado. Decidí no responder a eso pues aún seguía asimiladolo. Por lo menos ahora podía respirar y ése sentimiento sofocante se había aligerado con la fresca brisa de la intemperie.

Jennifer optó por no hablar más de lo ocurrido ante mi silencio.

«Buena decisión», pensé, pues aún estaba en shock. Estaba en blanco, nada pasaba por mi cabeza más que el echo de saber que deseaba con todas las ganas del mundo irme de éste lugar.

Pasaron cerca de 15 minutos cuando Astrid apareció vestida con un short de mesclilla, una camisa morada y una mochila en su hombro.

-¿Las tienes?-preguntó Jennifer.

Astrid mostró las llaves que colgaban de sus dedos para afirmar.

-Él no sabe nada, ¿cierto?

-No, pero hizo muchas preguntas que seguro repetirá cuando lo vea otra vez.

-Bien, pues no le digas nada. No quiero que ésto se sepa.

-Morgan-Jennifer pronunció dudosa.

-¡Qué no!-solté frustrada. Mi labio comenzó a temblar anunciando un colapso de mi voluntad que evitaba que rompiera en llanto-Sólo...-mi voz fue grave, débil, no podría aguantar mucho más. Tomé aire y terminé la frase:-Sólo quiero irme, ¿sí?-murmuré, casi en un sollozo.

-Sí-respondió Astrid con cierta conmiseración. Así que sin más preámbulos subimos a la camioneta de Jesse la cual, estaba invadida por su olor a colonia masculina y un toque de cigarrillo.

Me coloqué el cinturón y esperé a que la chica delgada y de baja estatura entrara al auto y lo encendiera. Cuando lo hizo el estéreo se prendió tocando aquella música que alguna vez oí mientras peleaba con Jesse, y en éste momento prefería estar ahí, discutiendo con él, que aquí en el asiento de su auto apunto de romperme llorar. Sintiendome tan vulnerable, humillada, impotente y deshonrada aunque Robert no hubiera llegado a practicar el acto que seguramente me hubiera dejado traumada de por vida.

Indócil ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora