~ Leal a ti ~

~ Vals ~

Después de la decisión de la reina, Elizabeth y ella caminaron hacia una habitación del palacio cerrando detrás de ellas la gran puerta para que la prensa no pueda entrar ahí.

Meliodas observó desde su lugar como la futura reina y la actual entraban a esa habitación y cerraban.

-¿No deberías ir detrás de tu protegida Meliodas?-

El reconocía esa voz, era de una de las empleadas del palacio que estaba en la velada atendiendo a los invitados.

-¿No deberías limpiar más rápido Zaneri?-

Zaneri era una chica de baja estatura, cabellos negros y ojos verdes claros.

Ella sonrió e ignoro lo que dijo el y continuó su labor.

Meliodas puso la mirada hacia aquella gran puerta de nuevo, quería ir detrás de su hermosa princesa, no podía estar separado mucho tiempo de ella, pero ella y la reina tenían mucho que hablar seguramente.

Elizabeth caminaba junto a su abuela, mirando los cuadros de aquel gran pasillo.

-¿Porque yo abuela?-

Preguntó rompiendo aquel Silencio entre ellas.

-Tienes dos virtudes muy lindas, en las cuales es indispensable en una reina, Humildad y Bondad, si eres bondadosa con quiénes te rodean y tratas con humildad a todos se que el reino estará en buenas manos.-

Elizabeth se sonrojo un poco, no tenía idea de que su abuela veía esas virtudes en ella, si bien a ella le gustaba ir al pueblo del reino y preguntar si todo marchaba bien, iba a los orfanatos como voluntaria y le leía cuentos a los niños. También donaba dinero a una casa hogar para animales abandonados.

Siguio caminando junto a su abuela hasta llegar a una habitación, ella puso una contraseña y la habitación abrió.

-Aqui se guardan todas las coronas de las reinas anteriores, adelante escoje una.-

Elizabeth estaba maravillada, habían muchas coronas, y todas eran bellas. Pero una logro llamar su atención, ya que estaba lejos de las otras coronas y parecía un poco más vieja que las demás, tenía aún sus rubíes en los alrededores, era de tres puntas y en cada una de ellas tenía un diamante dorado.

-Esa es muy bella.-

La reina sonrió, bajo la corona y la colocó sobre ella.

-Te queda bien, esa corona fue mandada a hacer por tu tatarabuela, fue la primera en usarla, y desde eso ahí ah estado. ¿Sabes? Me recuerdas un poco a ella, la conocí cuando era una pequeña de 6 años, era muy amable y gentil, poco tiempo después de conocerla murió, su hermana quiso enterrar esa corona con ella, pero ella antes de morir ordenó que se mantuviera en esta habitación, creo que sabía que alguien con noble corazón la escogería, porque ésta corona es de las menos costosas.-

Elizabeth escuchó atentamente cada palabra de su abuela al mismo tiempo que se veía en el espejo con la corona encima de ella, incluso hacia combinación con su vestido.

Se la quitó y devolvió a su abuela.

-Mandare a darle una buena limpieza y estara lista para tu coronación.-

-Gracias. ¿Puedo preguntarle abuela? ¿Cuando me coronará?-

-Un mes es el tiempo límite, debes empezar a partir de mañana con las cuentas y otros papeleos, también debes pensar seriamente quienes serán parte de tu corte personal, quienes elijas te ayudarán y aconsejaran.-

Elizabeth asintió segura con la cabeza, camino detrás de su abuela y salieron de aquella habitación.

Caminaron por el pasillo y al llegar al salón principal muchos invitados se habían ido ya.