~ La nueva reina ~

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Los días pasaron tan rápido que llegó el día en el que Elizabeth sería coronada.

Su vestido estaba ahí colgado, ella terminaba de ducharse mientras repasaba en su mente una y otra vez lo que debería hacer ese día.

Salió del baño envuelta en una toalla larga mientras que con otra se secaba sus largo cabellos plateados.

La puerta sonó y ella seguía en bata.

-¿Quien?-
Preguntó un poco nerviosa debido a que no se encontraba vestida.

-Venimos a arreglar majestad.-

Respondieron al otro lado de la puerta las empleadas contratadas para maquillarla.

Elizabeth se quitó la toalla y se colocó la ropa interior, se envolvió de nuevo en otra bata y abrió la puerta.

Las Cinco chicas le hicieron reverencia y pasaron a la habitación.

En el reloj del buró de su cama marcaba la hora.

10:30 am.

La coronación sería a las 6 PM.

Tenía bastante tiempo aún.

Comenzaron a arreglar a la princesa mientras ella se mantenía en calma.

Meliodas por su parte también había recibido un traje especial.
Era blanco con detalles dorados como los botones y las ombrereras, ya que era común en la realeza vestir de dorado en una ceremonia muy importante como lo era la coronación o una boda.

Terminó de desayunar y caminaba por los alrededores, observaba que todo ya estaba listo, faltaban algunos detalles que eran muy mínimos.

El reloj marco medio día, estaban a 6 horas.

Volvió al comedor junto a los demás guardias. No había que hacer en realidad, lo fuerte comenzaría con la coronación.

Se relajó un poco, y fue a su habitación a acostarse unos minutos antes del almuerzo.

Veía hacia el techo y en su mente solo pasaban los dos besos que se dio aquella noche con su princesa, desde ese día no habían podido estar juntos a solas. Ella había estado muy ocupada.

Recordó cuando la vio por primera vez hace 6 años, cuando ella apenas era una jovencita de 14, el había llegado a la convocatoria para ser un guardia, y aunque fue el último en mostrar su fuerza fue admitido.

Todos le bajaban los ánimos ya que consideraban que por su aspecto algo infantil no llegaría muy lejos.

Pero el se encargó de callarles la boca a todos, ya que su fuerza era admirable.
Cuando lo nombraron caballero real, sabía que todo había valido la pena.

Cuando le entregaron su insignia y uniformes ahí estaba ella de pie junto a su familia, siempre le pareció linda, delicada y frágil.

Pero al ir conociéndola y tratándola se dio cuenta de que era valiente y decidida, tenía un corazón enorme y le gustaba ayudar a todos.

Gran fue su sorpresa cuando ella lo llamo para ser su guardia personal. No tenía ningún inconveniente así que acepto inmediatamente.

Desde eso se volvió muy leal a ella, comenzó a sentir sentimientos fuertes que nunca creyó sentir.

Hoy a 4 años de ser su guardia, estaba realmente orgulloso y contento de que su princesa sea la nueva reina.

Después del almuerzo tomó una ducha y se vistió con el uniforme especial que Elizabeth mandó a hacer para el.

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