-5.

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*Bib bib, bib bib* Hizo mi despertador. Eran las 7:00 a.m. y hoy era mi primer día de instituto.

Me puse una sudadera roja que ponía 'Wild Life'', unos vaqueros, unas vans del mismo tono de la sudadera y una beisbolera. Aquí hacía bastante frío en comparación con España.

Bajé a la cocina y me preparé un PB&J Sándwich, que consistía en untar un pan de mantequilla de cacahuete y otro con mermelada (en este caso de fresa) y juntarlos. Era muy típico aquí, y debo decir que es la primera vez que lo pruebo. Delicioso es una definición muy corta para esto, de verdad.

—Buenos días, _____—dijo mi hermano mayor entrando en la cocina.

—Buenos días. ¿A qué hora saldremos?

Alguien empezó a bajar las escaleras también. Era mi madre.

—Buenos días.

—Mamá, ¿qué haces aquí?—pregunté.

—Yo os llevaré al instituto. Cae un poco lejos de aquí, así que los demás días tendréis que coger el autobús.

Yo odiaba coger el autobús. Antes me llevaba Andrea en su deportivo rojo. Cuando ella enfermaba y no iba al instituto, yo tenía que ir en el autobús escolar, y era horrible: había mucho ruido y todos se tiraban bolas de papel. Mientras tanto el conductor no decía nada. Espero que esta vez no sea así.

—¿Nos vamos ya? Hoy quiero llegar pronto—dijo Dustin mientras se metía una cucharada de mantequilla de cacahuete en la boca.

—Sí, venga. Coged vuestras mochilas, nos vamos en cinco minutos.

*28  minutos después*

—YA SON LAS 8:15, YA HAN EMPEZADO LAS CLASES, JODER  —grité.

—Lo sé hija, pero no tengo la culpa de que haya tanto tráfico... ¡Y cuidado con lo que sueltas!

Otra cosa que odiaba eran los atascos. En España no había muchos, pero recuerdo que cuando había nos llevábamos muchísimo tiempo parados ahí sin hacer nada. Un aburrimiento, pérdida de tiempo.

*16 minutos después*

POR FÍN LLEGAMOS. Entré por la puerta principal y vimos que no había nadie en los pasillos. Dustin y yo fuimos a mirar las listas, para ver en qué clase estábamos. 

—¿En qué clase estás?—me preguntó él.

—4ºB. ¿Y tú?

—2ºA. Tengo que irme a tecnología. ¿Qué te toca?

—A ver... matemáticas, pff. 

Dustin se fue para su clase, estábamos en diferentes plantas:

En la planta baja estaba el laboratorio, la cafetería, dirección, el salón de actos, la clase de música y la clase de arte y por último el patio. En la primera planta estaban los primeros, los segundos y la clase de francés. En la tercera los terceros, los cuartos y la sala de orientación. y en la cuarta los primeros y los segundos de bachillerato y finalmente la biblioteca. Era bastante grande el instituto, en cada pasillo además había dos servicios (chicos y chicas) y estaba todo lleno de taquillas. En mi país no había taquillas, y siempre quise tener una. 

Antes de entrar a mi clase quise ir a preguntarle al director cual era mi taquilla, así que me dirigí a su despacho a preguntarle.

*Toc toc* hizo la puerta.

—Adelante.

Abrí la puerta y entré. Había un hombre alto, de pelo castaño con canas, tenía los ojos marrones y usaba gafas, como yo en ese momento.

—Siéntese. ¿Es la señorita _____ Pickett, verdad?

—Sí. ¿Mi hermano tendría que haber venido también a hablar con usted, no?

—Me llamo Elmer Goolsmith. Su hermano ya vino antes y me dijo que ustedes llegaron tarde por culpa de un atasco. ¿Cierto?

—Sí sí, lo sentimos mucho señor. ¿Me podría decir dónde está mi taquilla?

—Está en su pasillo, es la 567. Allí ya tiene metidos todos sus libros.

—Muchísimas gracias, señor.

*Riiiiiiiiiiiiiiing* Hizo el timbre de instituto. Eran las 9:15 a.m., al final me perdí matemáticas.

—Un gusto conocerla, Pickett. 

—Lo mismo digo, Sr. Goolsmith.

Qué educado era  este hombre, pensé.

Abrí la puerta, y había una bulla de gente, apenas podía salir. Subí las escaleras como pude, y me dirigí hacia mi taquilla. La abrí y saqué un par de libros para observarlos. 

*PUUUM* Hicieron los libros en el suelo, alguien me los había tirado.

—Uups, lo siento. Bueno, en realidad no—rió y se fue caminando como una zorra.

Era una chica muy delgada, de ojos verdes y pelo castaño bastante largo, se notaba que usaba algunas extensiones. Tenía los labios bastante gruesos e iba demasiado maquillada.

—Perdónala, Madison a veces es un poco estúpida.

Me giré, y le ví: vi a Matthew Espinosa.

Viner Por Sorpresa (Matt Espinosa y tú) ||EDITANDO||Where stories live. Discover now