Un día a solas - Parte 1

1K 62 20
                                    

-ElenaPOV-

—Sonia, para de hacerme cosquillas, que me muero.
—Nah, es divertido.

No podía dejar de reír, obvio, si Sonia me estaba haciendo cosquillas. Por fin, paró, aunque tuve que darle una patada para quitármela de encima.

—Va, ¿que te parece si damos un paseo, vamos al cine y luego cenamos aquí en tu casa?
—Suena bien.
—Pues venga.
—Coge tu abrigo porque hoy hace bastante frío —dijo protectora, pero dulce.
—Tendré que ir a casa para cogerlo, espera en el portal.

Fui a mi apartamento y cogí mi abrigo, de paso avisé a mi hermana. Salí del edificio y ahí estaba la peliazul sentada en el borde de la acera.

—Siempre me ha gustado tu pelo azul, ¿por qué te lo hiciste? —pregunté tendiéndole mi mano.
—Fue una locura, queda muy soso, creo que voy a darle un retoque y añadir algo más.
—¿Soso? ¿Acaso te dejaste así el pelo para pasar desapercibida? - dije sarcástica.
—No, en realidad fue para destacar más, siempre me ha gustado destacar.
—Pues no pareces ese tipo de persona, pareces más del tipo tímido y dulce.
—Bueno, ¿vamos o no?
—Claro —dije— ¡Oye tengo una idea! Podemos ir a la peluquería para hacerte ese retoque y hacerme yo algo también.
—Genial —dijo sonriendo.
—¿Qué me recomiendas? Para mi pelo digo.
—Tíñete de verde, en plan locura.
—¿Crees que eso me quedaría bien?
—Sí, claro, vamos.

..............................................................................

—¿Lo ves? Te dije que te quedaría bien.
—A ti tampoco te queda mal, tu pelo es precioso.
—Tendrías que confiar más en mi —dice Sonia.
—Confié en ti antes de conocerte, no se si lo recuerdas, pero me ofreciste ir al instituto en coche y yo dije que sí sin saber quien eras.
—Sí, lo recuerdo, recuerdo muchas cosas, demasiadas —dice parándose, ya que estábamos caminando - Por ejemplo... ¿El parque? También me acuerdo de eso.
—De... ¿Todo?
—Todo, si no quieres hablar de ello y olvidarlo, no me importa —dice tímida dirigiendo la mirada al suelo.

En ese momento quería abalanzarme sobre ella y besar toda su cara, abrazarla fuerte y decirle lo que ella me hacía sentir, que casa segundo que pasaba con ella hacía que mi corazón retumbara fuerte en mi pecho y que con cada palabra que salía de su boca mi estómago se convertía en un ecosistema entero.

Pero no lo hice. Tenía miedo de que para ella solo fuera un error y que no sintiera lo mismo. Tan solo murmuré unas palabras que no se entendían y unos sonidos extraños, como si me hubiera quedado muda en ese instante. Y ella, asintió para después caminar hacia delante.

—Sonia, por favor, para. Sonia, venga, para. ¡Sonia! Joder, venga, hablemos, ¿qué quieres decir? ¿Que fue un error y no debería haber pasado? —le digo en el portal de su edificio, que ya habíamos llegamos.

—¡ELENA ESTOY ENAMORADA DE TI! ¿Vale? No fue en error y deseo con todas mis fuerzas que pase otra vez. Nunca había sentido esto por nadie. Pero tranquila, no sientes lo mismo, lo he pillado —dice entrando por su portal y cerrando la puerta demasiado fuerte.

¿Así que Sonia siente lo mismo? No puedo evitar sonreír ante ese pensamiento, pero mi sonrisa se desvanece cuando me acuerdo de que ha dicho que yo no siento nada. Que equivocada está. Me dirijo hacia la puerta de su apartamento y doy golpes.

—¡Sonia, abre vamos!

Después de intentos fallidos llamándola para que me abriera la puerta, se me ocurrió una idea que tal vez fue una locura, pero necesitaba decirle que yo también la quería.
Fui a mi habitación y abrí la ventana, me subí a ella. Cerré los ojos un momento y respiré para olvidar que estaba subida a una ventana a punto de saltar a otra. Aunque la distancia era muy poca, tenía un poco de miedo.
Salté sin pensarlo, obviamente había comprobado antes que su ventana estuviera abierta, y suerte la mía, que sí lo estaba.
Me levanté del suelo y la busqué, estaba en el salón llorando. Me acerqué a ella.

—Sonia —le digo.
—¿Qué haces aquí? —dijo casi inaudible.
—Sonia, yo te...
—Vete, por favor.
—No, no me voy, te a...
—Por favor, no quiero verte ahora.

En ese momento se levanta del sofá y viene hacia mi dispuesta a sacarme de su apartamento, pero antes de que pueda hacer nada y cuando está lo suficientemente cerca, pongo mis manos en sus mejillas y la atraigo hacia mi para besarla. Ella al principio no seguía el beso, pero luego puso sus manos en mi nuca atrayéndome más a ella.

—Yo pensé que...
—Calla, deja de pensar por un momento las cosas, solo disfruta —dije.

La volví a besar, esta vez con más intensidad que antes, colocando mis manos en su espalda y ella los suyos al rededor mi cuello.

—¿Sigue en pie lo del cine y la cena en tu casa?
—Sí, sí, sí, por supuesto que sí —dice sonriendo.

Blue Haired Girl || Sonia Gómez || Sweet CaliforniaWhere stories live. Discover now