WOLVES (Temporada 1)

Chapter XIX

Escuchó afuera un alboroto, voces y gritos, no sabía si celebraban o simplemente era su forma normal de comportarse, con los lobos jamás se sabía.

Se encontraba atado de manos y piernas, su boca portaba una cinta negra sumamente adherida a su boca que le impedía poder articular palabra alguna.

Se movió de un lado a otro para tratar de hacer flojas las cuerdas, pero solo se lastimaba más.

Sus piernas golpeaban el suelo blando de esa cabaña tratando de hacerse notar, pero nadie respondía.

Sus muñecas comenzaban a sangrar debido a las heridas que el mismo se infringía, el dolor apenas y lo percibía, necesitaba salir de ese lugar en el que Derek no estaba, porque Derek se había marchado.

Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas inconscientemente, el dolor se incrustaba cada vez más en su corazón como un cuchillo deseoso de ver su sangre.

Escucho como afuera Connor alzaba la voz para después escuchar silencio absoluto, pocos segundos pasaron para que la puerta se abriera y el alfa entrara con una enorme sonrisa en su rostro y una mujer a su lado.

- Ahí está - lo señalo con su mano.

La mujer era joven, no más de 30, vestía una túnica color negro que cubría parte de su rostro, cuando la levanto y se dejó ver era sumamente hermosa, bien podría pasar por humana si lo deseaba.

Comenzó a acercarse al castaño tan lentamente que parecía tortuoso.

- Déjame verte chico - dijo tocando su mandíbula para moverlo a su antojo - Sin duda es el - dijo apartándose.

- ¿Que haremos ahora Ariadna? - pregunto con emoción en su voz.

- Llévenlo afuera, amárrenlo cerca de la fogata, preparare el hechizo, ¿Tienes algo de Alan? - pregunto.

Este de su chaqueta saco un pequeño dije, uno que siempre portaba el chico para después extendérselo a la mujer.

- Bien, con esto es suficiente - señalo volviendo afuera.

El alfa se volteó a Stiles, su mirada parecía indescifrable, pero juraría que destello ligeramente la melancolía.

- Lo lamento - menciono aproximándose al humano - No pretendía hacerte daño, pero entiéndeme - pidió - Es lo más importante para mí y si no hubiera otra forma de traerlo conmigo no lo haría.

Trato de hablar, pero no podía, este le arranco de un brusco movimiento aquel impedimento.

- ¿Remordimiento de conciencia? - dijo con su voz titiritando.

- No - dijo tan cerca - Jamás me arrepentiría de volver a la vida a Alan, pero tú - acaricio su mejilla - Tu sin duda serias mi segunda opción.

- No gracias, ya tengo un lobo en mi vida, bastante gruñón y mandón, pero no importa - refiriéndose a Derek.

Sonrió amargamente mientras se separaba.

- Como te dije, lo lamento, pero más lo lamento porque no lo veras antes de que mueras - se dio la vuelta y se marchó.

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Paso alrededor de 30 minutos cuando llegaron un par de lobos, lo desataron y llevaron afuera, lo colocaron frente a la fogata como aquella bruja había mencionado y había sido atado nuevamente a un gran tronco colocado intencionalmente.

La mujer se acercó con una bandeja onda y con un líquido espeso en él.

El olor a podredumbre fue perceptible cuando otros lobos acercaron una caja a su lado.