8- Cena caliente

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Narra Natasha

Abrimos la puerta de la casa agotadas de trabajar pasamos todo el día fuera recogiendo así que decidimos irnos a bañar y descansar un poco, abro la puerta la habitación y el lado de Murray esta un hecho desastre horrible ¡Definitivamente tengo que cambiar de compañero! Como puede haber un ser tan vil como ese, todo un hijo de satanás, me entró a bañar y me pongo una ropa cómoda para bajar a cenar y bueno a escuchar las locas ocurrencia de Xander.

Bajo las escaleras y está Martha en el sofá de la sala — ¿Donde esta Murray? —Pregunta y suspiro para responder, pero ni me deja.

— Aquí estoy — Responde desde arriba y empieza a bajar las escaleras sólo con unas bermudas acabado de salir del baño ¡¿Por qué le encanta andar desnudo? ¡Dios!

— Bueno ya que están los dos a Murray le toca hacer la cena y como su compañera te toca ayudarlo.

Dice y asiento sin importancia ya que en realidad no me molesta, lo único molestoso es tener que estar con el pecador sin escrúpulos de Murray, pero bueno nada en que Dios no pueda ayudarme.

— Esta bien.

Asiento empezando a caminar hacia la cocina a ver qué podemos hacer, saco una sartén y Murray entra a la cocina, toma una manzana y acto seguido se sienta en la isla de la meseta a comérsela tranquilamente, pongo el sartén en la estufa y saco los ingredientes para los panecillos de mantequilla.

— Se supone que iba ayudarte no a hacerlo yo sola — Bufo negando y este se encoge de hombros sin importancia.

— Estoy bien aquí, con una manzana y tengo la vista de un buen trasero — Dice con una sonrisa pervertida y mis mejillas se tornan rojas y doy la vuelta quedando de frente ante su idiotez y vuelve a reír tranquilo ¡idiota!

— Podrías al menos amasar esta harina para los panecillos — Suspiro con indignación, deberás Dios tiene que hacer un trabajo enorme en el para cambiarlo porque está totalmente perdido, a ver si almenas ayuda con algo y deja lo estúpido.

Se levanta con toda la paciencia del mundo y se arrastra hasta mi con pereza, toma la masa de mala gana y empieza a mover, acariciar y agarrar la masa pacientemente y agosto ¡Raro! Pensé que le iba a dar 10 machucones y luego tirarla, lo está haciendo muy bien, continuó preparando las cosas, pero me faltan los huevos para echarlos a la masa que ya está lista.

— Podrías pasarme los huevos de la despensa.

Digo tomando otro pedazo de masa ya moldeado y asiente abriendo la puerta de la despensa — Grandes o pequeños — Dice y volteo a verlo con el ceño fruncido e indignación ¡¿Que rayos?!! ¿Qué tiene eso que ver?

— Cualquiera, son todos iguales.

Bufo y este niega tomando 2 en manos.

— Claro que no, hay pequeños que son fácilmente comestibles y grandes los preferidos de las mujeres — Sonríe pervertido con una sonrisa ladeada haciéndome negar rotundamente ante su jodida y enorme imprudencias a esa comparación desagradable.

— Deberías leer la biblia o al menos concentrarte en lo que estamos haciendo.

Niego con horror quitándole los huevos de la mano para echárselos a la masa para terminar de estrujarla, El hecha la masa en otro sartén y toma la leche para verter la — Pásame la leche — Pido para poner mi masa en el horno y salir de esto mientras bato los huevos.

— De que envases la quieres.

— Como que de que env.... — Trato de decir absurda, pero me detengo en seco al entender su nuevo juego de palabras haciéndome suspirar enormemente y este solo ríe inocentemente.

— Que Dios reprenda la mente tan sucia que tienes, ¿Acaso solo piensas en eso?

— No siempre, a veces pienso en ti encima de mí.

Sonríe guiñándome un ojo y lo fulmino con la mirada asqueada a punto de explotar.

— Eres un troglodita ninfómano — Chillo harta limpiando mis manos con una servilleta para irme de aquí.

— Y tú eres una mojigata que esta falta de un buen cogidon.

Dice y empiezo a hervir como aceite y niego rotundamente ¡hasta aquí llegue, tomo el envase de leche y se lo lanzo encima empapando lo completamente y este se queda en shock goteando leche y sonrío triunfal ¡Bien merecido!

— Qué diablos ¿Acaso te estas volviendo loca? — Chilla y sonrió victoriosa.

— ¿No me preguntaste de que envase quiero la leche?, bueno ya escogí — Sonrió tratando de no reír, pero fracasó rotundamente y me maldice mil veces con la mirada negando.

— Eres una... — Chilla, pero antes de terminar me arroja un huevo que se estrella en mi hombro izquierdo ensuciándome toda esa área y formo una O con mi boca con asco ¡Iuc! — ¿No querías jugar?

Sonríe ahora y asiento levemente anchando mi boca —¡Ooo! bien si eso quieres — Asiento tomando rápida un puñado de harina y lo arrojó a su cuello llenándolo de harina — Juguemos...

Digo ahora de igual modo, pero acabó de desatar la tercera guerra mundial, él toma la azúcar y empieza a lanzarla e imito su acción con la sal y el kétchup llenándonos totalmente de condimentos el uno al otro.

— ¡¡¿Qué diablos pasa aquí?!!

Se escucha el grito de Martha y nos detenemos en seco al verla parada en la puerta mirando nuestra escena.

— El/ella comenzó — Decimos al unísono señalándonos mutuamente con el dedo como así fuéramos niños pequeños y esta niega.

— No me importa quien comenzó, solo vayan a limpiarse todo ese sucio con la manguera y vengan a limpiar todo esto.

Dice y asentimos pesados ¡Genial, más trabajo! ¡lo que me faltaba!, Nos miramos mal y salimos afuera para poder limpiarnos.

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NARRA MURRAY

Salgo de la casa echando maldiciones, mas trabajos, gracias a la santurrona esa no es justo por primera vez en mi vida no empecé un problema e igual soy castigado, bueno aparte de la estúpida fiesta por la cual estamos aquí, pero igual sigue siendo injustos ya que ella comenzó, aunque no me esperaba que lo hiciera, Realmente me sorprendió, me ha desafiado.

— Todo esto es tu culpa — Chilla mirándome mal.

— ¡¿Que?! ¿¡disculpa?! ¡¿Quien fue la que me roció de leche?! — Bufo y esta rueda los ojos negando.

— Lo hice porque tú me ofendiste — Se defiende obvia y asiento ridículo.

— Bueno, tú me insultaste primero — Contraatacó defendiéndome y esta bufa como si estuviera a punto de explotar y empieza a caminar más rápido.

Caminamos hacia la parte trasera y abro la llave junto a la manguera para lavarnos toda esta asquerosidad que traemos encima, Natasha toma una de las mangueras y empieza rociándose desde la cabeza quedando toda empapada, el agua hace que su playera y pantalón de pijama se apeguen a su cuerpo marcando perfectamente sus senos, su cintura, su trasero y sus piernas ¡Maldición tremendo cuerpo se carga la beata! Un pecho ajustó al cuerpo, una diminuta cintura bastante provocadoras, Unas piernas largas y rellenas que son fáciles de admirar ¡Y tanto que se cubre!

— ¡¡¡¡Eres un fastidio insoportable!!!!

Chilla rociando agua al notar que estaba fijamente mirándola o más bien devorándola y sonrió saliendo del trance.

— Gracias lo necesitaba.

Agradezco a ver si se me baja el problema que habían provocado mis pensamientos y está chilla irritada mientras río por esa cara que pone. 

¡Castigados En La Isla!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora