Capítulo 38. Hice algo terrible

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─El abuelo nos va a matar, nos va a matar ─comentaba Dylan mientras se movía de un lado para el otro.

─¿Quieres dejar de moverte? Me estas estresando más ─le dije tomándolo de los brazos para que parara ─tenemos que pensar en algo antes de que se dé cuanta que olvidamos buscar a alguien para el show de esta noche ─me tapo la boca.

─Habla más bajo, puede escucharnos ─quite su mano de mi boca.

─Chicos tenemos que pensar están comenzando a llegar personas para el show ─comento Tomas ─Ay no aquí viene el abuelo ─miramos como se acerca a nosotros. Los tres por alguna razón nos tomamos de las manos.

─Oigan ¿Quién va a cantar? Debería de estarce preparando. Es súper tarde.

─Pues... ─hablo Dylan.

─No hay nadie porque... nosotros vamos a cantar ─dije de repente.

─¿Ustedes van a cantar? ─alzo las cejas

─Si nos pareció buena idea ya que tenemos mucho sin cantar ¿Verdad chicos?

─Si ─contestaron al mismo tiempo.

─Bien, pero deberían de estarse preparando ya y a la otra avisen para ver quien se hace cargo de la registradora ─se dio la vuelta para irse pero volvió a regresar ─¿Por qué no se sueltan de las manos? ─dicho eso se fue y nos soltamos de las manos.

─¿Por qué le dijiste eso? ─pregunto Dylan.

─Era eso o morir.

─¿Qué vamos a cantar? ─pregunto ahora Tomas.

─No lose, las únicas canciones que practicamos son las de Carlos Rivera por mamá.

─Entonces una de Carlos Rivera ¿Te Esperaba? Es la única que recuerdo completamente como tocar ─dijo Tomas.

─Dylan ve a casa por mi guitarra, por tu bajo y la caja de música de Tomas.

─¿Por qué yo?

─¡Dylan solo ve! ─lo fulmine con la mirada.

─Está bien ─tomo las llaves del auto y salió corriendo de la cafetería.

─Pero eso no arregla todo, es un show no podemos solo cantar una canción los que han cantado aquí tocan de tres a cuatro canciones.

─Tomas me estas poniendo más nerviosa ─lleve mis manos al rostro ─tendré que llamar a Isaza tal vez él pueda cantar por nosotros.

─Si llámalo ─saque mi teléfono de mi bolsillo trasero marcando a Isa pero este no contestaba.

─No responde y justamente me acaba de mandar al buzón ─volví a guardar el teléfono a mi bolsillo ─hace mucho que no canto ¡Oh dios!

─Cantemos también nuestra canción.

─Nunca la hemos cantado para otras personas que no sean nuestros padres o los abuelos.

─Lo sé pero ya no se me ocurre otra cosa o que tu cantes algunas de tus canciones.

─No, mis canciones no ─negué con la cabeza ─nuestra canción está bien, solo espero que Dylan no se tarde ya casi son las ocho y cada vez llegan más personas.

─Aquí viene de nuevo el abuelo ─se acercó de nuevo.

─Ana ya casi son las ocho ya deberían estar arriba del escenario conectando los instrumentos ¿Dónde está Dylan? ─miro a todos lados.

─En el baño se está preparando ─dije.

─Haz que salga los quiero arriba del escenario en menos de cinco minutos ─se metió a la cocina.

Punto Y Aparte// Juan Pablo Isaza//En Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora