Capítulo treintinueve

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La luz, los vómitos, los antojos, los cambios erráticos de humor y los tests (de sangre, de orina y el de Cielo y Paz) confirmaron las sospechas de Mar: estaba, en efecto, embarazada.

¡Y no sólo eso! ¡Ése hijo es Federico, el futuro Ángel de Eudamon! Por lo que se ve, de alguna manera la linea temporal cambió y el llegará antes a nuestras vidas.

¡Y encima se enteró a pocos días de su casamiento!

Si, a pocos días, porque Rama quería casarse en un mes, ¡así que ya casi están cerca de la Iglesia!

Llegado el día del casamiento, Ramiro seguía sin saber sobre el embarazo de su futura esposa: ella tenía un plan.

X - ¿Alguien quiere decir algo?

Dijo el cura en la Iglesia.

M - Yo.

Ramiro estaba temblando. "¿Me dejará?" pensaba la Llave Dubitativa.

X - Hable, hija.

M - Rama, mi amor, tengo que decirte algo...

R - ¿Qué pasa, Mar?

M - Nada, sólo que parece que el mini Ramita se adelantó.

Rama quedó atónito.

R - Pará, pará... ¿Qué? ¿Vos...?

M - Si.

R - ¿Voy a ser papá?

M - ¡Si!

El resto de los invitados estallaron en gritos de festejo, a la vez que el cura exclamaba:

X - ¡El novio puede besar a la novia!

Rato después, en el salón de fiestas, todo era alegría.

M - Jaz, Tefi... sabía que no podía pedirle esto a una sola. ¿Quieren ser las madrinas de Federico?

Jazmín y Tefi abrazaron fuerte a Mar y aceptaron.

Mo - ¡Mamá! ¡Yo quería ser la madrina de mi nuevo hermanito!

Mora se cruzó de brazos e hizo puchero.

M - Vos sos la hermana, mi amor.

Mo - ¡Y ellas las tías!

T - Que viva la nena, eh.

Del otro lado del salón...

R - Hola, padrino.

Rama mira a Tacho, esperando que entienda la referencia.

T - ¡Nah!

Tacho sonríe.

R - ¿Cómo que "nah"?

T - ¡Qué si, tonto!

Tacho levanta a Rama por los aires, gritando de felicidad. El Dubitativo se ríe.

Uno nunca podría haber imaginado un ambiente más alegre que este, lástima que pronto se arruinó.

Th - ¿Qué estamos festejando? ¡Que feo que no me haya llegado la invitación!

De repente el salón quedó en silencio. Rama se acerca a Mar, y se pone delante suyo, la igual que hicieron Tacho, Nico, Luca, Lleca, Nacho y todos los demás: formaron una barrera entre Laureano y las chicas.

Sobretodo, una barrera entre Laureano y Mar.

Th - Que tiernos son, pensaron que no iba a venir a impedir que ese niño viva. ¡Ja! ¡Qué ilusos!

Laureano chasquea los dedos, provocando que todos se corran de alrededor de Mar. Él los encierra en un campo de fuerza, al que nadie puede entrar ni salir.

Mar no parece asustada, pero Ramiro está completamente aterrado.

Grita, grita con toda la fuerza que tiene, golpea y golpea ese campo de fuerza que los separa.

M - ¿Porqué le hiciste esto a Thiago?

Th - Él es sólo un peón en mi juego. Fue un peón. Necesitaba alguien que pudiera separarte como sea de Rama, y a la vez, alguien lleno de culpa para dejarme entrar.

M - ¿Qué te hizo mi hijo?

Th - ¡BASTA DE PREGUNTAS! ¡NO TENGO TIEMPO PARA ESTO!

Laureano se acerca a Marianella e intenta rodear su cuello con las manos, mientras el humo negro que despedía esta bestia atacaba su panza.

ᴘʀᴏᴍᴇsᴀ [ᴄᴀsɪ áɴɢᴇʟᴇs]Where stories live. Discover now