✧ :・゚➽ Tan increíble.

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Las traicioneras y silenciosas lágrimas desbordaban por las sonrosadas mejillas de la pequeña mujer ahí

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Las traicioneras y silenciosas lágrimas desbordaban por las sonrosadas mejillas de la pequeña mujer ahí.

"Corre" Pensaba, aún así, en el pasillo, su cuerpo no se movía en lo absoluto.

El héroe de hebras rubias la miró por el rabillo del ojo, sin detener el beso que compartía con la ahora reina.

Él se tensó y la sensación de incomodidad se adueño de ella, pero aún a pesar de eso, se mantenía firme.

Las lágrimas la delataban, le molestaba que después de verla, Link solo la ignoró.

Con la falta de respiración, ambos se soltaron y Apaya intervino. Llamando su atención.

—Majestad, vine a avisarle qué mañana la espera el lord de...

—Si Paya, retírate ...-. Sentenció Zelda usando el apodo usual en ella.

—.Pero...

—Retírate—. Alzó un poco la voz y la mencionada se fue, murmurando cosas entre dientes y con una mueca disgustada.

—¿No crees qué te pasaste?—. Se burló un poco sonriendo y agarrando el hombro de Zelda.

—¿Por qué me llamas así?—. Hizo un puchero y cruzó los brazos —. Y no no lo creo, ¿qué demonios hacía aquí?

Ella miró resentida a la ventana y se quedó pensando un par de minutos.

—¿Qué sucede?

—¿Recuerdas que ella estaba enamorada de tí?

—Sí.

—Tal vez, nos vio ...

—¿Nos vio hacer qué?—. Sonrió causando un sonrojo en ella.

—Uh... olvídalo—. Se volteó y comenzó a caminar-.Buenas noches.

—Buenas noches, Zeldita—. Repitió con ese tono burlón.

—.¡No me digas así!—. Reaccionó de inmediato volteando a verlo.

~ooO0Ooo~

Se incorporó muy rápido, cómo si sintiera que alguien la miraba. Giró la cabeza en busca de ese alguien y no encontró a nadie. Su cabello suelto estaba acomodado en su hombro, el camison blanco un poco arrugado y estaba ahora sentada en su cama.

Sintió presión en su esternón y comenzó a escuchar qué la llamaban y tocaban la puerta, pero no había nadie.

Un poco desesperada salió al pasillo descalza y comenzó a correr.

—Zelda—. Reconoció la voz... se estremeció y sus piernas flaquearon.

—¿Shad?—.Chilló con lágrimas y se volteó, encontrando el pasillo vacío otra vez.

Silencioso, no había nadie.

Sintió el frío recorrerla y su transparente cuerpo tembló.

Sin duda eso era un ataque de ansiedad. ¿Porqué en ese momento?

Sentía su cuerpo inundarse en frustración y miedo.

Hasta el punto de correr a la habitación de la persona más cercana a ella en el castillo: Link.

Al abrir un poco la puerta vio a Link dormido. Tal imagen le causo ternura y tranquilidad.

Entró y aun llorando, camino hasta la cama donde él descansaba y abrió las sabanas para así sentir lo frío que estaba el ambiente.

Y vio al lado de Link, una lámpara de gas que hacía qué el resplandor del cuarto aumentara, la luz en la ventana de la luna combinaba con la de la lámpara.

Ella lo volvió a mirar, ahora cubierta por el calor de las sabanas y suspiró entrecerrado los ojos. Y recordando.

Al abrirlos notó la mirada azulada de su acompañante y se ruborizo cubriendo su cara con sus manos. Soltó un chillido de sorpresa.

—Perdón...—.Susurró

En cambio el héroe a su lado no habló, solo rodeo la cintura de la joven con sus brazos y recostó la cabeza en su pecho, causando aún más rubor en el rostro de la chica.

Al final, cedió y se quedó dormida.

~ooO0Ooo~

Todas las miradas de los sirvientes y trabajadores iban al héroe, qué cargaba a la reina que aún usaba su camisón pero estaba tapada por una de las prendas de Link. Era sostenida en las corvas y su espalda con la cabeza en su hombro aún.

El la estaba llevando a sus aposentos para qué continuara durmiendo, el personal que estaba ahí antes del alba tenía sus razones.

Pero la mirada que el sintió más perforante y llena de odio, fue la de la que consideraba su amiga.

Al notarla tardó tiempo en procesar y la llamó, que la acompañara.

Al llegar a la habitación de Zelda, él la dejo intacta en su cama.

Después, hizo una seña a Apaya para salir a hablar.

Una vez de frente, habló.

—¿Ahora qué sucede?— Gruñó con una expresión concertada.

—Nada.

—No creas que nací ayer, no creas que no notó tus miradas extrañas a Zelda—. Sentenció—. Ni se te ocurra hacerle nada...

—¿Hah? No creas eso...

—¡Ya dime qué sucede! Es por que te rechacé, ¿cierto?—. Gritó esta vez.

—. ¡Se suponía que deberíamos estar juntos! —. El negó y retrocedió más calmado y ella empezó a llorar.

—Ella y yo...—.Dijo ahora señalando a la puerta de los aposentos de la reina.

Entonces, Apaya reaccionó y saltó para besarlo pero él atravesó su mano y habló.

—Acéptalo—.Susurró y le dio la espalda.

✦ ❥ ¿Y qué si tengo celos?  [ Zelink ]Where stories live. Discover now