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Una hermosa joven de dorada cabellera daba vueltas en su cama y murmuraba cosas entre sueños.

Bueno, desde que llegó era el mismo sueño, todas las noches sin falta.

Veo mi reflejo en ese lago de agua cristalina. Mi cabello, rubio y brillante. Mis ojos, un poco más claros de lo normal. Y lo más destacable, mis alas. Tan blancas, fuertes y hermosas como siempre.
De repente el escenario cambia. El agua del lago en el que me reflejaba se vuelve negra y un olor putrefacto comienza a surgir de allí. Un miedo repentino me invade y la opresión en mi pecho hace que se me dificulte respirar, siento que me ahogo.

Asustada, intentó huir de ese lugar, pero todo a mi alrededor está en llama y puedo oír una irritante risa, más no logro saber de donde proviene.
Es como si estuviera en todos lados.

Y luego lo peor comienza.

Una luz me cega y siento como alguien me empuja, haciendo que caiga de boca al suelo. El dolor de la caída no se compara en nada con el que comienzo a sentir en mi espalda.

¡Alguien intenta quitarme mis alas!

El dolor se vuelve cada vez más insoportable, y me genera mucha impotencia el no poder mover siquiera un dedo. Siento como se van desgarrando de a poco y con un último tirón las desprenden de mi.

-¡NO! - Grito, casi dañado mis cuerdas vocales, porque es lo único que puedo hacer. Las heridas en mi espalda queman, y mi alma llora, aunque ninguna lágrima logra salir de mis ojos, solo grito desde lo más profundo de mi ser, es el único sonido en este lugar.

Ya no oigo la risa, ya no veo la luz.

Estoy rodeada por oscuridad, hasta que siento la presencia de alguien detrás de mí. No volteo, ya que por alguna razón, sé quien está ahí, justo antes de poder girarme para poder enfrentarla...

Con la respiración agitada y al igual que cada noche, Rosé despierta y se repite a sí misma el porqué está ahí.

-Tengo que encontrar mis alas.

ᵃˡˡ ᵗʰᵉ ᵍººᵈ ᵍ'ʳˡˢ ᵍº ᵗº ʰᵉˡˡ [ᶜʰᵃᵉᶰᶰᶤᵉ]Where stories live. Discover now