Capítulo 2

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Salgo de mi habitación dispuesta a dirigirme al colegio, pero mi madre me detiene.

-Cariño, ¿no quieres desyunar con nosotros?- pregunta sonriente.

Mi madre, mujer alta, castaña y de ojos oscuros que intenta ocultar con una sonrisa todos los problemas que tenemos, trata de mostrarle al mundo exterior una vida perfecta totalmente falsa, cuando en realidad vivimos en un caos. Hace todo lo posible por sacar a su hija "traumada" adelante, pero no se da cuenta de que lo que realmente necesito es que me deje sola y tranquila aunquesea un minuto, no es que mi vida sea la peor pero tampoco es la vida perfecta que ella intenta mostrar a los demás.

-Desayunaré en el colegio.
-Tienes que pasar más tiempo con nosotros...- expresa nostálgica.
-¿Ya puedes dejar de tratarme como enferma mental?- escupo molesta y salgo rápido del departamento.

Día uno todo normal hasta que conocí a Travis, día dos todo normal hasta que mamá se enteró de Travis, día tres todo normal hasta que mis padres me dijeron que estoy loca.

No se cuando todo empezó a cambiar, cuando pasé de ser la niña feliz que salia a pasear con sus padres a la niña loca a la que le repiten constantemente que los amigos imaginarios no son reales, la que va a mil psicólogos diferentes para intentar determinar la "enfermedad" que tiene y a la que nadie, absolutamente nadie, le cree.

Al llegar a mi colegio dejo algunas cosas en mi taquilla y me dirijo a la primera clase.

Tomo aire al entrar al aula llena de adolescentes y me siento sola, como siempre, en uno de los puestos de atrás.

-Bien chicos- llama nuestra atención la profesora- como bien saben tenemos pendiente el trabajo de tema libre el cual deben entregar al final del curso, y decidí que será en parejas- todos comienzan a celebrar.

Claro, parejas para los imbéciles de mi salón significa una de tres cosas:

1. Podrán ponerse con una persona guapa y tirar con ella.
2. Podrán ponerse con un nerd que les haga todo el trabajo.
3. Podrán ponerse con un amigo y no hacer absolutamente nada, pero tendrán la excusa de que van a "hacer un trabajo" para salir de casa.

Pero luego estoy yo, la antisocial que lógicamente no quiere hacer el trabajo en parejas por que no tiene amigos.

¿Es que acaso no pueden dejar todo individual y ya?

-Esperen, no celebren aún- exclama la profesora haciendo que todos se callen de inmediato- las parejas las elegiré yo- todos abuchean.

Genial, no se que es peor, si elegir las parejas nosotros y quedar sola o que ella elija las parejas y quedar con un imbécil con el cual claramente terminaré haciendo yo todo el trabajo.

La profesora se dedica a decir las parejas y me coloca a mi con un chico a el cual he visto muy poco la verdad, se que no es de los más populares pero se lleva bien con casi todos y es uno de los mejores del equipo de natación de la institución, por lo cual es bastante importante para el colegio.

El chico se levanta de su asiento y se acerca a mi.

-¿Megan, cierto?- pregunta sentándose a mi lado.
-Si, y tu eres Nathe supongo- respondo indiferente.
-Exacto, ¿nos podemos reunir en tu casa? Con mi hermana pequeña en casa dudo que sea muy fácil hacer el trabajo-
-Oye no hace falta que no reunamos, seguramente no quieres hacer nada y terminaré haciendo yo todo, así que ahorremonos esto y...- me interrumpe.
-Espera, si te ayudaré, ¿por qué no lo haría?
-Oh... no se, yo no pensé que tú quisieras.
-Es un trabajo en pareja Megan.
-Si, lo sé.
-Bueno, ¿entonces en tu casa?
-Si, está bien. ¿Mañana a las 2?
-Perfecto, allí estaré- se levanta y se va.

Eso fue... raro, nunca habían querido ayudarme en un trabajo, siempre soy la tonta que termina haciendo todo, pero creo que por primera vez no tendré que realizar todo sola y regalarle la nota a un imbécil.

...

Ya es la tarde y entro a casa después de un largo día en la preparatoria, camino hasta mi habitación y solo me dejo caer en mi cama.

-¿Cómo te fue hoy?- pregunta mi madre.
-Bien, supongo.
-Meg, tienes un nuevo psicólogo, iremos hoy a las 4 pm a conocer su consultorio.
-Bueno.
-¿Puedes dejar de ser tan indiferente con todo? Tienes que dejar que los psicólogos te ayuden Megan- me regaña.
-¿Cómo quieres que me comporte si todos piensan que estoy loca?- me altero.
-Megan solo deja que te ayuden...
-¡No necesito ayuda!- grito.

Bufo molesta y me levanto de mi cama, entro al baño que hay en mi habitación y cierro la puerta con todas mis fuerzas.

Llegó un punto de mi vida en el que me siento sola, no tengo absolutamente nadie con quien pueda hablar y desahogarme, alguien que me crea... si tengo quien me crea, pero ese alguien es a quien nadie más puede escuchar y además quiero que desaparezca de mi vida.

Cuando escucho que mi mamá ya salió de mi habitación decido escabullirme silenciosamente hasta la sala. Luego abro la puerta de mi casa lentamente, salgo y me encamino hasta la puerta del fondo de mi pasillo. Me siento en el piso, apoyo mi cabeza sobre la puerta y me dedico a hablar.

-¿Por qué Travis?- digo al borde del llanto- ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué yo? Haces que piense que realmente estoy loca.
-No estás loca Megan, soy real.
-¿Y por qué ellos no te escuchan?
-Por que yo no quiero que me escuchen...
-Si ellos no te escuchan seguiré yendo a psicólogos Travis, seguirán pensando que estoy enferma- me altero.
-Lo siento Megan... pero solo quiero hablar contigo.
-Me estás dañando la vida Travis.
-Ellos te la están dañando...
-Debo irme.
-Bien, adiós Megan.
-Adiós.

Me levanto de allí para volver ese lugar de estrés al que llamo "casa".

Amaría que todos pudiesen oír a Travis, y sobretodo amaría tener una explicación lógica de quién es Travis y por que solo yo lo escucho, pero la verdad es que no lo sé y que a veces yo misma empiezo a creer que estoy loca.

...

Más allá de la puertaWhere stories live. Discover now