Jaemin me observaba desde un metro de distancia, también llorando.
- ¿Y que pasa conmigo? ¿Acaso yo no tengo derecho a necesitarte?-Jaemin lloraba cada vez más.- Mei, desde que me adentré a tu mundo me propuse no dejarte ir, me encantas de tantas formas que ahora mismo no daría el tiempo para explicarte todas.
Me senté en el suelo que estaba a una calle de la hamburgueseria donde Hyunjin, probablemente, siga sentado mientras termina su hamburguesa.
Mi cabeza daba vueltas, realmente no sabía que hacer, hace unos minutos estaba decidida a alejar a Jaemin de mi vida, sentía que no era la persona para mí, pero tras verlo romperse frente a mí todos esos pensamientos míos cesaron.
- Por más que consigas a alguien más, yo voy a estar para ti, no pienso dejarte ir tan fácilmente.
Jaemim decía todo eso mientras me observaba parado, y no le importaba en lo más mínimo que pudiese notar lágrimas brotar de sus ojos.
- Todo esto es un juego para ti.-trataba de convencerme a mí misma.
Escuché a Jaemin soltar una risa, con tal vez, una pizca de molestia.
- Si fuese un juego no hubiese alejado a Somi de mí, me di cuenta de lo mucho que significas para mí y no me permitía ni permitiré estar con alguien que no seas tú.-dijo.
No soportaba verlo llorar, pero tampoco soportaba la necesidad de tenerlo conmigo, entonces empecé a correr. Corrí hasta caer en el césped y quedar dormida en este, llorando como la niña pequeña que era por dentro.
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- No se preocupe, pero creo que sería bueno que descansara todo el día de mañana, no la noto muy estable como para ir a la escuela. Además, entre nos, quiero darle una sorpresa.
Escuché a Jaemin decir eso a lo lejos, pero yo aún no abría mis ojos, veía todo negro. Pero el ruido de zapateos subiendo las escaleras me hizo dar un brinco y despertar en un segundo.
Me encontraba en una cama con mantas azules, rodeada de uno que otro peluche. La pared de esa habitación también era azul, pero un azul un tanto deprimente, tenía cuadros con fotos de él, algunos con sus papás o al menos eso parecía, no podía pensar demasiado las cosas, mi cabeza dolía.
Jaemin entró a la habitación, su habitación, cerró la puerta y se arrodilló al lado de la cama para que pueda verlo.
- Tu mamá vino uno vez que le avisé lo ocurrido.
¿Le había contado sobre la discusión? Que vergüenza.
- Le conté como su querida hija empezó a correr y tropezó, causando así, que este chinchón aparezca en tu frente. -dijo tocando al nombrado.
- ¡Eso duele!- grité ocasionando una risa de su parte.
- Hoy te quedarás aquí, convencí a tu madre. Y por si te preocupa no tener ropa para mañana, ella también trajo un conjunto, muy lindo por cierto.-mostró una sonrisa de esas que me hacían babear.
Miré al techo, todo era tan confuso ahora y mi cabeza dolía como los mil diablos, pero tal vez esto no resulte tan malo. Pero yo no le gustaba, lo tenia asegurado.
Jaemin subió a la cama haciendo que me mueva hasta el otro lado de la cama, en realidad la cama no era chica, entrábamos ambos a la perfección. Me juntó a él, abrazándome mientras apoyaba su mentón en mi hombro.
Podía sentir su respiración pasar por mi lado, sus manos jugar entre ellas mientras yacían por mi espalda y en un momento sus pies empezaban a moverse, se había quedado dormido.
- Si te necesito.-confesé entre sollozos.
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Holaa, muchas gracias por leer esta obra que es malísima, pero bueno xd
¿Todo bien? Espero que sí.
Quiero decirles que estoy escribiendo otra obra llamada "strike" y la pueden encontrar en mi perfil, es un fanfic sobre Mark.
Y por último, disfruten estos capítulos, luego Jaemin la pasará mal.
