Parte 6 εïз

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"No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes"

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"No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes"

Bob Marley


¡Les dejo el capitulo 6! Feliz lectura

Y va para ti mi querida Jen, gracias por estar acompañándome aquí también


—¿Hasta qué hora será la fiesta? —Preguntaba por décima vez, Sebastián.

—12 am —Respondía tranquilamente por décima vez, su hermana. Así de aprensivo era él cuando ella salía sola de casa. Aunque él le había asignado un escolta para mayor seguridad, ya que generalmente siempre le mortificaba tener lejos de su radar a la mariposa adolescente. Esa noche, ella pidió no tener "vigilancia", porque sus amigas se intimidaban por el arma, porque aunque el guardaespaldas solía llevarla en un lugar no visible, ellas sabían que en algún lado la escondía.

Muy a su pesar, Sebastián, aceptó darle la noche libre al escolta, sin embargo, sería el mismo Sebastián quien la recogería al terminar la celebración. No podía llevarla, pues Cristina y sus amigas se irían juntas en una limusina.

A las seis en punto el timbre de la mansión Ruiz Olalla, sonaba. Ralph, abrió la enorme puerta blanca con gesto neutro —gesto que solo utilizaba para los desconocidos— y asintió al hombre ataviado con ese tipo de uniformes que suelen usar los chóferes del servicio de limusinas,  quien a su vez lo saludó educadamente, mientras que a poca distancia se escucharon las risas y algarabías de las amigas de Cristina llamándola en coro desde el inmenso coche. Cristina, dio un gritito de emoción, al cual Sebastián rodó los ojos, aunque muy en el fondo de su ser se encontraba radiante de felicidad de ver sonreír de contenta a su hermana, había culminado la secundaria, cerraba una etapa más de la mano de él.

Esos ojos verdes llenos de pureza aquella noche eran más expresivos que nunca, ojos que irradiaban alegría, y no había otra cosa en el mundo que Sebastián no anhelara: tener siempre el brillo de esa mirada. Vestida con un traje largo, liso, en blanco perla, entallado de una manera perfecta a esa cintura de envidia, Cristina, parecía un ángel.

Sebastián, no paraba de tomarle fotos con el celular, ella estaba tan preciosa. Cristina, negaba, inquieta aunque sonriendo, sin embargo no quería hacer esperar más a sus amigas.

—¿Quieres saber de qué trata tu regalo de graduación ahora o más tarde? —Indagó con los ojos entrecerrados, cargados de chispas, Sebastián —La menor, negó de nuevo, a modo de protesta, ella le había pedido infinidad de veces que no deseaba ningún obsequio de graduación, nada en absoluto, ya que, con tenerlo a él junto a ella, era la mayor bendición del mundo.

—Creo haberte pedido  que no quería nada de regalos, Sebastián, que...

—Bueno —se metió las manos dentro de los bolsillos del pantalón, relajado —Este en realidad no sería un regalo para ti. Más bien, para mí.

Faith  © (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora