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Mis ojos se ajustaron a la escasa luz de luna que bañaba el bosque. Yo seguía a Jaebum tan cerca que podía decirse que pisaba en el mismo lugar que él. Él sujetaba mi mano con fuerza, sentía como se aferraba a mis dedos. También sentía lo perfecto que encajaba su mano con la mía.

Tenía miles de preguntas que hacerle, pero debíamos guardar silencio hasta que llegáramos a donde fuera que Jaebum me llevaba. Ni yo le había preguntado a dónde íbamos, ni él me lo había dicho. Pero, por supuesto, Jaebum avanzaba a grandes zancadas y muy deprisa, me costaba un poco mantener su paso. Yo jamás volvería a decir que me mantenía en forma, en ese momento jadeaba ruidosamente.

Apenas tenía tiempo para pensar en cómo me convertiría en un animal salvaje, si es que verdaderamente estaba a punto de hacerlo. Mis dudas al respecto estaban claras. ¿Acaso no uno mismo sabría si es parte lobo, aunque sea solo en una pequeña parte? Me negaba a aceptar el asunto porque entonces tendría que aceptar a Jaebum como pareja y aunque entendía a la perfección la atracción que él mencionaba, estaba aterrado ¿cómo alguien puede tenerte a sus pies de un momento a otro? Tenía que recordarme a cada minuto que yo apenas lo conocía. Y aún así, no podía sacarme de la cabeza que él era perfecto para mí. No era como cuando tienes un capricho. No era como cuando ves a la persona y piensas que te gustaría que te invitara a una cita. Era algo tan enterrado en mi ser como el alma: como si desde un principio hubiera formado parte de mí, como si Jaebum fuera el único, por el resto de mi vida.

Estábamos entrando en una parte del bosque en la que jamás había estado. La maleza era espesa y los árboles estaban demasiado juntos. Las espesas copas de los árboles bloqueaban casi en su totalidad a la luz de la luna. Jaebum tiraba de mí mientras escalábamos una montaña, además de que evitaba que cayera rodando para abajo.

Recordé que él iba descalzo. Debía de tener los pies llenos de sangre, de herida y de cortes. Pero no se quejaba, nunca lo hacía. Simplemente seguía caminando.

Para ese momento, aún seguía perdido. Me movía mecánicamente, como un robot.

Al final subimos por una pendiente rocosa, sin árboles. Supe instintivamente que Jaebum podría haberse transformado y que a esas alturas ya estaría muy lejos. Podría haber atravesado el terreno fácilmente. Pero en vez de hacerlo, seguía tirando de mí.

─Deberías seguir tú ─exclamé con pesadez después de haber resbalado unos dos metros, lastimándome los codos.

─No voy a abandonarte.

─Eres quien corre mayor peligro, Jaebum. No me harán daño.

Se detuvo y me miró por encima del hombro antes de repetir:

─No voy a abandonarte, Youngjae.

¿Por qué tiene que ser tan terco? No importaba si Sanjoy y sus amigos me encontraban. Simplemente se enfocarían en seguir el rastro de Jaebum, y yo podría escapar. Pero era evidente que Jaebum no estaba dispuesto a escucharme. Así que me esforcé por llegar a su paso.

─Youngjae, sigue subiendo. Yo me bajaré a borrar nuestro rastro. No tardaré.

Lo agarré del brazo en un instante de pánico.

─¿Estás loco? No podrás encontrarme si sigo.

A pesar de la poca luz, logré ver su sonrisa de suficiencia.

─Siempre puedo seguir la huella de tu olor ─contestó.

─Ya, claro. ¿Quieres que te dé mi camisa para que te acuerdes?

─No, pero... ─Jaebum se inclinó sobre mi cuello. Lo oí inhalar─. Hueles tan bien. Te encontraría en cualquier parte.

Un escalofrío me recorrió entero. ¿Cómo podría ir por la vida haciendo ese tipo de cosas?

#1GO MOONLIGHT || 2JAE ✔Where stories live. Discover now