Natthimlen [Zodiac/Yaoi] [Omegaverse]

XIV. Estrechando lazos (P1)

Aries's pov

- ¿Aries? ¡Aries! ¿A dónde vas? -preguntaba Sagitario a unos cuantos metros tras de mí, quizás más cerca de lo que yo creía, ¿pero qué más daba? Ahora mismo tenía una misión importante que completar, y nadie me detendría.

Después de adentrarme en el denso bosque de pinos, haber tomado un par de enredados caminos para despistar a Sagi, lo había logrado. Sólo podía escuchar mi agitada respiración y las aves cambiando de rama en rama.

- Sabía que mis fantásticas piernas no me fallarían -me felicité a mí mismo, apoyando mi espalda en uno de los muchos troncos que habían, intentando regular mi respiración para luego poner mi plan en marcha. Saqué una pequeño trozo de papel del bolsillo trasero de mis pantalones cortos, y le di una mirada a su contenido.- Esa yerba debería estar por aquí...

No me malinterpreten. No es ninguna droga ni nada.

Mis ojos inspeccionaron todo lo que rodeaba mi ser, buscando con atención la planta que necesitaba para mi extraordinario plan de venganza, o bueno, mejor dejémoslo como mi "broma perfecta", una broma dirigida para todo el grupo del campamento durante la cena de esta noche. Ahora bien, ustedes se estarán preguntando cuál es el motivo para ello, pero la respuesta no podría ser más simple: Sólo estaba aburrido de tanta seriedad en el grupo.

Desde que sucedió lo de la madrugada con Libra, después con la llegada de ese tal Demikhov y, finalmente, con el sospechoso control médico; todo estaba muy tenso, ¿y ya había dicho antes que odiaba lo tenso?

En fin. Mi plan consistía en lo siguiente: Buscaría una yerba con efectos laxantes, sabotearía la cena y, por último, presenciaría el espectáculo con palomitas de maíz y algo para beber.

Sabía muy bien que esto me traería muchos problemas, pero estaba seguro que al final del día quedaría como el héroe del campamento, aquel que alguna vez salvó el ambiente de éste.

Borré la boba sonrisa que tenía dibujada en mi rostro y golpee mis mejillas con fuerza, dejándolas ardiendo.

- Veamos, se supone que debería estar por aqu-

- ¿Qué haces aquí, Aries?

Una voz que conocía a la perfección interrumpió mis pensamientos en voz alta, logrando sorprenderme de sobremanera. De hecho, exclamé con pasión todos los insultos hirientes que sabía, algo que muy rara vez sucedía.

- ¡Capricornio, bastardo! -exclamé rojo de furia, acercándome hasta su cuerpo y agarrándolo del cuello de su camiseta. Sí, el maldito me ganaba por sólo dos o tres centímetros, pero aun así me sentía capaz de darle cara- ¿Te crees muy gracioso, eh? ¿Quieres conocer a un verdadero bromista?

- Tranquilo, idiota. Vine sólo para asegurarme de que estuvieras bien -se excusó, posando su mano derecha en mi hombro para, posteriormente, empujarme.- Quiero decir, Sagitario me pidió que te vigilara. Si, eso es.

- Ajá...

Tomé cierta distancia de él, uno o dos metros para ser exacto, y le miré de pies a cabeza. Quería ponerlo incómodo, pero terminé por darme cuenta de algo bastante peculiar.

- ¿Y a ti qué te pasó? ¿Te caíste por un barranco o qué? -dije, riendo para molestarlo aun más.

- No veo la gracia en eso -bufó mientras se cruzaba de brazos, desviando la mirada al suelo, extendiendo su brazo para recoger algo.- Oh vaya, ¿y esto?

No pude darme cuenta a tiempo de que el trozo de papel que tenía antes en mis manos, había caído cuando Capricornio llegó y me sorprendió. Y ahora el maldito tenía MI papel en su poder.