Natthimlen [Zodiac/Yaoi] [Omegaverse]

Especial Tauro x Escorpio (+18)

Ambos chicos estaban en la cocina de la aldea, un área que consistía en una gran tienda blanca con varias entradas y salidas. Estaba alumbrada por pequeñas lámparas electricas puestas en suelo y en todas partes, todo con tal de iluminar bien el lugar.

¿Por qué estaban ahí? Bueno, a Escorpio supuestamente le dio hambre y quería que Tauro le preparase algo especial solamente para él, lo que Tauro no sabía era sobre la carta trampa que tenía. Las lámparas que alumbraban la cocina se apagaron de repente, quedando todo a oscuras y Tauro en a la mitad de la preparación de su plato.

— ¿Qué rayos pasó? —preguntó Tauro, asustado por el sorpresivo apagón.

— Tranquilo, todo está bajo control  —dijo Escorpio, dejando el control que controlaba las luces en la mesa más cercana. Luego se acercó a su novio y lo tomó de las manos.— Yo preparé todo esto.

— ¿Eh? ¿Qué cosa y por qué? —Tauro estaba muy confundido, no sabía qué estaba pasando. La idea de que Escorpio apagó las luces pasó por su cabeza, pero parte de ella se rehusaba a pensar que él lo había planeado. ¿Para qué? ¿Para arruinar el propio plato que estaba preparando para él?

— Ahora podremos disfrutar en la oscuridad —murmuró Escorpio, acercándose a Tauro para abrazarlo y darle caricias.— ¿Acaso tú no quieres lo que yo deseo?

Escorpio estaba actuando raro, no era el de siempre, el chico tímido y callado, ahora estaba actuando algo atrevido, y eso que no había bebido casi nada.

— No sé a qué te refieres —dijo con dificultad, Tauro, al sentir como su cuello era lamido y mordido por el pelinegro.— De verdad que no lo sé. No entiendo nada.

Escorpio sonrió.

— Oh vamos, sabes a lo que me refiero  —habló un poco más serio, volviendo a su comportamiento normal.— Hemos estado esperando una oportunidad para hacerlo, ¿no lo recuerdas?

Las mejillas de Tauro tomaron color. Era cierto, habían estado hablando de eso días antes, pero nunca creyó que sería tan rápido.

— Pero Escorpio, ¿estás seguro de querer hacerlo aquí? ¿por qué no mejor esperamos a que una de nuestras cabañas estén vacías? —planteó Tauro, temeroso de ser atrapado en el acto.

— Porque eso nunca sucederá. Además Virgo y Piscis ya nos ganaron mi cabaña, y de seguro que la tuya también está ocupada —habló Escorpio, acariciando el rostro de Tauro.

— ¿Y tú cómo sabes eso? —preguntó sorprendido el signo de tierra.

— Porque los vi irse en dirección a mi cabaña —explicó fácilmente, esperando que Tauro entendiera que si querían hacerlo, debían hacerlo rápido.— Vamos, debemos aprovechar la oportunidad.

Tauro mordió su labio inferior de sólo nervios. Escorpio tenía razón, debían aprovechar ahora que estaban solos, ¿pero qué les aseguraba que nadie vendría a la cocina? Debían hacerlo rápido, no podían perder tiempo en charlar. Con eso en mente, Tauro se acercó a Escorpio, le bajó los pantalones y boxers hasta los tobillos, y luego miró su miembro.

— No lo mires fijamente —se quejó Escorpio, teniendo por fin algo de vergüenza.

Tauro introdujo el miembro en su cabidad bucal, lamiendo y saboreando el miembro del chico, haciéndolo temblar de placer rápidamente. Mientras chupaba el falo, Tauro miraba hacia arriba al pobre de Escorpio, quien ahora parecía un vulnerable chico, sobretodo con la cara sonrojada que tenía, intentando tapar los sonidos que salían de su boca.

— Quiero escucharte, no te ocultes —le pidió Tauro, para luego volver a su trabajo.

— Pero es vergonzoso —volvió a quejarse Escorpio, tapando justo a tiempo su boca antes de que un gemido saliera. Estaba muy extasiado, se sentía muy bien la felación que Tauro le estaba dando, y agradecía también que él tomara la iniciativa. En el fondo Escorpio quería ser sometido, quería que Tauro lo hiciera llorar de placer. ¿Por qué? Porque todos veían a Escorpio con miedo, lo veían como un chico serio que no le interesaban para nada los temas sexuales y que si era así, entonces él debería ser sí o sí el activo de la relación, tan sólo por su personalidad, cuando en realidad el pobre quería que alguien lo tomara, que alguien lo tuviera debajo gimiendo.— E-está bien. Dejaré que me escuches.