XXV. Un acuerdo

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Omniciente's pov

— Hagamos un trato —dijo el peliblanco con una expresión seria. Debía hacer un acuerdo con Demikhov para que este no revelase la ubicación de la aldea.

Orión hablaba mientras que el doctor lo observaba desde abajo sometido por Ofiuco en el suelo. Por la cabeza de Demikhov no pasaba ninguna opción válida para aceptar aquel presunto trato. No veía nada que fuera aceptable para renunciar a su plan. Y tampoco sabía qué le plantearía Orión.

Por otro lado, Orión se encontraba en un atado. Había dicho lo del trato para que el doctor lo escuchase, pero nunca pensó que llegaría todo el grupo junto la secretaria de Ofiuco para escuchar lo que tenía que decir, y tampoco pensó que funcionaría, que Demikhov le escucharía con atención.

— Adelante. Te escucho —dijo el doctor con dificultad. Con su pecho pegado al piso le costaba mirar y hablar. Además que Ofiuco nunca controlaba su fuerza.

El grupo estaba en silencio al igual que Aquila, ambos esperaban con curiosidad lo que Orión le diría al doctor loco.

— Como todos saben, lo único que quieres es hacer que los Omegas de este grupo queden embarazados. ¿Por qué? Seguramente para mantenerlos bajo observación, para completar tu preciado informe. Teniendo eso en cuenta, he llegado a una conclusión. ¿Y si te entregamos lo que quieres? —decía Orión como si nada, como si lo ultimo no significara nada para los Omegas. ¿Es que acaso Orión estaba del bando de Demikhov y por eso se estaba haciendo malo?

El grupo lo miraba con indignación, ¿ese era el Orión que conocían?

— Pero Orión, no podemos hacer eso —dijo Cetus, anonadado por lo que su amigo había dicho. ¿En qué rayos estaba pensando? ¿Había perdido la cabeza?

— Aún no termino —lo detuvo el peliblanco, caminando lentamente en círculos alrededor de Demikhov.— Con sólo una pareja basta, ¿no?

El doctor lo pensó, y luego negó.

— No. Debo ver las diferencias entre embarazo y embarazo, además del resultado, es decir, la cría —explicó aún complicado para hablar.

— Bueno, eso cambia las cosas —murmuró asustado Orión, pero no permitiría que se notara en el exterior.
— Entonces con dos Omegas es suficiente.

Demikhov volvió a negar, poniendo nervioso al Peliblanco.

— ¿Tres? —preguntó Orión, comenzando a sudar.

— Necesito a los seis Omegas  —terminó por decir el doctor, sorprendiendo a todos los presentes.

Orión miró a Cetus, y este negaba con la cabeza, con decepción. Luego miró a Ofiuco, y este estaba como diciendo "¿En qué estás pensando?". Después se giró a ver al grupo, todos los Omegas estaban aterrorizados, estaba claro que ninguno quería embarazarse, por lo menos no todavía. Los Alfas miraban con casi odio a Orión, no comprendían el cambio de mentalidad del chico; primero decía que estaban en peligro y que debían salir de la aldea, y ahora decía implícitamente que era mejor que se quedasen para más que nada completar el plan de Demikhov. Definitivamente Orión se había vuelto loco.

— A cambio de ello, no dirás nada sobre la aldea —terminó Orión, poniendo Natthimlen sobre los chicos en cuanto a prioridad, algo incomprensible para todos, incluso para Demikhov.

El doctor lo pensó. Debía de haber un truco, unas letras pequeñas en el contrato. ¿Cómo era posible que Orión entregase a los Omegas así como así? Pero bueno, después de pensarlo, el trato no era malo, al contrario, era espléndido. Completaría su plan si aceptaba, pero seguía pensando en que había una trampa.

Natthimlen [Zodiac/Yaoi] [Omegaverse]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant