Capítulo 44

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15 de mayo, New York, 1959

Lauren se separó de Camila y se dirigió a la barra a buscar un trago. Nunca había tomado en su vida y un trago no le vendría mal en ese instante. Mientras observaba a la gente pasar a su alrededor, le sorprendía lo fácil que era para algunos despilfarrar dinero de manera tan fácil, cuando otras personas debían sacrificar hasta su último suspiro para tener una vida decente. Por un momento, se sintió mal de por ser parte de esa gente que la rodeaba. Ella jamás en su vida había pasado necesidad, cortesía de sus padres y de su tía, pero era inevitable pensar en Camila y su historia de esfuerzo, lo que la hacía sentirse una verdadera escoria. Era una niña rica y mimada arruinándole la vida a otra persona que se ganaba las cosas por mérito propio.

Estaba pidiendo un bourbon cuando sintió la presencia de alguien a su lado. Alguien conocido. Giró levemente la cabeza para tratar de identificar quién era y se encontró con Lucía Vives, quien llevaba un bonito tocado de lentejuelas el cual, junto a su peinado, resaltaban sus facciones marcadas. Era una situación extraña, ya que no pensaba encontrársela en esa fiesta tan exclusiva, teniendo en consideración que el círculo de adinerados de New Orleans era muy distinto al de New York, quienes eran más estrafalarios y más abiertos de mente, pero al parecer se las había arreglado para ser considerada por el organizador del evento. Cuando se dio cuenta que Lucy también había notado que estaba siendo observada, se apresuró en quitar su vista de encima, pero lo suficientemente tarde como para que ella lograra distinguir de quién se trataba.

---- ¡Lauren! ¿Qué haces aquí? — preguntó en un tono de extrañeza y  alegría. — Tu familia ha dado vuelta todo New York tratando de encontrarte.

---- Cierra la maldita boca y no molestes, Lucía. ---- Se tomó el vaso de un trago y pidió otro. La ira que sentía era lo suficientemente grande como para hacerla ignorar lo amargo del licor. ---- Vete de aquí y déjame en paz.

---- Parece que la enfermerita te ha pegado lo ordinaria, querida. ---- Soltó la chica mordazmente.---- Cuando estabas conmigo eras más educada.

Tras esa provocación, Lauren la tomó por la muñeca y acercó a la chica a ella. Estaba enojadísima, pero no pudo evitar notar que Lucy no había cambiado para nada, tanto psicológica como físicamente. Seguía teniendo esa sonrisa un tanto petulante, pero que sabía esconder bajo una mascarilla de ángel, lo cual le permitía caerle bien a las personas que le convenía. Y sus ojos seguían teniendo ese brillo travieso que había logrado conquistarla hace ya tanto tiempo. Era una verdadera arpía, pero a diferencia de su tía, quien era directa a la hora de hacer las cosas, Lucy se hacía la mosca muerta. A veces se preguntaba cómo había sido tan imbécil para no darse cuenta de ello antes.

— Eres una hipócrita. Eres detestable. Y no sabes cuánto te odio.

— Lauren, por favor, ¿podrías superar ya lo que ocurrió hace tanto tiempo?— preguntó Lucy en un tono de cansancio que enfureció más a Lauren. — Chris fue una aventura pasajera. Yo siempre te he querido a ti. — dijo la chica en lo que posaba una mano en su brazo, la cual apartó de inmediato.

— No subestimes mi inteligencia, Lucy. — respondió en lo que le guiñaba un ojo. —Me dejaste bien en claro que ese idiota era mejor opción que yo. Ahora estoy bien y no quiero volver a tenerte en mi vida.

— Eso no es lo que me dicen tus ojos, cariño. Veo cualquier cosa menos felicidad. Algo te preocupa y no soy precisamente la causante de aquello. — Bebió de su copa de martini y le dedicó una sonrisa socarrona:— ¿Qué ocurre, Lauren? ¿A la enfermerita no le bastó con la sobrina y está apuntando a la tía?

Lauren sintió cómo su rostro se desfiguraba ante ese comentario. Lucy había dado en el clavo y al parecer disfrutaba de aquello. Se bebió el bourbon y pidió otro más, instalándose en la barra. Se había alejado de Camila un momento para poder despejarse, pero esa pregunta había ayudado en todo menos a ello. Lucy se sentó a su lado y también pidió otro trago con un ademán.

Smoke Gets In Your EyesWhere stories live. Discover now