CAPITULO 9

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1979

Terminamos la escuela y automáticamente nos convertimos en los siervos del mal, Mortífagos, cada uno trabajando a la sombra de Voldemort haciéndose de las nuestras para complacerle, apagada de vida cuidaba del pequeño Black evitando que se convirtiera en un asesino sin mostrarle mis verdaderos sentimientos y fingiendo una nueva admiración y lealtad a la sangre pura y libre de muggles.

Un año había pasado desde que nos habíamos graduado, me enteré que Lily ahora era la nueva señora Potter lo cual para muchos fue una indignación terrible considerando el linaje tan antiguo de la sangre de James. Un año sin que yo supiera nada de Sirius....

—Kára—escuche una voz proviniendo de mi derecha y voltee encontrándome con mi hermano.

—Corban—salude neutra, mientras le devolvía la mirada.

—Nuestro señor espera—asentí en silencio y lo seguí hasta la gran habitación, justo como la primera vez que lo conocí varios Mortífagos estaban reunidos ya allí. Al entrar en la sala el hombre más buscado y temido por el mundo mágico, todos los presentes incluidos mi hermano y yo nos inclinamos.

—Mi señor—hablamos en coro.

—La tarea de hoy es importante mis queridos, he reunido a los mejores magos, sentirse honrados—habló—. No fallen.
Nos colocamos las máscaras y logramos llegar a lo que parecía una prision de menor rango que Azkaban, no por eso menos importante para Voldemort.

—Empecemos—Lucius fue el primero en obedecer y apuntó su varita logrando que la entrada explotara, ingresamos al lugar entre peleas y explosiones comenzando a liberar presos que se unían a la batalla con nosotros. Las fuerzas mágicas también arribaron y tuvimos un enfrentamiento duro y arduo.

—Necesito una información ocultada en las oficinas, pueden ayudarnos a entrar al ministerio—una voz nos hablo y el señor oscuro miraba al frente como si nada—Crabbe, Goyle, Dolohov, Lucius, Lestrange, Avery y Yaxley's ustedes vienen conmigo—sin más lance un reducto al centro del lugar, esparciendo humo para lograr retirarnos, atravesamos por un larga estancia. Llegamos y el primero en apuntar su varita a los guardias protectores de la oficina fue Dolohov, no logró su cometido pues un hechizo le llegó y calló al suelo, inconsciente. Volteamos para encontrarnos con un grupo de cinco personas que apuntaban sus varitas a nosotros.

—A ellos—sin decir más contraatacamos y ellos se protegieron, volamos al rededor de ellos para despistarlos pero ellos también lo hacían con un rastro de luz blanca siguiéndonos, por supuesto que habían mandado a los nuevos, la nueva Orden, me detuve en el suelo e intente lanzarle un desmaius a un hombre que se batía a a duelo contra Goyle pero un hechizo logró interceptarme y me lanzo lejos de ellos logrando que atravesara la pared y terminara en otra estancia, me apoye en mis codos y quite el resto cemento de mi cuerpo, logré incorporarme con el dolor de por medio intente localizar a la persona que me había lanzado el hechizo pero no logré ver a nadie, solo a los demás peleando en la otra habitación, un hechizo golpeó mi brazo izquierdo logrando que sangrara, voltee al lugar de dónde provenía y me quede estática.

Reaccione a tiempo para esquivar el siguiente ataque de Sirius y apunte mi varita a él pronunciando un petrificus en mente que no logro atinarle, intente escaparme con un reducto pero termino siguiéndome, persiguiéndonos por las distintas habitaciones donde cada quien desarrollaba una diferente pelea. Lance un hechizo desarmador pero entonces una sombra negra me interceptó y caí al suelo. Rodé mientras la niebla negra se dispersaba y varias heridas se comenzaban a abrir.

—Y yo que pensaba que me darían más pelea—su voz llegó a mis oídos y ahí estaba su toque sarcástico y juguetón de siempre. Mire al frente para encontrarme con alguien que también usaba su disfraz de Mortífago pero no logré reconocer, intente pararme pero mis piernas no respondían, la caída desde esa altura me había afectado.

La Black que se enamoró de Potter IIIWhere stories live. Discover now