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27 de diciembre del 2017:

Me encontraba con Tomas en un hotel de Neuquén, ya que me quería presentar a su familia, para cenar con ellos en año nuevo. Cosa que a mí me ponía los pelos de punta.

Solo estábamos en hotel Tomas y yo.

Lucas y su novia, Sol, fueron a la casa de sus familias.

Eran las 3 de la tarde de un miércoles, estaba en la piscina del hotel tomando sol, hacia bastante calor y por suerte solo había dos o tres familias donde yo estaba. Tomas se encontraba en la piscina jugando con unos niños.

Nuestra relación iba de bien a mejor, teníamos mutua confianza, siempre nos hacíamos un par de lugarcitos para vernos si alguno se encontraba de viaje, ranchábamos juntos, había respeto y sobre todo un amor sincero.

- Beba. – dijo sonriéndome y apoyando su cabeza en mis pechos.

- Rey. – bese su frente.

- Hoy por la noche tenemos una presentación en uno de los boliches de por acá, ¿Queres venir conmigo o te quedas acá? – me pregunto mientras le mandaba un mensaje a H, obvio llegue a ver que le preguntaba que iba hacer Sol.

- Prefiero quedarme acá, o si Sol no, ir a recorrer un poco de noche. – sugerí.

Tomas solo asintió a mi respuesta, se puso sus lentes de sol y solo dirigió su mirada hacia los niños que jugaban a nuestro alrededor.

- Que ni se te ocurra pensarlo pelotudo. – dije empujándolo un poco.

- Da reina, era solo un pensamiento. – dijo riendo.

- So loco vo. – acompañándolo con la risa.

Pasamos la tarde con los niños del hotel, con un par de fans que venían aquí a vacacionar, era algo tan bello.

La tarde se paso rápido, se hicieron las 10 de la noche en un abrir y cerrar de ojos. Me encontraba con Tomi en el sillón mientras el se fumaba un porro y yo seguía armando otros.

- Na me salió re troncho. – dije frustrada.

- Mejor gordito que enano. – me cruzo una de sus piernas por la espalda.

Escuchamos que se abrió la puerta de la entrada, y ahí estaba la otra pareja, Lucas y Sol. Con ella tenía una relación estupenda, la conocí meses después de que H le pidiera ser su novia, era la piba mas sincera de todas, digamos que era como una cuñada para mí, ya que los chicos eran como hermanos. Y así éramos, una familia.

- Cuñadita. – saludo Sol. - ¿Vamos a salir a comer? Estoy antojada de ñoquis. – pregunto.

- Ustedes pensando en morfar y nosotros solo con unas papas. – dijo frustrado H. – Igual tengan cuidado por el barrio.

Si, así eran cuando no tenían tiempo de comer.

- Reina voy a volver antes de las 3:30 am. Así que si queres... podes esperarme. – dijo para que escuchara solamente yo.

- Igualmente te iba a esperar. – lo bese mientras me abrigaba para poder irnos.

Todos bajamos y nos separamos en la puerta del hotel, los chicos subiéndose a un auto y nosotras yendo hacia el primer restaurante que encontremos.

- ¿Qué te parece Neuquén rubia? – me pregunto Sol mientras comía de sus ñoquis.

- Hasta lo que vi... es muy lindo. – dije sonriendo y tomando de la copa de vino.

- ¿Y el temita de los suegris? – pregunto esta vez alzando y bajando las cejas. – No tengas miedo que son buena onda.

- Creo que vamos a ir mañana o pasado, me muero de los nervios.

Reina C.R.OOnde histórias criam vida. Descubra agora