Capitulo 14 •En el auto.

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- Es muy bonita, rubia y alta, muy divertida, como si fuera una versión mía pero en mujer –Joe estaba contándome sobre su magnifica cita durante el receso.

- Ajam... -respondí sin darle importancia mientras corregía unos trabajos de los niños mas pequeños, aunque en realidad no ponía atención a lo que leía.

- Creo que saldremos otra vez el sábado –continuó.

- Oh... -levanté mi vista, había pensado en invitarlo a casa, pero estaría ocupado, me miro esperando a que respondiera algo y mi boca actuó por si sola- creo que saldré con Kevin el sábado, olvide contártelo, me besó ayer –finalice alzando mis cejas.

¿Qué estaba haciendo? ¿Trataba de darle celos? Estúpida el mismo te animo a salir con sus hermanos.

- Te dije que tarde o temprano pasaría –dijo riendo, ni siquiera le había movido un pelo.

- Supongo que tenias razón –respondí volviendo a fingir que corregía los trabajos, me sentí avergonzada.

- Ya que ambos salimos el sábado, podríamos vernos el viernes en la noche ¿no? Ya te extraño... -sentí su mano acariciar mi pierna por debajo de la mesa, y los celos y vergüenza desaparecieron.

- Claro... -mordí mi labio inferior mientras su mano se acercaba peligrosamente a mi entrepierna- Joseph...

- Tal vez no aguante hasta el viernes, porque mejor no te llevo a casa al salir de aquí... -susurro cerca de mi oído para que nadie mas lo oyera.

- Tal vez no aguante a llegar a casa y tengas que hacérmelo en tu auto... -respondí tomando su mano y la corrí, pude ver algo encenderse en sus ojos y antes de dejarlo decir algo me levanté y huí.

Quería provocar algo en el, que deseara estar conmigo y no con esa seguramente perfecta chica con la que se estaba viendo.

Joseph.

La maldita tarde parecía ser eterna, _____ me había dejado loco con lo que había dicho, quería subirla a mi auto y devorarla. Sobre todo después de que me dijo que Kevin la había besado, debía recordarle que solo yo podía darle el placer que merecía. No es que estuviera celoso... solo había lastimado mi ego supongo.

Finalmente la tarde termino, estaba afuera apoyado en mi auto mientras la esperaba, la vi salir y el viento alboroto su colorada cabellera, se veía condenamente sexy. La alcancé para ayudarla ya que llevaba aparte de su bolso y la guitarra unas carpetas sueltas en su mano.

- Hey déjame ayudarte –tome las carpetas y la guitarra y las metí en el asiento trasero del auto.

- Gracias Joe –sonrío dulcemente y ambos nos subimos.

Encendí el auto, estaba algo desesperado y no quería que lo notara, conduje unas cuadras hasta una pequeña calle poco iluminada y con poco transito, ya estaba anocheciendo.

- ¿Que hacemos aquí? –preguntó confundida.

- Voy a hacértelo en el auto, preciosa –respondí mirándola mientras corría el asiento hacia atrás, quería que estuviera sentada sobre mi ya.

Note como sus piernas se tensaron, estaba seguro que estaba humedeciéndose ahora mismo. Pero no tardo en acomodarse arriba mío, tomo mi rostro con sus pequeñas manos y comenzó a besarme, sus besos me volvían loco, ella me volvía loco.

Mis manos se metieron debajo de su blusa, necesitaba tocar su piel, soltó un suave suspiro en mis labios cuando lo hice y enredo sus dedos en mi cabello. Sabia que le gustaba hacer eso, quería que se sintiera libre de hacer lo que quisiera conmigo. Le di un suave mordisco a su labio inferior y comencé a hacer lo mismo con su mentón, su cuello y su clavícula, también rozaba la punta de mi lengua en su piel, mis manos deseaban tocar mas que solo su espalda, las lleve hacia delante y masaje sus pechos por encima de su sostén, me encantaba lo voluptuosos que eran y como encajaban a medida en mis manos.

- Joe... podrían vernos –murmuró en mi oído y sentí su lengua humedecer el lóbulo de mi oreja. Mierda. Apreté sus pechos y la oí gemir.

- No me interesa... -respondí, lleve mis manos hacía abajo, y desabroche su pantalón, quería sentir como la ponía.

Metí mi mano dentro de su pantalón y su ropa interior y comencé a acariciar su entrepierna con mis dedos. Estaba tan mojada que desee poder saborearla con mi lengua, pero iba a ser una posición algo incomoda para el auto, moví mis dedos circularmente sobre su clítoris y comenzó a gemir en mi oído, mi objetivo siempre era ese, darle todo el placer que pudiera. Quería que se corriera en mis dedos, así que comencé a penetrarla con ellos una y otra vez, sus gemidos no cesaban y yo estaba tan duro que ya sentía la presión contra la mano que tenía ahí abajo, su interior se contrajo apretando mis dedos y supe que se iba a correr.

- Mierda Joseph –dijo clavando sus uñas en mis hombros, cuando decía mi nombre así me volvía loco.

Saque mis dedos de su interior y los lleve a mi boca para saborearla, ella me miro con deseo y tomo mis dedos para ahora meterlos en su boca, creí que mi erección explotaría en cualquier momento. Ella se arrodillo en el poco espacio que había entre mi asiento y el volante, no podía creer que iba a hacerlo.... Sus manos desabrocharon mi pantalón y bajo mi boxer para liberar mi erección, sentí un gran alivio. Acerco su boca y comenzó a rozar la punta de mi miembro con su lengua, cerré mis ojos dejando caer mi cabeza hacia atrás, era el maldito paraíso. Empezó a meterlo dentro de su boca despacio, recorriéndolo con su lengua, quería enterrarme entero dentro de su boca, pero no quería parecer desesperado. Una vez que finalmente lo hizo, tome su cabello para correrlo de su cara, ella comenzó a sacar y poner mi miembro dentro de su boca una y otra vez, rozando a veces sus dientes en el, lo hacía increíblemente bien, tuve que dejar de mirarla porque me correría en un segundo, presioné su cabeza despacio para hundirme en su boca un poco mas, ella comprendió y los movimientos se hicieron mas veloces, no sabía cuanto mas iba a aguantar.

- Preciosa... voy a correrme en tu boca –dije avisándole, por si prefería que no fuera así y pudiera evitarlo si quería, pero no pareció importarle porque continuo haciéndolo con mas presión, mordió la punta de mi miembro y creí morir, volvió a meterlo en su boca y pude sentir como me corrí en ella finalmente. Limpió con  todo lo que salía de mi, no podía creerlo aún.

- Eres... no tengo palabras –susurré tratando de recobrar el aliento, ella acomodo mi pantalón y volvió a sentarse sobre mi.

- Era lo menos que podía hacer por ti... siempre me llenas de tanto placer –murmuró sobre mis labios y la bese con suavidad.

Cuando estuvimos mas calmados la lleve hasta su casa, pensé en entrar con ella y hacerla mía en su cama, pero no quería ser tan intenso. No se lo había admitido como ella a mi, pero también era el mejor sexo que había tenido en mi vida, la noche anterior las cosas se habían puesto algo calientes con Sophie, mi cita, pero no me encendía, no como ____. Así que simplemente no pude hacerlo. 


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Este Joseph jamas se calma. 

KV.

Tres Hermanos.   [Jonas Brothers]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin