JungKook estaba saliendo de la cocina, un vaso con nieve en una mano, la otra sosteniendo su vientre de casi ocho meses cuando se encontró a JiMin.
—¿Qué es eso? —dijo mirando la media esfera de plástico que tenía en las manos.
—¿Ésto? —dijo JiMin dándole vueltas, JungKook se dio cuenta de que era un recipiente cuando vio que tenía tapa—. Ésto es mi panza de embarazado —dijo antes de ponerse el recipiente bajo la playera—. Ahora soy tú.
Entonces JungKook lo miró con mala cara antes de esquivarlo e ir a la sala, donde comenzó a comerse la nieve mientras veía la televisión.
JiMin llegó un par de minutos después, una caja pequeña en su manos y una sonrisa en su cara. JungKook siguió viendo la televisión aún cuando JiMin se sentó a su lado.
—Sólo bromeaba, ten—le dijo tendiéndole la caja.
JungKook dejó la nieve en mesa y tomó la caja.
—¿Qué es?
—Ábrela —le dijo sonriendo, JungKook así lo hizo, encontrándose con un una cadenita que tenía tres dijes, eran dos pequeños hombres y un niño entre ellos.
—Feliz tercer aniversario, amor.
JungKook lo miró sorprendido.
—¿Qué? ¿Es hoy? ¿Hoy es primero de septiembre? —JiMin comenzó a reír.
—Sí, es hoy —dejó un beso en la mejilla de JungKook y luego le pasó un brazo sobre los hombros.
—Pero, yo, JiMin, lo siento, lo olvidé totalmente, perdón —JungKook miró de la cadena a JiMin y luego otra vez a la cadena—. Es hermoso, Minnie, pero yo no te compré nada, lo olvidé totalmente, losientolosientolosiento —y de repente le temblaba la barbilla y se sentía todo un tonto, pero JiMin lo abrazó y comenzó a repartir besos por toda su cara.
—JungKook, tranquilo, el próximo mes tú me darás un regalo mucho mejor que una tonta cadena —dijo poniendo su mano en el vientre de JungKook y acariciándolo.
—Ow, eres el mejor, te amo, te amo, te amo —ahora fue el turno de él de llenar de besos la cara de JiMin—. Somos nosotros, ¿verdad? —dijo JungKook un rato después mirando la cadena y los dijes en su mano.
—Así es, somos tú, yo, y nues...
—James Dean.
—... tro bebé, ¿qué?
—James Dean.
—¿James Dean?
—James Dean. Así se llamará nuestro bebé.
—No lo creo, no te dejaré ponerle a nuestro hijo el nombre de un tipo que se suicidó, no, no hay manera.
—No se suicidó, fue un accidente.
—Un accidente que, es obvio, él indujo.
—De acuerdo, entonces, ¿qué nombre le pondremos?
JiMin se encogió de hombros.
—Entonces, hasta que no me digas un nombre mejor, se va a llamar James Dean.
—Definitivamente no, ya se me ocurrirá algo.
—Si, lo que digas, ahora, ayúdame a ponerme la cadena.
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