El emperador dorado Rag'mal Tan.

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Claramente la situación se había salido un poco de control, no, si me hubiera dicho que era el mapa a un tesoro perdido, eso seria salirse un "poco" de control, esto sin duda, se había salido por completo de control, ¿Qué era todo eso de los dioses?, ¿En que me acababa de meter?.

—Escucha joven Tony—, Continuo Valmont—Hace muchos años después de que todo eso pasara, Luna, Vladimir y yo nos vimos en la necesidad de seguir investigando, lo que Xiotana dijo en aquel momento era algo realmente grave, era algo que pondría en riesgo a todo el mundo en un futuro, así que comenzamos a buscar formas de evitar que algo malo pasara, después de todo era nuestra culpa que Xiotana estuviera libre.

Todo parecía tan surreal, sacado de algún libro viejo de esos de pasta dura que guardaba mi abuelo en sus cajones, recuerdo que nos contó alguna vez una historia sobre un espectro que robaba niños que se perdían en el bosque, creo  que todo eso me quito el miedo de este tipo de cosas, aun que no estaba seguro de poder seguir así, si en algún momento me ponía frente a frente con alguno de esos dioses a los que tanto les teme valmont.

—¿Lograron encontrar algo?— pregunté.

—Así fue— respondió asintiendo con la cabeza —Descubrimos que la clave estaba en la tumba del emperador, estuvimos ahí por algunos meses recabando cualquier tipo de información que allí se encontrara, las paredes todas estaban repletas de símbolos extraños que después de un tiempo supimos que era una historia.

—¿Una historia?— Arqueando la ceja pregunté.

—Una historia—, respondió Valmont, mientras cambiaba la hoja del libro que aun sostenía —La historia del emperador Rag'mal tan.

Supuse que toda la información que necesitábamos estaba en aquel libro que tomo del estante, es normal que los investigadores lleven anotaciones o bitácoras de sus viajes para después hacer algún informe, debió anotar todo ahí.

—Intuimos que ahí estaría la respuesta de como detener a los dioses si en algún momento los milenarios eran leídos—, continuó, tomo el libro y comenzó a leer :

"En la época del nada yo ya existía, tenia el conocimiento de todo lo que existió y el poder de crear lo que no, yo el gran emperador dorado Rag'mal tan domine todo este planeta a mi voluntad con fuerzas oscuras, los humanos hacían solo mi voluntad, morían o vivían si así yo lo quería, pero, fui traicionado por mis súbditos mas cercanos, los 8 dioses del abismo, devastan todo a su paso son horrores que devoran, matan, trituran de la manera mas fácil que se pueda imaginar, los cree como una medida de seguridad en contra de los humanos si un día estos se ponían en mi contra, fue todo lo contrario, ellos comenzaron a tomar el poder que les concedí para reprimir a la humanidad y todo ser vivo existente a su voluntad, cuando eso ocurrió supe debía eliminarlos no permitiría que los que se atrevieron a traicionarme vivan para contarlo, pero eran mi mejor trabajo, no seria sencillo, debía usar otra de mis creaciones, la caja de Pandora, la cual les había entregado a los sacerdotes en Giorjonia para que la mantuvieran a salvo y en secreto, pues el poder que yacía en ella era capaz incluso de acabar conmigo, debía actuar de manera rápida, así que no podía llegar donde la caja antes de que mis traicioneros súbditos acabaran con todo lo que había construido, le había tomado un poco de aprecio a este mundo, así que no podía permitirlo, cree estas escrituras que lograrían sellarlos entre sus letras para siempre, uno a uno fue cancelado por mi poder en estos escritos, cada uno escrito de forma distinta al anterior, por si alguien los descubría no fuera sencillo entenderlos, dado que si estos se leyeran en voz alta se rompería el sello y liberaría lo que encarcelan dentro, lamentablemente, todo esto logre hacerlo a costa de mi inmortalidad, ahora solo me quedan algunos años de vida, al final me llevare conmigo a mis súbditos en mi descanso eterno, esperando que nunca vean de nuevo la luz, eso significaría el final del todo, pues ningún mortal podría hacerles frente".  

—Obtuvimos respuesta— concluía Valmont.

—¿Dice que lo que debemos hacer es encontrar esa dichosa caja de pandora en ese lugar que no creo que aun exista para poder acabar con los dioses?— pregunté.

—Eres muy perspicaz tony efectivamente eso es lo que debemos hacer, pero, me temo que también tienes razón en que ese lugar ya no se encuentra en al mapa, aun que estamos seguros de que existe— respondió cerrando el libro, —¿Sabes por que mi titulo también incluye la de ocultista?— Preguntó.

No creí que eso tuviera alguna relación con esto, pero claro era lo mas lógico, esto tiene que ver con cosas oscuras y malignas, la piel comenzaba a erizarme solo con imaginarme lo que podría decir ahora.

—Es sencillo— Continuo Valmont—necesitaba encontrar la caja de pandora, así que me introduje en un mundo de cosas paranormales, demonios, brujas, espectros, monstruos, apariciones, una cantidad enorme de cosas que para cualquier otra persona seria muy complicado sobrellevar, pero yo tenia un propósito, utilizaba mis investigaciones como una fachada para encontrar la caja, cada objeto maldito que encontré, lo escondía y me lo quedaba. pensando que así redimiría lo que habíamos hecho mis compañero y yo, manteniendo esos objetos lejos de la humanidad, lamentablemente nunca logre dar con el paradero de la caja, aun que ahora que tu estas aquí para ayudarme se que podremos encontrarla.

Se levantó, coloco el libro de nuevo en el lugar donde se encontraba, y comenzó a caminar.

—Acompáñame por favor— Con un movimiento de mano me invitaba a seguirlo.

Me guió hasta una puerta que parecía tener demasiada seguridad como para estar en la casa de un anciano, de pronto podría jurar que escuche gritos provenir de esa habitación, parecían ser lamentos, empece a temblar incontrolable mente, cuando abrió la puerta inconscientemente di un paso atrás, me costaba respirar, sentí mis manos heladas, no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, era una pesadilla...


Poder y oscuridad.Where stories live. Discover now