Sábado 8, julio.
16:30 p.m.POV JORDAN
- Abuela -digo mientras bajo las escaleras- ¿Quieres que haga las compras?
- Jordan, hijo, tú tienes que descansar -dice mientras anota todo lo que necesita en una hoja, el abuelo ríe mientras le da un sorbo a su café.
Tengo demasiada suerte al no tener que hablar italiano con mis abuelos.
- Abuela, sabes que encontraré la forma de hacer algo... Además, puedes comenzar a cocinar algo delicioso.
No muy convencida mira al abuelo, el cual asiente con la cabeza.
- Está bien... aquí tienes -dice, me entrega la hoja y el dinero- ten cuidado.
- Llévate el auto -dice el abuelo mientras me lanza las llaves, las atrapo y les lanzo un beso.
Escucho la risa de ambos mientras salgo de la casa.
Conduzco por las calles que conozco tan bien y me es inevitable pensar que es un tanto irónico volver cuando durante meses negué la posibilidad de pisar territorio italiano otra vez.Estaciono el auto, me adentro al supermercado hacia el área donde se encuentran los alimentos, 30 minutos después solo me queda buscar algunos artículos de limpieza.
Empujo el carrito semi vacío mientras veo a mi alrededor. Una niña dentro de un carrito pasa frente a mi a toda velocidad, la pequeña está gritando mientras otro niño viene corriendo a lo lejos. Doy dos pasos, estiro mi brazo y alcanzo a detener el carrito, dejo a la niña en el suelo y esta frunce el ceño mientras mira al pequeño niño.- Liv y Oliver -dice una voz a mis espaldas. Cada músculo de mi cuerpo se tensa al escucharla, no sabía cuanto extrañaba esa voz... O por lo menos no hasta ahora... La manera en la que habla italiano es hipnotizante. Los niños tratan de sonreír y apostaría que la dueña de la voz está cruzada de brazos- Gracias por detener el carrito, solo me distraje un segundo y ya...
Doy media vuelta, enfrentandola, quien, al reconocerme, se queda en silencio mientras me observa. Sus brazos que segundos atrás estaban cruzados, ahora están a ambos lados de su cuerpo.
Inspecciono su atuendo y parece que ella hace lo mismo. Lleva un vestido de color bordo que cae suelto desde su cintura, le llega un poco más arriba de las rodillas. Un saco negro, que la cubre de la leve brisa que se desata afuera, a juego con sus zapatos de tacón negros.- Hola -digo mientras meto las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón.
- ¿Quién es él? - pregunta el niño mientras camina hasta estar a un lado de la castaña.
- Él es... -dice Linda pero otra vez su oración queda incompleta.
- Soy Jordan -digo y veo a los niños de aproximadamente 6 años, son demasiado parecidos lo que me hace saber que son mellizos.
Y yo los conozco.
Ellos son los sobrinos de Linda, solo he tenido el placer de verlos en fotos hasta hoy.Linda mueve ligeramente su mano, ese gesto me hace saber que está debatiéndo y se perfectamente de que trata su debate interno.
Suelto un suspiro mientras abro mis brazos, ella camina a paso apresurado y abraza mi torso. Paso mis manos sobre su espalda, acariciandola.- ¿Crees que volverá a llorar? -pregunta la niña, el niño sólo se encoge de hombros.
Rio levemente y Linda se estremece.
- No te esperaba -dice sin separarse de mi.
- Sí, yo tampoco esperaba volver -digo seguido de dejar un beso en su cabello. Su aroma a frambuesa me trae recuerdos, más buenos que malos.
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Idiotas Sin Límites [en Edición]
Teen FictionJordan Miller, un chico muy tierno pero a la vez muy travieso, debe abandonar a sus amigos y novia en Italia para mudarse a California por diversos asuntos personales. Él comienza su último año en el Instituto Crosswell y vivira en la fraternidad de...