Fr5

152 21 3
                                    

Hiyori me inspecciona con el ceño fruncido, me acusa, sus ojos olivas me reprueban. Sé que preferiría que Ikuya y yo no fuéramos amigos. Me duele la cabeza, odio que me involucren en situaciones extrañas. Sin embargo, estamos en tregua y no daré el primer paso para acabar con la paz.

—Bienvenido a Hidaka —saludo, lo más cordial que puedo.

—Seré directo, tengo que ir a clase pronto. Te llamé y escribí, Tachibana–kun me dio tu número. Nunca me respondiste. Según Shigino–kun, no usas teléfono y era mejor para mí gastar mi dinero y tiempo si quería hablar contigo —reprocha.

—¿Qué es? —me vale, no tengo ninguna obligación con él.

—Acordamos ser buenos con Ikuya, de respetar su espacio y la relación que tiene con cada uno de nosotros. Que tú y yo no nos entendamos es nuestro problema, no debe perjudicarle de ninguna manera —gruñe, y continúa con desdén—: No entiendo qué te mira, pero lo respeto. Ahora, no comprendo por qué tú has comenzado a monopolizarlo y apartarlo de mí. Quedamos en compartirlo, ¿no? ¡Te exijo que cumplas!

—¿Qué?

—Que aprendas a compartir para que él pueda seguir saliendo conmigo —escupe las palabras, viéndome como si yo fuera estúpido.

—¿Quieres callarte? ¡No sé de qué hablas! —exploto, soy inocente y me defenderé—. Aparte de los entrenamientos que hemos tenido como clubes, no lo he visto. Y es cierto lo que dijo Kisumi: no uso teléfono, por lo que tampoco me comunico con él a distancia —enfatizo, muy serio.

—Yo no–

—Esa es la verdad —sentencio, tajante.

—Ikuya ha estado ausente últimamente, asegura que viene a visitarte a ti. Shigino–kun y Shiina–kun no supieron ayudarme y me remitieron contigo —aprieta sus puños a sus costados.

¿Me ha usado de cubierta para irse a otro lugar? Qué irresponsable y maleducado. Ahora yo soy el del ceño fruncido, no sé qué pasa con Ikuya. Después de aquello en Shimogami, no hemos coincidido y lo voy a evitar. Ni lo invité a mi futura fiesta de cumpleaños, algo que luego Makoto hizo porque pensó que yo lo había olvidado.

¿Cómo le explico a Hiyori si yo tampoco sé?

—Le hablaré —miento.

Me escabullo antes de que él pueda añadir algo. Necesito pensar qué haré. Me siento utilizado, es injusto que me arrastren a problemas cuando yo respeto el espacio de los demás. Parece que–

—¡Oye, Haru! —Asahi me persigue. Extiende su mano donde sostiene su teléfono—. Es Yamazaki–kun.

Pienso que la mayoría ya aprendió a usar de intermediarios a mis amigos cercanos para contactarme. Actúo normal para que Asahi no se preocupe.

—Aló —atiendo la comunicación.

—Hola, Haru —su saludo es seco—. Te estuve llamando.

—Dime.

—Me pasas a Rin. Dejó su teléfono en casa.

Comienzo a enojarme, ¡no más!

—Desconozco su paradero.

—Él me dijo que iba a estudiar contigo, por eso no se llevó el teléfono, pero me urge contarle algo —se exaspera Sosuke—. No tardaré, lo prometo.

—No está aquí y te puedo poner a Asahi para que lo confirme —me frustro mucho.

—No hay necesidad de que disimules conmigo, sé que ustedes tienen una... Relación especial. Rin ha estado ensoñado y comentando cursilerías, y se debe a tu existencia —ríe.

—Rin es cursi por cualquier cosa —rebato.

No es coincidencia que Hiyori y Sosuke acudan a mí por respuestas, Rin e Ikuya juegan con ellos y eso solo aumenta mi sospecha de que guardan un secreto, uno que yo podría haber descubierto por accidente. Desearía que fuera una broma, mas dudo que Hiyori siquiera conozca el sentido del humor.

No, no debo precipitarme y juzgar.

—No hagas que me arrepienta de haberte aceptado —me advierte.

—No volverá a pasar —finjo pena. Quiero terminar rápido—: le diré que te llame.

—Cuento contigo —dice con mejor ánimo.

—¿Sabes dónde anda? —susurra Asahi.

—Gracias —le devuelvo su teléfono, en serio odio esos dispositivos.

—Fue un gusto —me sonríe.

Repaso los sucesos que involucran a Rin e Ikuya que he presenciado, su aparente cercanía y su manera peculiar de saludarse con besos. ¿Desde cuándo se tratan así? ¿Serán costumbres extranjeras? Apuesto que sí. Rin vivió por 5 años en Australia e Ikuya 4 años en Estados Unidos. Regresaron bastante cambiados, por ejemplo Rin: ahora prefiere desayunar batidos y tostadas, en vez de arroz y sopa de miso. Además, Natsuya los presentó y él también ha vivido en el extranjero.

Camino con Asahi hacia la cafetería.

—La vez pasada me contaste que fuiste a un congreso donde te acompañó Ikuya —menciono, él podría saber algo.

—Ajá.

—De nuestros conocidos, ¿quién más asistió?

—Matsuoka-kun —revela Asahi.

Sentimientos paralelos | RinIku [Rin x Ikuya]Where stories live. Discover now